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Fresno estadounidense en el Sofitel The Palm Dubai

En noviembre de 2013, Sofitel Luxury Hotels inauguró con una lujosa ceremonia el Sofitel The Palm Dubai, su hotel insignia en Dubai situado en el East Crescent de Palm Jumeirah. La exclusiva velada que se celebró en el complejo contó con la asistencia de más de 1.500 invitados, una pléyade de dignatarios internacionales y personajes famosos a los que sumaron Gregory Maliassas, Vicepresidente Primero de Sofitel Middle East, Africa & Indian Ocean, y Patrick Blanc, el célebre botánico francés de cuya inspiración surgieron los extraordinarios jardines verticales que adornan las instalaciones.

 

Enclavado entre los tranquilos palmerales de Palm Jumeirah, el complejo está delimitado por un tramo de 500 metros de playa privada y ofrece unas vistas impresionantes al East Crescent y a las aguas turquesas del Golfo Arábigo. Con una superficie total de más de 100.000 metros cuadrados, la exclusiva oferta de lujo francés del Sofitel The Palm Dubai se combina con ricos y emblemáticos elementos de la cultura y la civilización polinesias. Con una gran presencia de la arquitectura orgánica y exuberantes jardines verticales, el complejo está imbuido por un espíritu atemporal y despliega el atractivo de los trópicos.

 

«Sofitel The Palm Dubai dispone de todo lo necesario para atender tanto al creciente mercado del turismo de ocio de lujo de los EAU como a quienes viajan por negocios y buscan lugares estimulantes en los que alojarse apartándose de los hoteles convencionales del centro de las ciudades», explicó Gregory Maliassas, Vicepresidente Primero de Sofitel Middle East, Africa & Indian Ocean. «Los inusuales elementos de diseño concebidos por Mirk Architecture y Patrick Blanc permiten a los huéspedes rehuir totalmente el bullicio de la ciudad de Dubai».

 

 

 

 

El hotel tiene a disposición de sus huéspedes 361 habitaciones y suites y 182 residencias con todos los servicios, perfectas para estancias más prolongadas, junto con una variadísima oferta gastronómica que incluye el Studio du Chef, en el que se ofrece cocina tradicional francesa abordada desde un concepto más moderno, el Porterhouse, un restaurante especializado en carnes a la parrilla, el Manava, abierto durante todo el día, el Hong Loong, en el que se sirve auténtica cocina china, el Moana, especializado en deliciosos platos de marisco preparados con ingredientes locales, y el Maui Beach Bar, en el que los huéspedes pueden relajarse disfrutando de los aromas y sabores de una deliciosa barbacoa.

 

 

 

 

Distribuido en tres niveles, el 2LIV Nightclub ofrece a los amantes de la noche toda la diversión de un club moderno y exclusivo combinada con unas vistas inigualables del Golfo Arábigo. So Spa, con más de 2.500 metros cuadrados de superficie y 28 salas de tratamiento, permite a los huéspedes disfrutar de una experiencia inigualable de relajación y rejuvenecimiento incorporando tratamientos tahitianos tradicionales. Con 1.500 metros cuadrados de espacios de reunión, incluyendo un salón de baile y cuatro salas de conferencias, el hotel está perfectamente equipado para la celebración de conferencias, reuniones, eventos y bodas, con una capacidad máxima de 700 personas.

 

«Queríamos crear una alternativa a los hoteles estándar de la ciudad combinando la hospitalidad que caracteriza a Sofitel con los motivos polinesios, y los comentarios y reacciones que hemos recibido hasta ahora nos hacen pensar que hemos conseguido nuestro objetivo», comentó Christophe Schnyder, Director General de Sofitel The Palm Dubai. «El diseño único del complejo, con sus paredes interiores verdes, exuberantes jardines exteriores y 500 metros de playa privada, embarca a los huéspedes en una experiencia de descubrimiento sensorial».

 

La filosofía del diseño

 

Partiendo del concepto de llevar el lujo a lo más básico, el Sofitel The Palm Dubai se ha construido sobre el modelo de una aldea polinesia, caracterizada por el frescor de la vegetación exuberante, el mobiliario y accesorios de inspiración polinesia y los elementos de agua en movimiento que reciben a los huéspedes en cuanto se adentran en el complejo. El vibrante entorno caracterizado por la exuberancia y el verdor es fruto de la mente de Mahnaz Liaghat, Presidente y Consejero Delegado de Mahnaz International Design & Planning, y antiguo Director de Diseño de Mirk, quien prestó una atención especial a los motivos isleños. La estructura del vestíbulo recrea una cabaña tradicional de madera natural y las fuentes y otros elementos acuáticos ofrecen a los huéspedes serenos espacios para la relajación.

