La arquitectura, con sus diferentes diseños y uso de materiales, cambia constantemente como parte de una tendencia. Hoy en día no resulta extraño encontrarse con grandes edificios cuya fachada es desigual y toda ella con elementos metálicos. Se ha llegado a un punto donde el límite está en la imaginación del arquitecto (además, de por supuesto, las leyes físicas). Pese a todo hay una tendencia que se ha mantenido siempre a lo largo del tiempo, y esa es la del empleo de la madera. Cuando se construye algo con ella, bien sea mobiliario o bien la misma fachada de una casa, siempre se cuenta con un toque más artesanal y, ciertamente, acogedor.
En el caso de las ciudades se entiende que la madera y su empleo en el mobiliario urbano puede ser una seña de identidad que aporte a la ciudad en cuestión un mayor grado de sostenibilidad. Al menos esto es lo que se desprendió durante una jornada promovida por la Universidad de Pontevedra en la que se trataba de implicar a todos en lo que a diseño se refiere.
Por supuesto una de las primeras incógnitas que surgen en este punto es cómo ha de ser el mantenimiento madera exterior porque, como es lógico, una madera expuesta a los elementos puede sufrir y mucho. Para esta labor siempre hay que contar con empresas especializadas que se encarguen de proteger la madera y que, en caso de ser necesario, lleven a cabo todas las medidas de prevención y de rehabilitación que se consideren oportunas para cada caso.
Conviene aclarar que la madera tiene muchos más usos y opciones de las que se puedan imaginar en un primer momento. La madera con la que se cuente puede ser en forma de tableros, microlaminada, maciza… Y con ellas también se abre un mundo de opciones. El que dure más o menos esa madera va a depender de los tratamientos que se le apliquen, sin más. Si se cuenta con los profesionales adecuados, la madera puede ser de lo más resistente y con ella se pueden encontrar soluciones en las ciudades tanto para cuestiones estructurales como en forma de mobiliario exterior.
No hay que olvidar tampoco que en las ciudades uno de los problemas más destacados pasa por la contaminación con la que cuenta en forma de CO2. Para reducir estas emisiones tan sólo se pueden hacer dos cosas. O se rebajan de por sí o bien se elimina el CO2 y se almacena, lo que pasa por aumentar los sumideros de carbono y reducir las fuentes del mismo. La madera cuenta con la ventaja de que puede hacer ambas acciones.
Además, tampoco hay que olvidar que empleando la madera se crea un espacio que recuerda mucho más a la naturaleza por lo que es una buena forma de reducir la contaminación visual y de mantener, al menos en parte, lo más natural cerca de las zonas urbanas.
Tanto en el ámbito internacional como en el nacional ya se están llevando a cabo proyectos o concursos para conseguir que los arquitectos se impliquen, lleven a cabo nuevos diseños, empleen más la madera y consigan crear espacios diferentes que puedan llegar a producirse y a comercializarse.