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El estándar Passivhaus conecta con el turismo rural

Recientemente se han abierto al público dos casas para turismo rural en Ibero, un pueblo próximo a Pamplona. La singularidad de estas dos casas es que se han ejecutado bajo el estándar de bajo consumo energético Passivhaus.

Origen del proyecto

Sugea Home adquirió hace unos años dos edificios colindantes en la población de Ibero. Contaban con BOA arquitectos para desarrollar una promoción de edificio residencial colectivo. Sin embargo a raíz de la llegada de la crisis en el sector inmobiliario se vio que en ese momento el proyecto era inviable.

En los siguientes años BOA arquitectos siguió ahondando en sus conocimientos en arquitectura pasiva y en la arquitectura de bajo impacto ambiental (también económico y social), pero sin poder traducir éstos en edificios. La formación en el Estándar Passivhaus les hizo ver la idoneidad de este para la arquitectura de bajo consumo energético acorde a la realidad actual.

Dado que la situación en el sector inmobiliario seguía siendo mala, BOA arquitectos planteó a Sugea Home la posibilidad de dar una salida comercial a sus edificios de Ibero, a la vez que permitiría probar la viabilidad constructiva del Estándar Passivhaus y permitiría darlo a conocer a la población, e incluso a los profesionales del sector y a los políticos. Sugea Home aceptó la idea y aún trató de llevarla más lejos buscando que las viviendas no solo fuesen da bajo consumo energético sino que también se ejecutaran con materiales naturales, reciclados y / o reciclables.

El objetivo era más ambicioso: se trataba de dar a conocer a la gente soluciones y productos, alternativos a los habituales, de menor impacto en el medio ambiente.

Aliados en el camino

El coste del proyecto era elevado, por lo que se buscaron compañeros de viaje que compartieran la visión del proyecto y participaran en él con importantes descuentos a cambio de poder utilizar las casas como un escaparate de sus productos.

Una de las primeras opciones que BOA arquitectos puso encima de la mesa fue el emplear una estructura de madera contralaminada (CLT) para la estructura de uno de los dos edificios: esto permitía dar a conocer un sistema estructural no muy común en España y aplicar un principio de construcción de bajo impacto ambiental en el proyecto. Para desarrollar esta solución se encontró al primer aliado: Madergia. Se trata de una empresa de ingeniería que diseña y construye estructuras de madera empleando para ello, entre otras opciones, los tableros de madera contralaminada.

 

 

Otra de las decisiones que se tomó fue el emplear aislamientos naturales. Y apareció el segundo aliado: Biohaus, que comercializa aislamientos naturales (fibra de madera, celulosa) y materiales para lograr la estanqueidad de los edificios. Su amplio catálogo de soluciones para aislamientos permitieron recurrir al más adecuado de ellos para cada uno de los elementos de las envolventes de los dos edificios.

Para lograr una correcta estanqueidad de los edificios BOA arquitectos encontró que en uno de ellos, al mantener las fachadas de piedra se tendría que recurrir a láminas para conseguirla (la estanqueidad es muy elevada en los edificios construidos según el estándar Passivhaus).

Onhaus es una empresa que no solo comercializa productos para conseguir la estanqueidad de los edificios, sino que realiza acciones de formación entre técnicos y aplicadores para dar a conocer las virtudes y los “secretos” para conseguir esa estanqueidad. Al conocer el proyecto se prestaron a colaborar en él poniendo al servicio del proceso, también sus conocimientos y sus medios (se pudieron realizar varios ensayos blower-door durante la ejecución de las obras, que permitieron corregir diversos fallos).

Al final del proceso constructivo, cuando llegó el momento de la equipación de los edificios, Sugea Home trató de mantener la filosofía de bajo impacto ambiental y tuvo la suerte de encontrar otros tres aliados que colaboraron en el equipamiento de las dos casas: Letspalets, Haiku Futon y D’Velas. La primera produce muebles con madera empleada para la fabricación de palets (su origen es una empresa que fabrica embalajes a medida situada en Peralta, Navarra). La segunda es una empresa guipuzcoana que fabrica colchones y almohadas de latex natural y de láminas de algodón (futones). Y la tercera es una empresa con sede en Navarra y que recupera velas de barcos que ya no sirven para navegar y las emplea para hacer mobiliario.

Gracias a estos aliados se pudo desarrollar un proyecto que mostrara al público la posibilidad de construir y equipar con un menor impacto sobre el medio ambiente.

Capacidad técnica

La duda respecto a la capacidad técnica para ejecutar edificios Passivhaus quedó también despejada. Inicialmente se contó con BOA arquitectos para el diseño de los edificios y la definición de la envolvente térmica y de estanqueidad de los mismos, y con Progetic para el diseño de la instalación de ventilación de doble flujo con recuperador de alto rendimiento: el pulmón de los edificios Passivhaus.

