Cambio tecnológico y formación del gerente propulsan a JESUS MORA

Jesús Mora Bonjorn es un joven emprendedor que trabaja en el mundo de la carpintería desde los 16 años. En 2011 inicia su propio proyecto y, a la vez, un riguroso programa de formación en organización de empresas y en venta, que ha resultado clave para volcarse en esa función y delegar el trabajo en taller a sus empleados.

Un volumen creciente de trabajo lleva a JESUS MORA a establecerse hace aproximadamente un año en sus actuales instalaciones en Torrefarrera (Lleida), y incorporar un centro de mecanizado a control numérico.

En cuatro años de actividad, la plantilla ha alcanzado los ocho trabajadores, a los cuales se suman dos autónomos que colaboran habitualmente con la empresa. Es un hito importante, porque el recorrido se ha hecho durante los años de crisis, y porque la comarca se caracteriza por la atomización en la carpintería; con muchos micro talleres, donde trabajan como mucho tres personas.

Jesús Mora ha trabajado mucho, y ahora recoge el fruto merecido por su gran esfuerzo. Con el centro de mecanizado está consiguiendo mejores acabados, presupuestos más ajustados, ahorro de materiales y ahorro de tiempo. Además, se compromete a realizar encargos que desde una carpintería tradicional serían muy complejos y llevaría mucho más tiempo acometer.

 

 

“La máquina genera más y más trabajo y, mes a mes, se va pagando a sí misma -asegura el joven carpintero catalán-. La prueba del éxito está en que la “Evolution” de HOLZ HER, suministrada por AIRMATIC, no para de trabajar. Los dibujos desde la oficina técnica y la fabricación en taller son continuos. De hecho, JESUS MORA ha traspasado los límites de Lleida.

“La Evolution ocupa poco espacio y es muy rápida fabricando los armarios -concluye-. Diseñamos en la oficina técnica y empleamos códigos de barras para las piezas, con lo cual el operario sólo tiene que alimentar la máquina, que ya está programada para realizar el trabajo. Con precisión y alta calidad en el acabado”.

La media de edad en la plantilla es muy corta, con lo que todos los empleados trabajan en equipo, siguiendo un mismo criterio, con gran dinamismo. A diferencia de la carpintería tradicional, donde hombres muy experimentados tratan de resolver (cada uno a su manera) un proyecto completo.

Cada lunes se celebra una reunión de Jesús Mora con todo el personal, para organizar el trabajo y para debatir, con el objetivo de corregir y mejorar cosas. Algo normal en una carpintería industrial, pero poco frecuente en un pequeño taller.

En conclusión, cambio tecnológico y la formación del gerente, así como una generación joven y dinámica de nuevos profesionales de la carpintería han propulsado este negocio, y le han hecho diferenciarse de la generalidad.

 

 

Trato personalizado

Distingue a esta carpintería el trato personalizado y la capacidad de diseñar, fabricar y colocar proyectos exclusivos, a medida y siguiendo los gustos y necesidades del cliente.

De hecho, el negocio trasciende la ebanistería para erigirse como un referente en decoración. Que además sabe hacer, y muy bien, puertas, armarios, parquet, cocinas, comedores, baños, exteriores, etc.

“El cliente quiere sobre todo formalidad; un presupuesto muy claro, que estemos en la obra cuando se acordó y hacer bien el trabajo, con un buen acabado y limpieza, en tiempo y forma -explica el joven carpintero ilerdense-. Esto prácticamente garantiza que volverán a contar con nosotros en un próximo proyecto”.

Tras varios años de esfuerzo, trabajo e inversión, JESUS MORA persigue consolidar su buena imagen en el mercado y ampliar progresivamente su cartera de clientes.