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ASOMA ensaya la resistencia al fuego de una ventana de madera en ENSATEC

Como complemento a las ponencias de los expertos sobre la materia, se procedió a ensayar la resistencia al fuego de una ventana de madera en el Laboratorio del Área de Fuego de ENSATEC.

 

El evento ha sido organizado por ASOMA, la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Madera-Aluminio, en colaboración con el Ayuntamiento de Logroño, el Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja, el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja y el proyecto, «El Árbol es Vida».

 

«Celebrar esta jornada no es una acción baladí -señaló José Palacios, gerente de ASOMA-. Sólo las ventanas de hierro y madera pueden ser certificadas como resistentes al fuego según la normativa vigente. Las ventanas de Aluminio y PVC tienen muchos problemas para cumplir las condiciones que marca la normativa; ya que la primera colapsa, y la segunda combustiona y se derrite».

 

«Es un logro haber reunido a los Fabricantes de ventanas de madera, a los Arquitectos, que son quienes diseñan los edificios, la Administración, representada por el Cuerpo de Bomberos y, además, un Laboratorio notificado, como es ENSATEC», expresó Javier Torrero, Presidente de ASOMA.

 

El Código Técnico de la Edificación es claro al referirse a la propagación exterior del fuego: «Se limitará el riesgo de propagación del incendio por el exterior, tanto en el edificio considerado como a otros edificios -comentó Alfredo Bazo, Técnico de Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Logroño-. El CTE exige separaciones verticales entre edificios (medianeras) EI 120, así como en fachadas, entre sectores o similares».

 

«Hay que elegir correctamente el material intumescente a aplicar en la ventana, porque algunos reaccionan mejor con la madera, y otros con el metal -explicó Marc Montion, responsable de ventas de ODICE España-. La elección depende de la superficie de aplicación, de la temperatura de expansión requerida y de la ubicación de la junta en la ventana».

 

 

 

 

«La instalación también es uno de los puntos clave a la hora de asegurar el comportamiento de la ventana frente a los requisitos de resistencia al fuego, y es que han de poseer propiedades ignífugas y un buen comportamiento y respuesta que impida el paso de gases incandescentes», comentó Manuel Medina, responsable de producto resistente al fuego de la firma SOUDAL QUÍMICA. «De hecho, el color de las espumas utilizadas para la instalación son de color rosado, diferentes a la convencional, de color azul».

 

Elena Malaina, Responsable Técnico del Departamento de Fuego de ENSATEC explicó las condiciones, equipos y características del ensayo que posteriormente se realizó en el laboratorio.

 

El ensayo fue un éxito, y evaluó el comportamiento frente al fuego de una ventana de madera, registrando que este elemento mantiene sus propiedades de aislamiento térmico e integridad durante más de sesenta minutos; después de que se desarrolle un incendio, atendiendo a la norma UNE EN 1634-1:2010.

 

«Mayor densidad y sección de los perfiles mejora el comportamiento al fuego de la ventana de madera -concluyó Luis García, Responsable Técnico del Departamento de Construcción de ENSATEC-. La carbonización del material genera un aislante; una verdadera protección para el núcleo de la madera. Además, los ignifugantes reducen la inflamabilidad, la emisión de calor y retrasan la combustión».

 

Según marca el Código Técnico de la Edificación, el conjunto del elemento ventana, y no únicamente el vidrio, ha de garantizar el valor EI necesario para que una determinada zona de una fachada sea certificada como resistente al fuego.

 

Esta jornada técnica ha sido patrocinada por ENSATEC y por las empresas ODICE, SOUDAL y CARINBISA, suministradora de la ventana ensayada.

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