Se pudo encontrar gremios locales que aunque no intervenían directamente en los elementos definitorios del estándar fueron capaces de asumir el reto y adaptar su forma de trabajo a las condiciones especiales que implica una construcción bajo el estándar Passivhaus: la propia constructora (PABLO GARCIA HIJOS), la carpintería (PUERTAS SANTESTEBAN), fontanería (ARTEAGA), electricidad (IRAGO MANTENIMIENTOS) y tabiquería de pladur (AISLAMIENTOS IRATI).

Y también se pudo encontrar gremios que si que actuaban sobre los aspectos definitorios del estándar. Algunos locales como ZULZIRI para la ejecución de la estanqueidad, otros en un entorno próximo como es CARPINTERIA LLODIANA que colocó las carpinterías exteriores (de muy altas prestaciones) y que tiene su sede en Álava. Y otros a una distancia algo mayor como es el caso de ALTER TECHNICA (de Segovia) que se encargó de la colocación del sistema de ventilación de doble flujo (con equipos de la casa ZEHNDER).

 

 

Por qué casas para turismo rural

Estas dos casas pretenden ser una herramienta para dar a conocer el estándar Passivhaus como opción válida para los edificios de bajo consumo energético (NZEB), que serán obligatorios en toda la Unión Europea en cuatro años (dos años para los edificios dotacionales).

Los sistemas constructivos empleados en ellas son diferentes porque esto permitía, por una parte, testar diferentes sistemas para conocer su idoneidad para ejecutar edificios Passivhaus, y, por otra, poder mostrar al público esas diferentes opciones.

En una de las casas se optó un sistema de muy bajo impacto ambiental (la madera contralaminada) y con el que se puede lograr una estética muy especial; y en la otra se optó por mostrar que con los sistemas conocidos y habituales en la zona (estructura de hormigón armado y fachadas con una hoja de ladrillo macizo) se puede realizar un edificio Passivhaus. Esta segunda opción está dirigida, especialmente, a mostrar el estándar entre promotores y constructores.

Se busca llevar a la gente a vivir una experiencia especial: una escapada al mundo del Passivhaus (de ahí el nombre comercial de Passivescape). No se trata solo de que es imprescindible empezar a construir edificios que consuman menos energía, y que emitan menos CO2, sino de que la salubridad y el confort en estos edificios es muy superior a la de los edificios que conocemos.

La madera

Una de las respuestas más evidentes a la búsqueda de soluciones con un bajo impacto medioambiental es el empleo de maderas de origen controlado y lo más próximo posible al emplazamiento de la obra.

En este caso permitía probar un sistema desconocido, y poder presentarlo al público. Los tableros de CLT estructurales tienen la ventaja de poder dejarse vistos con lo que un mismo elemento es estructura, cerramiento y acabado. Además esto garantiza una sensación de gran calidez.

Para los suelos y puertas se buscaba una solución que fuera en línea con la luminosidad y calidez que aportaba la estructura de paneles de madera vistos. Se buscaba una solución de madera vista que permitiera realizar los suelos sobre rastreles con aislamiento térmico entre los mismos, donde fuera necesario, y que fuera aplicable a las puertas. La solución vino del uso de tableros de madera laminada de abedul. Para los suelos se podían utilizar despieces de gran tamaño, minimizando juntas y los recortes podían utilizarse para las jambas de las puertas y los rodapiés.

Esta solución se trasladó también a los suelos y puertas de la “casa de hormigón”, en la que se empleó este mismo material para los peldaños y barandilla de la escalera de caracol.

En las fachadas interiores, y en los accesos a los garajes se empleó un sencillo enlistonado de pino tratado al autoclave. En las fachadas se colocó sobre el enrastrelado vertical entre el aislamiento, configurando así una fachada ventilada.

La madera sigue siendo un material muy apreciado por la gente debido a su calidez, y esto era parte de la experiencia que se quería lograr: bajos impactos ambientales, salubridad, confort y calidez.

El futuro

Es evidente que las propias normativas van a llevar la construcción a este tipo de estándares en los próximos años, pero conviene avanzar en esa dirección y no esperar a estar obligados a ello.

En España hay muchos técnicos trabajando por dar a conocer el estándar Passivhaus, y se han ejecutado viviendas que están ya certificadas y edificios terciarios y dotacionales que están en fase de certificación, pero existe mucho camino por recorrer. Las administraciones locales y regionales tienen que conocer estas soluciones para saber que el exigirlas no tiene por qué suponer un sobrecoste que haga inviable la promoción de viviendas.

Las dos casas son clara muestra de que en Navarra, y en el resto de las comunidades del estado, existen medios, conocimientos y capacidades para ejecutar edificios de bajo consumo energético que reducirían la dependencia energética y los consumos y emisiones, además de ofrecer espacios más saludables y confortables a sus usuarios.

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