La pandemia apenas ha logrado frenar los proyectos en curso en SEBASTIA; una empresa en desarrollo continuo que progresivamente está introduciendo el CLT en sus nuevas construcciones. Principalmente son casas unifamiliares y también edificios públicos. En Cataluña, Andorra y sur de Francia. “A nivel de fabricación y de ejecución, trabajar con CLT es mucho más rápido -afirman los arquitectos de la prestigiosa firma ilerdense, Arnau Boronat y Emma Sebastia-. Por ejemplo, en la colocación de los aislamientos en muros y forjados tardas mucho más si la vivienda es de entramado ligero”.
Madera de proximidad, pino negro del Pirineo a kilómetro cero, y CLT fabricado en planta… Argumentos de peso de SEBASTIA para reducir la huella de carbono y construir mediante una verdadera economía circular. “Cada vez son más los clientes, a nivel público pero también privado, que nos solicitan un informe de las emisiones de CO2 que generamos al construir su casa y del carbono fijado en la misma, también”, apunta Emma Sebastia.
La empresa de Rialp acomete este año un nuevo reto: la fabricación de viga laminada. Diseñada la línea de producción y comprada la maquinaria, se espera que el producto llegue al mercado en 2023.
Empujada por un viento a favor de la construcción con madera y de la construcción prefabricada, SEBASTIA elabora cada mes numerosos presupuestos, y muchos son confirmados, gracias al saber hacer y también a la rigurosa política de respeto al medioambiente que la empresa lleva a cabo. Con hechos y realidades. “La madera ha venido para quedarse, si de verdad queremos ser neutros en carbono en 2030. Es la única manera”.