 

 

 

 

Un elemento destacado de la planta baja es el «muro viviente» que la adorna, un jardín vertical diseñado por el célebre botánico Patrick Blanc. Al entrar por primera vez al hotel, el jardín parece extenderse a lo largo de kilómetros ante los ojos de los huéspedes, permitiendo vivir la naturaleza exterior en el interior del edificio. El koru, un helecho tradicional que simboliza la encarnación de la nueva vida, es una nota destacada en el jardín vertical. Las espirales de sus zarcillos añaden movimiento a este elemento botánico. Los pasillos y los espacios más pequeños se han diseñado de manera que evoquen la sensación de frescor de una aldea rebosante de vegetación y para ello han jugado un papel fundamental el fresno estadounidense, el bambú y los ambientes de colores terrosos. El acierto del diseño es tal que cuando se camina por el hotel se tiene en realidad la impresión de estar haciéndolo a través de un bosque bañado por el juego de la luz filtrada a través de las copas de los árboles.

 

 

 

 

Según Mahnaz, el cliente quería que el hotel fuera un lugar de redescubrimiento y ensueño. Para ello el diseño se basa en el estilo de las islas de la Polinesia francesa, abordado desde una interpretación moderna y adaptación de la cultura. Los símbolos emblemáticos de la cultura polinesia refuerzan el concepto de diseño general que confiere al hotel su carácter único e inolvidable. Estos símbolos son una constante en todo el diseño con el fin de unificar la sensación y el tono de los espacios individuales y el mensaje positivo transmitido por cada uno de ellos refuerza el propósito general del complejo en sí.

 

«El desafío al que nos enfrentábamos consistía en conseguir que un edificio de seis plantas transmitiera la sensación del ambiente de una aldea polinesia. También queríamos presentar una nueva manera de definir el «lujo» mediante la experiencia ofrecida por el hotel. Siguiendo la máxima de «menos es más», hemos diseñado el complejo incorporando materiales y elementos naturales (de primera generación) como la piedra, la madera, el agua y la naturaleza, combinándolos con notas de diseño subliminales, en otras palabras, la cuarta dimensión, que es la que influye sobre nuestra mente subconsciente haciendo que la sensación percibida y la experiencia de un espacio sean extraordinarias y completas», comentó Mahnaz.

 

Motivos polinesios

 

Los motivos polinesios tradicionales acompañan a los huéspedes por todo el complejo. Intrincados detalles del Koru, la Salamanquesa, el Tiki, la Tortuga, la Mariposa y la Flor de Tiare, todos ellos símbolos de la paz, la libertad, la energía, la conexión con la vida y un nuevo comienzo, adornan las puertas, paredes y suelos. Los tikis, estatuas de gran tamaño con forma humana, ofrecen protección contra los espíritus malignos y adoptan varias formas dependiendo de los rasgos del espíritu contra el que están dirigidos. No es de extrañar por lo tanto que en la entrada principal del hotel figure el símbolo del tiki en las gigantescas puertas de madera. Según Mahnaz, el techo de madera de la entrada es similar al del vestíbulo, incitando a los huéspedes a seguir explorando el interior del edificio.

 

Un espacio puede ser una simple transición, un pasaje que conduce a un paraíso que se encuentra a tan solo unos pasos. Cumpliendo ese papel, el vestíbulo del Sofitel The Palm Dubai conduce al huésped hacia el resto del complejo, donde le espera el redescubrimiento personal. El techo está diseñado como una cabaña y el amplio uso del fresno estadounidense que se ha hecho en él refuerza esa impresión. Además, los dos laterales del vestíbulo están rodeados por elementos acuáticos puros y simples y muros que son jardines verticales, sumergiendo al huésped en el frondoso y vibrante ambiente de las aldeas polinesias tradicionales. Para reforzar la experiencia, la iluminación se refleja en la madera dinámica del techo y se combina con el muro verde para imbuir a este espacio de una atmósfera genuinamente espiritual. Los materiales naturales como el agua, la piedra y la madera, junto con el contraste de los juegos de sombras y claroscuros, simbolizan el recorrido por una aldea y la vía de acceso a nuevas experiencias.

 

«El techo de caña y un sendero te conducen hacia un «Muro de Historia» que se ha diseñado para mostrar aspectos de una aldea polinesia tradicional y su integración en un entorno moderno. El muro explica visualmente el significado de los símbolos utilizados en el diseño de manera que cuando se camina a través del resto del complejo se comienza a sentir la conexión con la tradición y la cultura. Además, la vegetación de los jardines verticales y el marcado contraste de luces y sombras que ésta crea en el pasillo generan una dulce y agradable sensación de conexión. El techo, cuyo aspecto es el de una carpa, está diseñado para evocar un paseo a través de los callejones de una aldea», añade Mahnaz.

