25 expertos del sector de la madera procedentes de 13 países europeos han visitado Galicia en el marco del segundo seminario Focus Group New Forest Practices & Tools for Adaptation and Mitigation of Climate Change, que pretende dar a conocer nuevas prácticas e instrumentos forestales para la adaptación y la mitigación del cambio climático.
En este marco, los participantes del curso han visitado un aprovechamiento forestal de pino, en Trazo y las instalaciones de la fábrica de FINSA, en Santiago de Compostela. Estas visitas han sido posibles gracias a la EIP Agri, en colaboración con la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra y el Cluster da Madeira e o Deseño de Galicia.
Durante la visita se ha analizado el potencial de la cadena de valor de la madera para incorporar la filosofía de la economía circular. El sector de la madera en Galicia es consciente del importante papel que tienen los bosques y los productos de madera en la mitigación de los efectos del cambio climático. Esta conciencia, apoyada en estudios científicos, es cada vez más compartida y apoyada por los poderes de decisión de las distintas administraciones públicas.
La gestión forestal sostenible influye decisivamente en la prevención de incendios forestales (emisores de CO2 a la atmósfera), en la mayor cantidad de carbono que pueda almacenar un bosque y, consecuentemente, en lo que se vaya a convertir en productos de madera. Por otro lado, en fundamental el aprovechamiento más eficiente de esta madera en la cadena de valor para producir productos de larga vida y capacidad de reciclaje, sustituyendo materiales desfavorables en su balance de CO2.
En este sentido, está contrastado que en una vivienda tipo de 100 m2 se estima que se emiten unas 40 toneladas de CO2 para su fabricación pero si se sustituyen los diferentes materiales por madera, este balance va cambiando.
Si las ventanas fueran de madera en lugar de PVC, se ahorrarían más de 2 toneladas; si lo que se sustituye es aluminio, más de 5 toneladas de CO2.
Cambiando el forjado de hormigón por madera, se ahorran unas 28 toneladas y, si el suelo es de derivados de madera, en lugar de gres, se ahorrarían otras 4 toneladas. Si se cambian los muros y los tabiques de ladrillo por unos de madera, se dejan de emitir 24 toneladas de CO2 más. Con lo cual, todo esto haría un ahorro en una vivienda de unas 60 toneladas de CO2. Esa cantidad es suficiente para absorber todas las emisiones de una familia de tres miembros, más las emisiones de un coche, durante 20 años.