El Segundo Encuentro de Fabricantes de Ventanas de Madera, organizado por ASOMA, tuvo lugar en las instalaciones de ENSATEC en Navarrete (La Rioja), el pasado 29 de junio.
Para abrir la jornada Wenceslao López Velasco, director del estudio NanContract Arquitectos S.L., expuso las «dificultades en la elección e instalación de ventanas de madera» con las que su equipo se encuentra en el día a día de su trabajo. El arquitecto invitado por ASOMA expuso los puntos decisivos que les animan a elegir o rechazar la madera en las ventanas y cerramientos y qué información les llega a ellos sobre los diferentes materiales y productos a prescribir.
“Los fabricantes de ventanas perciben escaso interés del arquitecto en la ventana de madera, y también escaso interés del instalador en formarse, mejorar y conocer nuevos sistemas y productos de colocación de los cerramientos; y el cliente final en general desconoce las posibilidades del material –reconoció el ponente-. Sin embargo, sabemos que la madera es un material versátil, que ofrece todas las garantías a la hora de emplearlo. Sabemos que existe una industria especializada capaz de responder a las demandas y exigencias actuales”.
VENTANA Y FUEGO
Alfredo Bazo, Técnico de Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Logroño, habló a los asistentes a la jornada sobre la resistencia al fuego en la edificación y el comportamiento de las ventanas de madera en un incendio.
“Diseño y construcción del edificio han de contemplar la prevención de incendios –destacó el ponente al comenzar su exposición-. Los arquitectos, en general, reciben poca formación sobre el fuego y los incendios. Existe una normativa al respecto: Código Técnico de la Edificación (CTE), reglamentos de seguridad, instalaciones, RD 842/2013 sobre clasificación de los productos de construcción…”
En concreto, el CTE dice que se debe facilitar la intervención de los bomberos en el edificio, en caso de incendio. Se refiere principalmente a la accesibilidad por fachada. Y la fachada ha de estar correctamente diseñada para ello. También remarca que los vehículos deben de poder disfrutar de buenas condiciones de aproximación.
La reacción al fuego es la respuesta de un material al fuego medida en términos de su contribución al desarrollo del mismo con su propia combustión, bajo condiciones específicas de ensayo.
La resistencia al fuego es la capacidad de un elemento de construcción para mantener durante un periodo de tiempo determinado la función portante que le sea exigible, así como la integridad y/o el aislamiento térmico en los térmicos especificados en el ensayo normalizado correspondiente:
- Capacidad portante
- Integridad
- Aislamiento térmico suficiente para impedir que la cara no expuesta al fuego supere unas temperaturas determinadas. No emisión de gases inflamables en la cara no expuesta al fuego.
Centrándose en el capítulo de los cerramientos y la potencial propagación exterior de un incendio, Alfredo Bazo destacó que “una ventana de madera ofrece una buena resistencia al fuego”.
La legislación vigente remarca que “se limitará el riesgo de propagación del incendio por el exterior, tanto en el edificio considerado como a otros edificios”. Para ello, están definidas las separaciones verticales entre edificios y las medianeras entre fachadas.
“No hay normativa sobre toxicidad de los elementos de construcción ante el fuego –apuntó el Técnico de Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Logroño- pero, a priori, un bombero prefiere enfrentarse a una ventana de madera que a otra de PVC, por volumen de gases emitidos y por la reacción del material”.
VIDRIO CORTAFUEGOS Y VENTANA DE MADERA
Sergio Fernández, técnico de la compañía INGENIERIA DE ACCESOS, S.L. (ISAE), habló a los fabricantes de ventanas de madera sobre vidrios cortafuegos aplicados a la ventana de madera.
Durante los últimos años, el sector de la construcción ha sufrido cambios importantes. Con una tendencia a los espacios abiertos y el aprovechamiento de la iluminación natural.
