La primera generación que puso en marcha SALMAR data de hace treinta años. En el 2008 entró la segunda, una generación que ha conseguido “aguantar” la crisis y que se marca la calidad y el buen servicio de lo que ofrecen como algo prioritario en su quehacer diario.
Ahora, en SALMAR afrontan el futuro con optimismo. “Las cosas empiezan a ir mejor, y se ve la luz al final del túnel”, asegura Jesús Maroto, tras registrar un balance favorable y un incremento de plantilla del 20% en los dos últimos años. Actualmente compone SALMAR un plantel de 130 empleados, entre personal fijo e instaladores.
SALMAR gestionó los años de crisis acometiendo las necesarias mejoras tecnológicas en su fábrica, atendiendo a lo que iba a demandar el mercado y, aunque se plantean seguir creciendo, tienen muy claro que practicarán un crecimiento “controlado”, basado en el abastecimiento de la demanda del mercado nacional.
SALMAR pertenece a ASCIMA -Asociación Nacional de Fabricantes de Carpintería Industrializada de Madera-, y a FEIM -Federación Española de Industrias de la Madera-. Para Jesús Maroto, estar en estas organizaciones representa un valor para SALMAR porque “la unión hace la fuerza”. Cree que el hecho de estar en estas asociaciones sirve para fomentar y consolidad una mayor unidad entre los fabricantes de carpintería de madera; “algo fundamental para conseguir objetivos de futuro”.