Así lo expresó su gerente, el arquitecto Antonio Peláez, en la jornada técnica «La ventana de madera en edificación: calidad, innovación y sostenibilidad» que ASOMA -Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas Madera Aluminio- celebró el pasado día 15 de Noviembre en el Colegio Oficial de Arquitectos de Granada.
«Si la envolvente térmica del edificio es de calidad, ahorraremos mucha energía -señaló el ponente-. Aquí las carpinterías exteriores son fundamentales: han de ser estancas y estar correctamente instaladas».
Tal como explicó en Granada Antonio Peláez ante más de treinta colegas, las ventanas de madera se han utilizado usualmente en climas fríos, funcionando muy bien. «Es un material óptimo para lograr el ahorro de energía, así como para disminuir y/o eliminar los puentes térmicos -explicó-. De esta forma, es posible reducir las instalaciones de climatización en el edificio, y así invertir más en aislamientos y carpinterías».
Passivhaus significa ahorro de energía en edificación, mejoras en las condiciones de salubridad y en el confort interior, disminución de emisiones CO2, valor añadido para el producto final y ahorros económicos en la vida útil de la edificación. «La madera cumple todos estos requisitos, y por ello es la solución ideal para cumplir el estándar Passivhaus», expresó tajante el ponente.
Carpinterías de Madera en el Estándar Passivhaus
Los marcos pueden clasificarse siguiendo distintos criterios. Una clasificación puede realizarse en función del material con el que están fabricados y del que dependen algunas de sus prestaciones, entre ellas sus propiedades térmicas.
La madera se puede usar en cualquier solución constructiva. «Y para obtener los mismos valores que con madera hay que aumentar el espesor de aislamiento de fachada 50 mm.», recalcó Peláez.
El estándar Passivhaus
Passivhaus nace en Alemania con el objetivo de demostrar que es posible ejecutar una vivienda con un bajo consumo de energía, a un precio razonable.
Wolfgang Feist y Bo Adamson aplicaron en 1991 su concepción de diseño Passivhaus a una casa en Darmstad, logrando su objetivo original.
En 1995, basándose en la experiencia de los primeros diseños, Feist creó el estándar de diseño pasivo Passivhaus, que consiste fundamental en:
• Un límite de la energía (calefacción y refrigeración)
• Un requisito de calidad (confort térmico)
• Rentabilidad económica
Entre las características del Estándar Passivhaus destacan las siguientes:
• Diseño adaptado al clima
• Aislamiento exterior muy bueno
• Reducción de puentes térmicos
• Ventanas muy bien aisladas
• Alta estanqueidad
• Sistema de ventilación con recuperación de calor.
Gracias a estas características, la edificación ahorra el 90% de la energía consumida por una edificación tradicional en calefacción y refrigeración, y el 75% del consumo total. «Esto tiene como consecuencia que si analizamos el coste en términos del ciclo de vida de un edificio, aquel construido bajo el estándar Passivhaus resulte más beneficioso que una vivienda nueva convencional», concluyó Antonio Peláez.