MADERA SOSTENIBLE ha entrevistado a Silvia Martínez San Segundo, directora del estudio de arquitectura «low-e arquitectura» y especialista en arquitectura de bajo consumo y en la implementación de certificaciones energéticas.
¿Cómo ve el presente y el futuro inmediato de las construcciones de bajo consumo energético en España?
No cabe duda de que el interés en este tipo de construcciones va en aumento desde hace unos años, en buena parte debido a los cambios de normativa, encaminados a que todos los nuevos edificios a partir de 2020 sean de consumo energético casi nulo; y a partir del 2018 en el caso de los pertenecientes a la Administración.
Esto significa que, sí o sí, la construcción se va a tener que adaptar a estas nuevas regulaciones. Bien es cierto que, quienes nos dedicamos profesionalmente a este campo desde hace tiempo, también hemos hecho y hacemos una labor muy importante de concienciación al usuario.
A la par, también cada hay un interés creciente en este tipo de construcciones.
¿Observa que aumenta el número de potenciales consumidores de casas pasivas (consumo energético casi nulo) e incluso de casas certificadas como Passivhaus (el más exigente estándar de bajo consumo energético en Europa)?
Como he dicho anteriormente, va creciendo el interés poco a poco en este tipo de edificaciones, en particular de viviendas pasivas; ya no tanto interesados en la propia certificación sino en conseguir los objetivos de los edificios pasivos y en lograr uno ahorro energético muy importante (del orden del 80-90% con respecto a las construcciones convencionales) y, lo que es más importante, conseguir un confort térmico muy elevado.
¿Crece la conciencia de que es más preocupante la factura energética de la casa que la propia hipoteca?
Si algo “bueno” ha tenido esta crisis que hemos atravesado ha sido que nos ha hecho dar importancia a ciertas cosas a las que anteriormente no prestábamos atención, una de ellas, sin duda, es la factura energética de la vivienda.
Han surgido nuevos términos en los medios de comunicación como el de pobreza energética, de cuya existencia ni siquiera éramos conscientes antes, y qué duda cabe que la factura energética de una vivienda es algo a tener muy en cuenta, ya que puede llegar a ser más importante en términos económicos que la propia hipoteca. Con lo cual, si construimos edificios pasivos que reducen esa “hipoteca energética” al 10% del valor actual… ¿quién no estaría interesado?
¿Qué papel juega la madera en este escenario? ¿Es un material protagonista?
La madera ofrece soluciones constructivas altamente eficientes con unos espesores asumibles. Si algo caracteriza a las construcciones pasivas es su alto aislamiento térmico, son “viviendas termos”. Con las soluciones constructivas tradicionales, para llegar a los espesores de aislamiento que demanda una vivienda pasiva, nos iríamos a unos espesores de muro muy elevados, con la consecuente pérdida de superficie útil en las viviendas, lo cual no saldría tan rentable. Las soluciones constructivas con madera, como digo, ofrecen gran aislamiento térmico en espesores de muro habituales.
“Las soluciones constructivas con madera ofrecen gran aislamiento térmico en espesores de muro habituales”
¿Es la ventana de madera la mejor solución para alcanzar las casas pasivas?
Actualmente, las ventanas de madera se encuentran entre las que consiguen más nivel de aislamiento térmico. Los perfiles de madera, con y sin aislamiento incorporado, llegan a valores muy bajos de transmitancia térmica, lo cual las hace muy aptas para este tipo de construcciones de alta eficiencia.
¿Qué prestaciones tiene este material respecto al aluminio o el pvc que justifiquen prescribirlo en los nuevos proyectos?
Sus valores de aislamiento térmico son muy elevados y, además, la madera siempre da una calidez al espacio que no se consigue con otro tipo de materiales.
Las casas pasivas… ¿Son sólo para los ricos? ¿Serán accesibles para los ciudadanos en general?
Una vivienda pasiva bien diseñada y bien dimensionada no tiene por qué suponer un sobrecoste con respecto a una vivienda “tradicional”. Es cierto que las vivienda pasivas son altamente eficientes e incorporan unos sistemas diferentes a una vivienda convencional, pero se puede llegar a conseguir una vivienda pasiva sin un sobrecoste adicional. Se trata de primar unas partidas frente a otras. En este caso, el aislamiento, la estanqueidad y la ventilación son la clave para conseguir una vivienda pasiva con un alto confort térmico.
¿Cuál es la propuesta de low-e arquitectura en este campo?
Desde low-e arquitectura primamos la eficiencia energética, la arquitectura sostenible y el diseño pasivo para conseguir edificios de bajo consumo energético.
Somos especialistas en passivhaus, pero lo importante es reducir los consumos energéticos, si se llega a conseguir los valores de un edificio pasivo, fenomenal, pero los edificios de consumo casi nulo ya representan un gran paso adelante con respecto a los actuales.