 

 

 

 

Otro de los elementos destacados del hotel es el mostrador de salida con sus troncos de madera de fresno estadounidense esculpidos – una imagen que según Mahnaz «los huéspedes se llevarán consigo». El vestíbulo de los ascensores, que sirve de transición entre las diferentes islas polinesias, combina la madera y la caña con la iluminación indirecta para despertar agradables recuerdos de paseos por la naturaleza. A lo largo de los pasillos, la suave combinación de las luces y las sombras que se reflejan en la madera y en la piedra simboliza el recorrido por una aldea y la vía de acceso a nuevas experiencias. Mediante el uso del fresno estadounidense en el techo, el impresionante salón de baile, diseñado para representar el fondo de una canoa, es un canto a la vida y a toda su riqueza. La canoa, un elemento esencial de la cultura polinesia, representa el avance en el viaje de la vida y es un símbolo de los cambios vitales, los viajes y la aventura.

 

Vida natural

 

La sutilidad del diseño, los materiales naturales y la atención al detalle se combinan perfectamente en cada una de las habitaciones y apartamentos del Sofitel The Palm Dubai. Sus 361 habitaciones y suites y 182 residencias exclusivas se han diseñado para ofrecer un entorno relajado centrado en la belleza y la simplicidad de la naturaleza. Debido a ello, para el mobiliario y los accesorios se ha utilizado maderas oscuras de aspecto natural, fundamentalmente fresno estadounidense teñido, combinadas con piedra bruta y ónice claro. La iluminación indirecta en todos los espacios habitables evoca la sensación de encontrarse bajo los árboles de un bosque, bañado por la luz filtrada a través de cientos de hojas, haciendo sentir a los huéspedes que realmente se encuentran en una aldea polinesia.

 

En el interior de las habitaciones imperan el aspecto exótico del fresno estadounidense teñido, los colores intensos y vibrantes y el lujo comedido. Los cuartos de baño se han creado partiendo del concepto del aire libre, con suelos de piedra natural y accesorios de chorro de lluvia en las duchas. Las bañeras de piedra ocupan una posición central en los espaciosos espacios habitables y el toque azul y morado de los elementos textiles completan el ambiente de lujo discreto, permitiendo al huésped relajarse en una bañera de piedra, rodeado de detalles ornamentales de ónice, desde donde domina toda la habitación y puede disfrutar de las vistas del balcón, o simplemente descansar en las habitaciones inspiradas en la naturaleza. Los vibrantes colores de las flores, el amplio uso del fresno y la iluminación indirecta reflejada en la madera y en la piedra crean un ambiente de paz y serenidad en las habitaciones.

 

 

 

 

«En un principio especificamos nogal africano reconstituido para ceñirnos al presupuesto original. Sin embargo, el cliente prefería una madera exótica, lo cual no casaba bien con la estética del diseño del proyecto en ese momento. Ello nos llevó a elegir el nogal estadounidense y creamos las maquetas iniciales de las habitaciones con este material. Sin embargo, conseguir la cantidad de madera de nogal necesaria para este proyecto nos hubiera costado más de cinco años. El fresno estadounidense, con su acabado de grano abierto y textura gruesa uniforme, era la siguiente mejor alternativa, fácilmente disponible y ajustada al presupuesto, que podía satisfacer los requisitos de diseño del proyecto. Ahora que el hotel está acabado, me siento orgulloso de cómo el fresno se ha revelado como un material excepcional que encarna el concepto del diseño», explica Mahnaz refiriéndose a la decisión de utilizar fresno estadounidense.

 

Integrado en la naturaleza

 

El complejo de poca altura transmite elegancia y serenidad con su arquitectura orgánica: las líneas, las curvas y los contornos suaves resultan agradables a la vista. Adentrarse en él es como pasear por una aldea, siguiendo senderos de ladrillo y contemplando cabañas de techo de paja hasta llegar a la orilla del mar. En estado virgen y jalonado de palmeras, el tramo de playa privada ofrece magníficas vistas hacia el East Crescent de la emblemática Isla de la Palmera de Dubai, extendiéndose hasta el horizonte sobre las aguas azul turquesa del Golfo Arábigo.

 

«El nuevo Sofitel The Palm Dubai es el ejemplo perfecto del lujo comedido combinado con la máxima comodidad. Con el crecimiento de nuestra cartera a nivel internacional, nos esforzamos por satisfacer las sofisticadas necesidades de los viajeros versátiles de hoy en día que esperan y aprecian la belleza, la calidad y la excelencia. Estoy convencido de que este espectacular complejo atraerá a viajeros y grupos exigentes tanto a nivel local como internacional», comenta Schnyder a modo de conclusión.

 

Fotografías: Eric Cuvillier

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