Las empresas valencianas disponen de una nueva herramienta de trabajo para mejorar su competitividad mediante la incorporación de las tendencias del hábitat detectadas en la sociedad, de tal forma que puedan promover productos innovadores, y diferenciación y sostenibilidad a sus modelos de negocio, según se ha puesto de manifiesto esta mañana durante la presentación del Monografico2 del Observatorio de Tendencias del Hábitat (OTH) que ha tenido lugar en el marco de la Feria Hábitat Valencia.
Integrado por el Instituto del Mueble, Madera, Embalaje y afines, AIDIMA, el Instituto Tecnológico Textil, AITEX, y el Instituto de Tecnología Cerámica, ITC, el OTH está respaldado por la Conselleria de Economía, Industria y Comercio de la Generalitat Valenciana, a través del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA) y los fondos europeos FEDER. Es un sistema avanzado de información al servicio de las empresas que genera y difunde conocimiento a partir de la observación, el análisis y el estudio de las tendencias centradas en el hábitat.
Este nuevo documento, editado bajo el título «Cómo aplicar tendencias», aborda de un modo claro a través de 21 fichas de éxito, cómo introducir los distintos modos sociales y culturales de entender el hábitat, «no sólo a los productos finales, sino a la forma de interpretar el estilo de la empresa en todos sus procesos y áreas, incorporando la innovación estratégica para habilitar nuevos modelos de negocio estables en el futuro», según han explicado los investigadores del OTH.
«Asimilar el conocimiento de las tendencias en el ámbito de los negocios y utilizarlo en la toma de decisiones es la causa principal que ha llevado a desarrollar este segundo monográfico OTH, a fin de realizar el salto del conocimiento a la acción», destacan los autores del estudio.
El trabajo consta de dos partes complementarias; la citada «Cómo aplicar tendencias» que explora herramientas para aplicar las tendencias del hábitat en cuanto a producto, comunicación y distribución, en este primer volumen, y una segunda parte en un segundo volumen que verá la luz a finales de año donde se aportarán datos cuantitativos acerca de la aceptación de las tendencias por parte del consumidor.
«Nos proponemos evidenciar cómo la empresa puede mejorar, cambiar si lo desea o adaptarse a un entorno dinámico y a un usuario, en ocasiones escurridizo. En definitiva, innovar a través de las tendencias», aseguran los investigadores. El monográfico constituye así una verdadera «caja de herramientas» para que cada empresa gestione su negocio en consonancia con su «ADN», o identidad exclusiva, precisan.
Preguntas como: «¿Se podría ajustar esta tendencia a las necesidades de mi cliente? ¿Qué adaptaciones debería realizar? ¿Es coherente con la estrategia de mi empresa?, o ¿responde a las necesidades del mercado en el que desarrollo mi actividad?, entre otras, son imprescindibles antes de emprender un cambio que, según resalta el estudio, «no debe implicar unas pautas idénticas para todos, sino todo lo contrario».
Los autores subrayan que los ejemplos proporcionan claves para responder a las preguntas y reflexionar sobre el trabajo de equipos que generan ideas no habituales, como por ejemplo entorno a los productos relacionados con las fragancias del hogar: papeles de pared perfumados o dispositivos USB que emiten fragancias lentamente y que incluso se pueden activar vía correo electrónico. O por ejemplo frases que provocan la reflexión con datos como que el 78 por ciento de los productos desechados aún funcionan.
De este modo, el estudio pone de relieve una serie de elementos conceptuales que son la base del desarrollo del análisis de la empresa y su inmersión en el universo de las tendencias, como pueden ser las que propone la investigación: «cultura del diseño», «el factor WOW! (único, insólito, original), app’s para un mundo fácil» (aplicaciones para dispositivos móviles), o «el factor verde», entre otros.
Tanto el propio OTH, como las publicaciones que genera los años pares e impares, cuadernos y monográficos, respectivamente, son un ejemplo de cooperación entre los sectores industriales del hábitat para mejorar la orientación competitiva a través de información estratégica, que contribuye, a su vez, a generar nuevas opciones de modelos de negocio.