Los hórreos son construcciones, la gran mayoría de madera, características del norte de España, sobre todo de Galicia o el Principado de Asturias, pese a que ya no se utilizan como en el pasado, su imagen es característica de estas zonas y, en muchas ocasiones, un reclamo turístico. Por ello, cada vez son más los que se están restaurando.
En la rehabilitación de los hórreos, al tratarse de una construcción elevada, apoyada sobre cuatro puntos, resalta la importancia de conseguir el equilibrio de fuerzas de toda la construcción, el control del grado de humedad de la madera, el trabajo de veta y nudo en lazos, puntos de posible rotura, encuentro de fuerzas y el trabajo frente a aparición de flechas en tirantes. En España son varios los maestros que trabajan en la restauración de los hórreos.
Benjamín Sánchez Álvarez es uno de ellos. Aprendió de su padre en el taller familiar de Oviedo, por lo que lleva toda la vida dedicado a la carpintería.
En su taller realiza desmontajes y traslados de hórreos, así como su reparación y la construcción de otros nuevos de las mismas características. También realiza trabajos de carpintería en general, en el campo de la restauración y también en el de obra nueva, tales como cenadores, corredores, escaleras y porches, entre otros.
Otro ejemplo es el de la Carpintería Los Lodos, donde restauran los hórreos siguiendo las recomendaciones de Patrimonio y Cultura de Asturias, utilizando materiales recomendados (castaño y roble) y basándose en el sistema tradicional asturiano. “Trabajamos en el traslado de estas estructuras marcando todas las piezas, desmontado y rearmado en el lugar de destino. También las construimos nuevas, siguiendo modelos y sistemas tradicionales y con proyecto de arquitecto, adaptándonos a las necesidades de cada cliente”, explica Manuel Antonio García, quien empezó como aprendiz en un taller de carpintería en Oviedo a los 16 años
Por su parte, José Francisco Pérez Peláez, de Structumad, lleva desde niño trabajando en la rehabilitación de los hórreos. Sus maestros fueron su abuelo y su padre, ya con cinco años, al salir de la escuela, se iba al taller de sus familiares y se quedaba prendado e intentaba ayudar con las maderas para la restauración de muchos hórreos y paneras. Una pasión que con los pasos de los años se convirtió en una realidad.
Tras años de experiencia en reparar y restaurar hórreos y paneras, muchos de ellos con varios siglos de existencia, conocen bien los vicios y defectos habituales de la madera de estas construcciones, y esta experiencia y conocimiento lo aplican en la nueva construcción, no sólo en los hórreos, sino también en nuevas cubiertas de madera, forjados, muros muebles o arcas. “Las técnicas que utilizamos son las de la carpintería de armar tradicional, con especial conocimiento del aserrado y del trabajo de la veta del castaño, el material más empleado en todos nuestros proyectos. Las herramientas que empleamos son las comunes a la carpintería de armar, tales como las sierras, formones”, apunta Pérez Peláez.
Para finalizar, y entre otros muchos maestros, no nos podemos olvidar de Julio César Zapico Alonso, quien desarrolla su actividad como carpintero desde hace más de 15 años. Además es miembro de la Asociación de Amigos del Hórreo y coautor de varios libros cuyo tema central es el de los hórreos.
Entre los trabajos de Zapico Alonso destacan la restauración de hórreo en Pillarno en La Buría; el traslado de un hórreo para Carlos Lorenzana en El Escaplero (Las Regueras); o el traslado y restauración del hórreo en El Pedregal (Lorenzana, Carreño).
“En el taller reproducimos los modelos de la carpintería tradicional de Asturias y de las regiones vecinas, utilizando principalmente materiales autóctonos, pero también maderas de explotaciones cercanas controladas. Del mismo modo, adaptamos esos modelos a los actuales usos y modos de vida, tratando de no perder la esencia y la belleza de las formas”, finaliza.