Es un hogar donde cobijarse para disfrutar de dicho espacio. A Manuela le entusiasma la botánica. Y a Manuel la música, la fotografía, el cine, la literatura, el diseño, la arquitectura… Al pragmatismo de Manuela se suma el flujo creativo de su marido, incesante y diverso.
Inspirados en la obra de Le Corbusier, esta pareja de gallegos, residentes en Ginebra, eligió al arquitecto Mauro Lomba y a la constructora CONSTRUCCION ECOEFICIENTE BIOCLIMÁTICA BRÉTEMA S.L. para acometer su sueño.
Sobre la base del sentido común y un presupuesto razonable, fue posible abordar este proyecto. En esta ocasión el lastre de las normativas no detuvo, ni siquiera frenó el desarrollo del trabajo, y la licencia municipal se obtuvo rápidamente. “Este logro propulsó nuestra implicación en el proyecto, y decidimos ir de la mano de los mejores profesionales investigando y desarrollando soluciones para la cimentación, la edificación, la envolvente, la carpintería, los acabados y las instalaciones, en sus talleres, sin escatimar en pruebas, ensayos y maquetas”, relata Mauro Lomba.
¿Qué es la CRISALIDA?
La CRISALIDA es una herramienta del hombre para dialogar con la Naturaleza; una reacción de placer con ella.
Se logra a través de un sistema constructivo y soluciones técnicas puestas al servicio del desarrollo emocional de un proyecto arquitectónico, al servicio de un promotor plenamente sumergido e implicado en su propio encargo.
De esta forma, se ha construido un módulo de relaciones sociales y un módulo de descanso. “El descanso es recogimiento; no precisa ser tan alto, tan grande. Puede estar a la espalda del principal -explica el arquitecto-. Ambas partes no tienen por qué estar conexionadas. Es cierto que llueve, y que hace frío afuera, en invierno; pero salir de un espacio al otro constituye un valor añadido, porque el cambio de temperatura te hace reaccionar y vivir de forma armónica la relación con la Naturaleza”.
Sin ataduras personales y profesionales, Mauro Lomba deposita en la CRISALIDA la experiencia y el bagaje de cincuenta años. “No tenía que demostrar nada -afirma-. Sin buscar la arquitectura, la arquitectura aparece…”.
La CRISALIDA está concebida para ser ocupada durante cortas estancias. Para disfrutar de la Naturaleza. Fruto del respeto de sus propietarios por el medio ambiente, emerge la obsesión por ejercer la bioconstrucción, la arquitectura bioclimática, la casa pasiva o, como resume Mauro Lomba: la bioarquitectura.
“Es la Naturaleza la que me invitó a iniciar este proyecto -confiesa el prestigioso arquitecto gallego-, como una disculpa para enfrentarme al papel en blanco, agarrándome a una idea generadora que, de forma abstracta, me ha permitido llegar a buen puerto”.
Sin ataduras personales y profesionales, Mauro Lomba deposita en la CRISALIDA la experiencia y el bagaje de cincuenta años
Esa idea es la procesionaria que vemos en los pinos. En concreto, el ovillo precioso que fabrica la mariposa y donde nacen las orugas. “Realmente teníamos el trabajo hecho: los pájaros hacen sus nidos, las arañas sus telas, los conejos las madrigueras… Todo ello es bioarquitectura. Basta con trabajar como ellos, añadiendo el conocimiento, la formación cultural y el confort que, en realidad, ha esclavizado a los humanos”.
¿Cómo se hizo?
La CRISALIDA parte de un escrupuloso respeto a la Naturaleza. Los árboles que estaban en la finca permanecen. Es la Arquitectura la que tiene que adaptarse.
Ningún animal hace una cimentación profunda. En este caso se ha decidido suspender la casa en el aire, sobre unas zapatas, como mezcla de una arquitectura fija, aunque también móvil. Como una cabaña y como una caravana.
El material que mejor obedecía al proyecto es la MADERA. Una estructura de entramado ligero se erige como columna vertebral de esta edificación. Aquí CEB BRÉTEMA ha aportado su experiencia y capacidad para acometer un trabajo tan peculiar, “respetando los gustos del cliente y las directrices del arquitecto”, apunta Puri Castro, directora comercial y administradora de la empresa constructora.
La geometría determina las características del entramado de la estructura. Paredes y cubiertas convergen, anexas a una cámara ventilada. A ello se suman las láminas de impermeabilización y la tabiquería vista de OSB-3 (tablero de virutas orientadas) de la empresa TAFIBRA. Toda la madera empleada en la estructura es pino rojo tratado en autoclave con sales de cobre para riesgo IV.
Todo ello para contribuir a un consumo mínimo y a un confort máximo. Aparece aquí la importancia de la envolvente.
Bioarquitectura
La envolvente de la construcción es esencial para hacer que la casa sea fresca en verano y caliente en invierno, con un mínimo consumo. También para que la luz que regula los biorritmos y la forma de vida ofrezca indicaciones de cuándo es de día y cuándo es de noche.
Los vanos son generosos, pero equilibrados. Sus formas están condicionadas por la estructura triangulada del conjunto; muy resistente y rígida, por cierto.
