El evento contó con el patrocinio de sus Asociados Iscletec, Carinbisa, Roi, Akzo Nobel y Carpintería del Tenes.
José Palacios, gerente de ASOMA, fue el encargado de presentar a los asistentes la Asociación y su Campus Profesional, un proyecto divulgativo e itinerante, que este año se propone promocionar la ventana de madera en numerosas capitales españolas; entre ellas Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca, Bilbao, Logroño y Sevilla.
Marcado CE y CTE
Javier Subías, Responsable de Calidad del Grupo Carinbisa, fue el encargado de informar acerca de la relación de la ventana de madera con el Marcado CE, pasaporte técnico obligatorio para los fabricantes de ventanas desde el día 1 de febrero de 2010, y el Código Técnico de Edificación (CTE).
Asimismo, se espera del cerramiento que garantice un correcto aislamiento acústico, combinado con una adecuada permeabilidad al aire, «para lo cual es esencial un diseño, un sellado y una colocación de calidad -apuntó Javier Subías-. Dado que, además, el CTE exige también la aireación en las estancias, la industria busca una solución global que cumpla con la normativa. La madera, único material ecológico al cien por cien, es la solución más eficaz, limpia y barata para lograrlo».
Erradicado el mantenimiento
«Hoy ha mejorado mucho el diseño de la carpintería, y se han desarrollado los productos afines como son los selladores e impermeabilizantes, entre otros, garantizando al cerramiento de madera una mayor resistencia a los rayos ultravioleta, protección frente al sol, la humedad y otros agentes y, en definitiva, la seguridad y comodidad del usuario -explicó Juan José Hoyo-. Además, apostar por la ventana de madera, permite al prescriptor elegir el acabado entre infinitos colores, opacos o translúcidos, en una aplicación del barniz en fábrica, es decir, controlada».
Cualquier ventanas de madera fabricada por los miembros de ASOMA asegura a su cliente alta durabilidad y mínimo mantenimiento, lo que se traduce a una media de 50 años de vida útil y una garantía de 10 años. Acabadas con barnices al agua, estas ventanas presentan una toxicidad mínima, sin menoscabo de su eficacia. «Junto al barniz evoluciona la propia madera -concluyó el técnico de Akzo Nobel Coatings-. Las maderas técnicas, seleccionadas, clasificadas y mecanizadas a la medida de las necesidades del industrial, auguran un prometedor futuro para este sector».
La Rehabilitación, vía de futuro
El ponente destacó la importancia del perfil laminado de madera, «como garantía de estabilidad de la ventana, que además permite elegir diferentes especies para ambas caras». Para Joan Vilà, «la madera ofrece infinitas opciones en acabados, sistemas y prestaciones a un arquitecto siempre ávido de poder elegir y crear en sus proyectos».
La única ventana verde
El gerente de la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas Madera-Aluminio analizó brevemente, junto a su auditorio, el ciclo de vida de una ventana de madera, comparándolo con el de cerramientos fabricados con otros materiales, llegando a la conclusión de que «la ventana de madera es la única ventana verde, porque demanda menos energía al ser fabricada, y porque garantiza la menor pérdida de energía durante su uso.