por

“Debemos ser capaces de explicar el confort y la habitabilidad de la madera”

Mónica Rivera, del estudio LOPEZ-RIVERA, habló en el foro de EGURTEK de tres casas realizadas con madera.

La tercera ponencia de la primera jornada de Egurtek 2020 corrió a cargo de Mónica Rivera quien junto a Emiliano López, comenzaron a trabajar juntos en Barcelona en 2001. Desde entonces juegan con las circunstancias «intentando convertir las restricciones en oportunidades».

En el estudio López-Rivera buscan respuestas constructivas y conceptuales específicas para la realidad de cada proyecto, poniendo énfasis en el valor de lo cotidiano, la intervención discreta y arraigada al entorno y la claridad constructiva. Actualmente combinan la práctica de la arquitectura con la docencia en EEUU.

Casa-centro de yoga en Sant Cugat (Barcelona)

Entre sus trabajos, Mónica Rivera quiso destacar una casa-centro de yoga en Sant Cugat (Barcelona). Una edificación realizada con paneles de CLT de madera de abeto de 1,25 metros, donde se buscaba que los espacios principales se organizaran en relación al patio. “La forma de la casa es muy particular, responde al recorrido del sol, de las personas y a las peculiaridades de la parcela”, explicó, incidiendo en que la premisa es que fuera “introvertida”, ya que se encuentra en un espacio pequeño.

Otro trabajo que también expuso es el que están llevando a cabo en Arteaga (País Vasco). Una casa realizada en CLT y que descansa en cimientos de piedra local. Se trata de una vivienda que tendrá certificación Passive House.

Debemos ser capaces de explicar y hacer ver la flexibilidad de la madera a la hora de realizar los proyectos, así como las formas que permite para el confort y la habitabilidad”, señaló la ponente.

Además de esos dos proyectos, también exhibió uno de una vivienda familiar en la que se ha utilizado el corcho como uno de los principales materiales. Mónica Rivera aclaró que todos sus proyectos se realizan con estructura de CLT.

En cuanto a la pintura utilizada para cada uno de sus proyectos expuestos, esta arquitecta de López-Rivera, informó que en la casa de corcho se dieron varias capas de pintura, para que fuera “como un paraguas”. Mientras que en la casa de yoga lo que se utilizó fue un lasur transparente, ya que “era lo que menos alteraba el color de la madera”. Por su parte, en la de Arteaga se trata de un aceite natural de Osmo, un recubrimiento permeable que permite que la madera transpire.

Todos vamos experimentando y viendo cómo va quedando. De momento, todas las construcciones están respondiendo muy bien a este tipo de acabados”, concluyó Mónica Rivera.

Cork House.