CEB BRÉTEMA ha sido un actor fundamental para alcanzar una solución ideal para el presupuesto disponible. Tanto a nivel estructural como de ejecución de un diseño muy peculiar. Desde que los clientes y el arquitecto la contrataron para desarrollar este proyecto tan singular, buscó empresas auxiliares como el grupo COVELO, realizando sucesivas pruebas con áridos, arlita y fibra de vidrio, para generar una piel delgada pero con textura, como capa final de la envolvente, protectora de todo el conjunto, dotada de inercia térmica y elástica, para adaptarse a la continuidad de los planos, ya que la cubierta está unida con las fachadas.
Los materiales
La CRISALIDA incorpora algunos viejos materiales, como la arcilla y la madera, mejorados mediante un desarrollo tecnológico.
El resultado estético es la simbiosis entre los módulos que componen la CRISALIDA y la corteza de los árboles que la rodean, por su color y su textura. Consumando su integración en el entorno, mediante un material también natural, dotado de múltiples prestaciones.
Una casa pasiva
Las cámaras son ventiladas. El aire entra por abajo, y sale por arriba para que, en el momento en que se sobrecalienta el caparazón y se produce una diferencia de presión, el aire circula y mantiene fresca la casa. Sin humedades de condensación, que en Galicia es un problema fundamental (en la comarca de El Rosal, próxima a A Guarda, la humedad raramente baja del 60%, y en invierno se llega a alcanzar el 90%).
Dentro de la propia construcción se ha previsto practicar unos orificios en el suelo y el techo que permitan, al abrirse en verano, pasar al aire fresco de abajo y salir al aire caliente de arriba, permitiendo una ventilación cruzada.
Los lucernarios provocan en las estaciones frías un efecto invernadero en las estancias. Y amplias galerías acristaladas funcionan como colchón térmico. En verano se contrarresta la incidencia directa del sol sobre el acristalamiento mediante estores, cortinas y telas tensadas cuya función principal es el control solar. “Es el paraguas de la casa -explica Mauro Lomba-. Una nueva piel que protege el caparazón y contribuye a su regulación térmica”.
«El material que mejor obedecía al proyecto es la MADERA»
Para concluir, la recuperación del nivel original del suelo hará que las zapatas que soportan el edificio de conviertan en bancos orientados hacia el exterior, generando “la arquitectura de los intersticios” que rodea la casa. Permitiendo a su ocupante disfrutar de las cuatro estaciones: cuando sale el sol, cuando llueve, si hay neblina, con el viento… Por ello el arquitecto crea en el exterior espacios de relación directa con la Naturaleza.
De esta forma la CRISALIDA no es únicamente un cobijo, sino una construcción en plena armonía con su entorno. Resistente, funcional y bella, como exigiría Vitrubio.
Instalaciones ocultas y eficientes
La iluminación tipo Led se ha impuesto a la iluminación estructural, dando mayor protagonismo a la madera. Y la calefacción provendrá de una chimenea de leña. Desde la parte más alta del salón, donde se concentrará el calor, se trasladará aire al módulo anexo por debajo del terreno, a través de un tubo aislado. En el dormitorio un termostato ordenará pedir o cortar el aire.
“Si esta casa fuese sometida a examen para obtener un certificado de eficiencia energética, sin duda alcanzaría el grado A+”, asegura el gerente de INSOTEL.
“La CRISALIDA es fruto de la pasión, el cariño y la implicación, así como el diálogo y trabajo en común de numerosos profesionales, para desarrollar un proyecto de la mejor forma posible”
Muy pronto, al final de este verano, está prevista la finalización de la obra. Entonces verdaderamente quedará demostrado si se ha hecho una cosa bien, y no se ha hecho mal. Una casa ajustada a unas necesidades reales de vida. En este caso, un vínculo con la Naturaleza. Por y para alcanzar la Felicidad.
“La CRISALIDA es fruto de la pasión, el cariño y la implicación, así como el diálogo y trabajo en común de numerosos profesionales, para desarrollar un proyecto de la mejor forma posible”, afirma Gerardo Santomé, desde COVELO.
“Nos encantó el proyecto desde que lo vimos -apunta Puri Castro, directora comercial y administradora de CEB BRÉTEMA-. Y nos ha gustado mucho el resultado. Agradezco tanto a promotor como a arquitecto que hayan autorizado las visitas regulares a la casa, porque ha sido la forma de ir mostrando nuestro trabajo. Quiero destacar la implicación de todas las personas que han pasado por la obra, empresas subcontratadas y proveedores. El trabajo en equipo y el rigor en obra es algo que siempre buscamos, pero pienso que aquí se ha alcanzado una simbiosis casi perfecta”.
“Hay otra forma de hacer las cosas -asegura Mauro Lomba-. Con materiales que tenemos al lado y el conocimiento acumulado a lo largo de muchos años. Con este proyecto contribuimos a recordar y mantener nuestras raíces. Es una arquitectura enraizada a un territorio: en los materiales, la forma de vivir, la cultura. Para que finalmente no acabemos siendo todos lo mismo”.
“Conseguimos centrarnos en lo esencial -concluye Manuel Alvarez-. Construir esta casa ha sido para mí una experiencia vital muy enriquecedora. En beneficio de todos”.
CRISALIDA
ARQUITECTO: Mauro Lomba
ARQUITECTA COLABORADORA: Ana Montegaudo
APAREJADOR: Antonio Solé
CONSTRUCTORA: CEB Brétema, S.L.
INSTALACIONES TECNICAS: Insotel Instalaciones
PROMOTORES: Manuel Alvarez Alvarez y María Manuela Velasco Martínez