Las tarimas laminadas se van imponiendo en la mayoría de los hogares. Este tipo de suelos sintéticos destacan principalmente por su resistencia y la duración que aseguran. Resultan de lo más prácticos, sin descuidar en ningún momento la estética, ya que hay disponibles distintas variedades imitando a la madera, cemento, baldosas o a la piedra, entre otros materiales. Esto hace que tengan cabida en cualquier espacio de la casa debido a su facilidad para combinar con muebles o decoración.
Uno de los negocios de referencia en suelos laminados en Madrid es Parquets Labrador. La experiencia y el buen hacer desde hace años le convierten en una de las empresas más importantes del sector en la capital de España.
Están especializados en la colocación de este tipo de suelos, que además de lucir de manera muy elegante en cualquier estancia de la vivienda, tienen un precio más económico en comparación con las tarimas de madera. Tampoco hay que pasar por alto su fácil instalación, ya que cuentan con un sistema de cierre por clic que hará que encajen unas piezas con otras de forma hermética.
Este tipo de pavimentos se componen de distintas capas, con un tablero hidrófugo de alta densidad, que en la zona inferior dispone de una capa que aporta estabilidad al tablero al tiempo que le mantiene protegido de la humedad. En su parte superior está el papel decorativo en alta resolución que es el encargado de imitar a la madera o a cualquier otro material, contando por encima con una resina transparente (Overlay) que es la encargada de que no sufra abrasión ni desgaste.
VENTAJAS DE LOS SUELOS LAMINADOS FLOTANTES
Los suelos laminados flotantes demuestran que estética y funcionalidad no están reñidas. Ambos son capaces de combinar a la perfección. A la hora de construir un espacio o renovarlo, ya sea una vivienda o un local comercial, este tipo de pavimento supone toda una garantía por varios motivos. A continuación repasamos las principales ventajas que tiene.
- Variedad de diseños: resulta muy fácil encontrar el estilo que mejor encaje con nuestros gustos gracias a la amplia variedad de colores, tonalidades y patrones con estilos decorativos. Imitan a la perfección a la madera, mármol, baldosas cerámicas o acero.
- Resistencia al desgaste y durabilidad: son suelos especialmente duros, que difícilmente se deterioran con el uso. Responden de maravilla frente a las manchas, decoloraciones o arañazos que puedan producirse. Pueden durar toda una vida prácticamente como el primer día.
- Perfectos para suelos radiantes: se puede instalar el suelo radiante sin que exista ningún tipo de problema.
- Resistencia a la humedad: es habitual que se coloquen también en zonas más propensas a la humedad como pueden ser baños y cocinas. Soportan a la perfección este estado sin que en ningún momento el material sufra deformación o hinchamiento.
- Instalación fácil y rápida: las tablas se colocan totalmente herméticas entre ellas a través del sistema clic. No nos llevará mucho tiempo su instalación, y además, una vez puestas ya podremos caminar sobre ellas sin necesidad de soportar esperas como ocurre con otros materiales que exigen el secado de pegamento o barnizado. En unas pocas horas estará listo.
- Encaja en todo tipo de lugares: tienen mucha aceptación en los hogares, ya sea para dormitorios, salones, cocinas, baños o zonas de paso. Pero también resultan perfectos para locales comerciales, tiendas u oficinas. Proporcionan un gran confort en la pisada y están preparados para soportar un importante tránsito de personas.
DIFERENCIAS ENTRE EL SUELO LAMINADO Y EL DE MADERA
El suelo flotante laminado ha ido ganando terreno de manera evidente a las tarimas de madera en los últimos años. Este último, al ser más natural, resulta más blando y con más facilidad se puede rayar y sufrir deterioro por los golpes. También se puede ver afectado por la humedad. En el caso de las tarimas laminadas, su composición resulta más dura, capaz de resistir mejor cualquier tipo de golpe o mancha.
En cuanto a los diseños, no existen grandes diferencias. Solo que es preciso destacar la versatilidad que ofrecen los laminados al imitar todo tipo de suelos con gran exactitud, incluso la madera.
Los suelos de madera resultan más complejos de instalar y además precisan de un cierto mantenimiento cada cierto tiempo, con un acuchillado y barnizado cuando se va deteriorando. Algo que no es necesario con los laminados, que difícilmente sufren daños. Por último, los suelos laminados resultan más baratos, sin que en ningún instante la estética o la funcionalidad se resientan.