Han aumentado las exigencias normativas en los productos de construcción. La entrada en Europa de multitud de productos fabricados fuera del Viejo Continente y la necesidad de regular la calidad mínima de los productos han hecho que ensayos y certificados sean un elemento indispensable para poder vender en cualquier mercado. Por ejemplo, de barras anti pánico y sistemas de evacuación como manillas o pulsadores. Al igual que han aumentado las exigencias, las necesidades de ensayos y certificación en torno a las ventanas y todos sus componentes.
“Hace unos años era casi impensable pensar que un vidrio podría proporcionar prestaciones cortafuegos que podemos conseguir en la actualidad –expuso Sergio Fernández-. Hay poca gente que haga sistemas cortafuegos con vidrio. Además, no hay muchos fabricantes de vidrios cortafuegos en el mundo. Suelen ir de la mano de grandes fabricantes de perfiles. Un proyecto precisa un sistema (perfil +vidrio). Los vidrios cortafuegos se comportan mal al exterior, reaccionan al calor, y se vuelven opacos”.
Al respecto, Sergio Fernández describió el comportamiento de la madera ante el fuego, de los herrajes y otros componentes, juntas y colas especiales.
Según el ponente, “habría que formar al mercado al respecto”. Pero… ¿Hay mercado? El técnico de ISAE considera que sí, que puede haber un nicho de mercado para el fabricante de ventanas de madera que apueste por ofrecer un sistema cortafuego.
“Casi nadie tiene soluciones de este tipo –concluyó-. La demanda será más importante para uso interior. Es un nicho de mercado”.
“El vidrio sólo no es suficiente –insistió-. Se trata de un sistema. Aunque el vidrio cumpla. Y la madera, como material, responde. Alcanzar una resistencia al fuego de hasta 60 minutos es relativamente sencillo. La inversión es importante, eso sí”.
MARCADO CE DE LAS VENTANAS DE MADERA
Para cerrar el programa Mónica Alba, Directora General de la entidad certificadora CERTIBERIA, habló sobre el “Marcado CE de puertas y ventanas con y sin características de resistencia al fuego”.
“El objetivo del marcado CE es declarar la conformidad del producto (ventana) con todos los requisitos comunitarios impuestos al fabricante por las Directivas Europeas y que se acreditan con el marcado CE”, expuso Mónica Alba.
“El marcado CE no es una marca de calidad –recordó-. El marcado CE implica que el producto cumple las previsiones del Reglamento de Productos de la Construcción”.
Como es sabido, es obligatoria la presencia del marcado CE en la etiqueta, embalaje o albarán de todo producto de construcción, lo cual significa que el fabricante ha declarado una serie de prestaciones para su producto, que traslada al mercado mediante un documento que se denomina declaración de prestaciones (DdP), y que es su responsabilidad haber llevado a cabo las tareas que establece el Reglamento y la norma armonizada para cada producto. El marcado CE se aplica a la ventana en su conjunto.
“La responsabilidad, en caso de incumplimiento de este reglamento, es del Fabricante”, remarcó la ponente.
La norma armonizada EN 16034 permitirá definir la prestación de resistencia al fuego y/o control de humo, que posteriormente el fabricante tendrá que incluir en su DdP, con el resto de prestaciones declaradas.
El fabricante deberá disponer de los ensayos de tipo inicial (ETI) realizados en un laboratorio notificado y, además, es responsable de poner el marcado CE, emitir la declaración CE de conformidad y mantener el control de producción en fábrica (CPF), de forma que se alcancen las prestaciones declaradas.
ASAMBLEA DE ASOMA
Previamente a la celebración del II Encuentro de Fabricantes de Ventanas de Madera, los miembros de ASOMA que se desplazaron a la sede de ENSATEC en Navarrete celebraron una asamblea general en la cual, entre otras cuestiones, se debatió acerca de la aprobación de acciones de marketing que acerquen la ventana al usuario final y al prescriptor.
La nueva vía que está tomando la Asociación en sus acciones muestra la satisfacción de las empresas con cuatro asociados nuevos en los últimos seis meses y la elaboración de estudios y toma de decisiones que refuerzan la posición de la madera como material en el cerramiento exterior.