Promotores, constructores, arquitectos y arquitectos técnicos han participado este pasado viernes 13 de septiembre en la jornada Construcción sostenible industrializada. Una industria tractora para Andalucía, en la que se ha puesto de manifiesto cómo este sistema de edificación, que en España representa apenas el 1,5% del mercado, muy por debajo de los países más avanzados de Europa, puede resolver algunos de los problemas que aquejan al sector de la construcción, como la falta de mano de obra o la alta huella de carbono.
La jornada, organizada por el proyecto LIFE Wood for Future/Madera para el Futuro, fue inaugurada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada (UGR) por la vicerrectora Montserrat Zamorano, quien subrayó que la construcción sostenible industrializada «no es una moda, una tendencia pasajera, sino un cambio de paradigma».
Empleo más confortable, seguro y cualificado, menos residuos y emisiones de CO2, edificación más rápida y eficiente, entre las ventajas de un sistema de prefabricación digitalizado que en España apenas representa el 1,5% del mercado
Juan de Dios Molinero, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Granada, destacó que actualmente el sector se enfrenta a nuevos retos, como las plantillas envejecidas y la falta de mano de obra cualificada para renovarlas, y un mercado «distorsionado», con una oferta insuficiente de vivienda nueva y en alquiler, que ha disparado los precios en muchas ciudades. Ante este panorama, Molinero subrayó que la construcción industrializada sostenible, que acorta sustancialmente los plazos de edificación, reduce los residuos y el consumo de agua y energía, y mejora las calidades de los edificios, representa una oportunidad para afrontar el «cambio de modelo» al que debe hacer frente el sector.
En el mismo sentido se manifestó el delegado de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta en Granada, Antonio Ayllón, quien destacó además que, al trasladar el grueso del proceso de la obra a la fábrica, la construcción industrializada reduce la siniestralidad laboral y crea empleo altamente cualificado. Ayllón, al igual que el delegado provincial de Industria, Energía y Minas, Gumersindo Fernández, destacó la apuesta del Gobierno andaluz por este sistema constructivo que contribuirá a poner en el mercado viviendas más accesibles y sostenibles. Así, recordó el convenio de colaboración suscrito entre la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) y la UGR para apoyar la creación de un ecosistema industrial de productos de chopo y pino a través de la construcción de un edificio de viviendas sociales para jóvenes en la Azulejera de Granada, actualmente en fase de proyecto.
El director general de Política Forestal y Sostenibilidad, José Ramón Pérez, expuso la paradoja de que Andalucía, con un 40% de superficie arbolada y una fuerte despoblación rural por el abandono de los trabajos del monte, importe madera del norte de España y de Europa. Pérez ha augurado «una revolución», una vez entre en vigor la Ley de Montes autonómica, que abandona el «excesivo proteccionismo» para impulsar un aprovechamiento forestal sostenible.
MADERA MARCA ANDALUCÍA
El coordinador de LIFE Madera para el Futuro y profesor en la ETS de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada, Antolino Gallego, explicó que en la construcción industrializada elementos de la obra como muros, forjados o fachadas son diseñados por gabinetes técnicos de ingeniería y elaborados en la industria con máquinas digitalizadas, por lo que el ensamblaje es mucho más preciso, rápido y eficiente. «La madera es una materia prima idónea en este tipo de construcción, no solo por sus ventajas ambientales, sino por sus características técnicas: es flexible, resistente y fácil de cortar y moldear en función de las necesidades», señaló.
Gallego indicó que en España existen actualmente tres fábricas de productos de madera para la edificación, todos ellos en el norte de España. Sin embargo, mientras la oferta de este tipo de elementos ha crecido un 10%, la demanda ha aumentado en un 300%, en gran parte gracias al «salto colosal» emprendido por comunidades como el País Vasco, Navarra y Cataluña, donde la madera se ha incorporado como material en promociones públicas de vivienda protegida, así como en bibliotecas, centros educativos o residencias de mayores.
En ese aspecto, insistió en la necesidad de que Andalucía también cuente con fábricas de estos productos que permitan dar salida a la gran cantidad de materia prima que representan los bosques, a la vez que se da una oportunidad de empleo verde a los jóvenes del entorno rural y se previenen los grandes incendios.
En este sentido, el director de la Plataforma de Ingeniería de Madera Estructural (Pemade) de la Universidad de Santiago de Compostela, Manuel Guaita, recordó que en Galicia el punto de inflexión se produjo con el edificio demostrativo Impulso Verde, construido con pino gallego por el Ayuntamiento de Lugo, que desembocó en la creación de la primera industria del sector en la región, y confía en que en un futuro próximo Andalucía también utilice madera de kilómetro 0 en la construcción.
CASOS DE ÉXITO
En la jornada se mostraron diversos casos de éxito, como la vivienda unifamiliar con estándar PassivHaus, energéticamente autosuficiente, construida en Ogíjares y diseñada por el estudio granadino Bonsái Arquitectos, la primera que incorpora, además de madera contralaminada (CLT), un forjado de chopo y pino fabricado en el marco del proyecto LIFE.
Fernando Larraza, gerente de la compañía vasca PRECOM, presentó una promoción de cuatro bloques de viviendas, dos de ellas VPO, realizadas con paneles CLT y «sin un gramo de hormigón» en Leiza (Navarra), cuya estructura se levantó en apenas cinco semanas. Larraza también destacó la versatilidad de la madera en la rehabilitación de inmuebles, y puso como ejemplo un edificio de viviendas con 130 años en el que se mantuvo la idiosincrasia de una antigua residencia de trabajadores de Altos Hornos de Sestao (Vizcaya).
Carolina Santiago, delegada de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) en Andalucía, mostró al auditorio de la jornada algunos ejemplos de construcción industrializada que han obtenido en esta región el estándar Passivhaus. «Son edificios para vivir mejor, con alto confort y menos demanda de energía«, señaló. La ponente apuntó que la máxima eficiencia energética también se puede alcanzar en la rehabilitación, y puso como ejemplo las 20 viviendas de protección pública en la localidad de Muros de Nalón (Asturias), reformadas con estructura de madera y que cuentan con el sello Passivhaus; «un proyecto que sobresale por el reducido plazo de entrega y por incorporar material sostenible de bajo impacto ambiental».
José María Quirós, Delegado de Industrialización de AEDAS Homes, defendió que la madera es un material perfecto para la construcción industrializada por su ligereza –fundamental para abaratar costes en el transporte–, sus virtudes como aislante térmico y su versatilidad en el diseño. Quirós subrayó que la reducción de costes que permite este sistema reduce los riesgos y aumenta la rentabilidad. Aedas Homes ha construido más de 5.000 viviendas con sistema industrializado.
«El control que se hace del producto en la propia fábrica no se puede mejorar -aseguró Rubén Aguilar, director de investigación en la empresa sevillana CIMPRA-. En fábrica se alcanza un nivel de calidad que no se puede lograr en obra».
Durante el debate también se puso de manifiesto los obstáculos que frenan el desarrollo de la construcción sostenible industrializada en España, entre ellos los problemas de financiación, ya que algunos bancos son reacios a prestar dinero para proyectos hasta que las piezas fabricadas se ensamblan en el sitio de obra, o la falta de formación de muchos arquitectos sobre estructuras en madera –los planes de estudios están desactualizados–, lo que dificulta que prescriban estos materiales. «Hay mucha desinformación del público, de los promotores y de las administraciones», asegura Francisco Martínez-Cañavate, secretario general de la ACP. En cuanto al precio, algunos ponentes observan que actualmente la madera es competitiva en sustitución del hormigón y el acero.