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ZUHAIZKI busca la excelencia de producto y servicio, con un mínimo impacto ambiental

A la espera de su primera ventana certificada Passivhaus.

ZUHAIZKI, empresa integrada en ASOMA, la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas Madera-Aluminio-, busca diferenciarse en el mercado de los cerramientos con un producto cien por cien ecológico, fabricado con perfilería de madera e instalado con aislantes naturales, minimizando su huella de carbono y realizando una ventana certificada Passivhaus, apta para cualquier área climática de España.

Sobre la base de nuestro buen nombre en la zona y en el mercado, y una larga experiencia carpintera, nos proponemos profesionalizar la gestión, ser más eficientes, modernizar los productos y aumentar nuestras ventas, creciendo en el mercado español y también en Francia”, introduce Joseba Zubizarreta, gerente de ZUHAIZKI.

De izquierda a derecha Alex Ibáñez, Joseba Zubizarreta y Soraia Egiazu.

Agradeciendo el trabajo de todos los que vienen de atrás, que empezaron desde cero para llegar hasta lo que hoy es y representa ZUHAIZKI, que es una empresa grande e importante –añade Alex Ibáñez, responsable de instalaciones en la empresa guipuzcoana-. Emprendemos un camino diferente, pero siempre con sus principios y los mismos objetivos”.

ZUHAIZKI fabrica todo tipo de elementos de carpintería de madera, entre los que destacan las ventanas, las puertas, revestimientos y panelados, y también muy especialmente las escaleras, producto en el cual es una referencia en el mercado. Con un alto nivel de calidad, Marcado CE y una instalación acorde a las prestaciones de los productos.

OBJETIVO: DIFERENCIARSE

ZUHAIZKI dispone de 3.500 metros cuadrados de capacidad instalada, una importante inversión realizada en maquinaria que cubre todo el proceso de producción, hasta el barnizado, y una oficina técnica con mucha experiencia, ahora reforzada con la incorporación de la arquitecta Soraia Egiazu, como responsable técnico-comercial de la empresa.

Línea de Acabado.

A las gamas de perfilería de 68, 78 y 92 milímetros se ha sumado una espléndida ventana con perfil de 92 mm. que mejora ostensiblemente las prestaciones de aislamiento térmico y acústico, y se encuentra a la espera de obtener muy pronto el certificado Passivhaus; objetivo principal de ZUHAIZKI en el segmento de los cerramientos para obtener una alta eficiencia energética. “La normativa es cada vez más rigurosa, hace un año salió publicada la última modificación del CTE y es muy exigente en materia de aislamiento térmico -comenta Soraia Egiazu-. Queremos aportar a este mercado un producto de gama media-alta, cubriendo las exigencias tanto del CTE como del Passivhaus, que finalmente van a converger”.

Flaco favor haríamos al sector si por ganar un proyecto fabricáramos y colocáramos una ventana de poca calidad, que a los dos años de servicio va a generar problemas -apunta Joseba Zubizarreta- Hay que apostar por la calidad, y que todo el mundo vea que la ventana de madera es el futuro”.

Para responder con garantías a la demanda de este mercado creciente, ZUHAIZKI invierte en formación. Así, Soraia Egiazu ha obtenido recientemente el título oficial Certified Passive House Tradesperson para poder asesorar mejor al cliente, con un mayor conocimiento en la ejecución de edificios de consumo energético casi nulo bajo el estándar PASSIVHAUS. De igual manera, la firma vasca aspira a disponer de ventana certificada para las dos grandes zonas climáticas de España. Siempre con materiales ecológicos y la madera como denominador común.

CALIDAD ANTE TODO

Para fabricar sus ventanas, ZUHAIZKI se provee de perfiles laminados de madera certificada, herraje y vidrio de la máxima calidad. En general, siempre que sea razonable y sostenible, se ocupan ellos mismos de la instalación. “Procuramos hacer una instalación hermética, con juntas de estanqueidad –explica Alex Ibáñez-. Colocamos adecuadamente la ventana en el hueco, para que ésta desempeñe todas sus prestaciones. Y hacemos otro guiño al medio ambiente aislando, cuando así es requerido por el cliente, con lana de oveja o fibra de madera, en lugar de espuma de poliuretano”.

El carpintero es también un gran cliente de ZUHAIZKI, que pone en valor la fábrica y es la base de su crecimiento y desarrollo tecnológico. La ventana les permite buscar nuevos carpinteros en otras zonas geográficas con los que están buscando relaciones a largo plazo. “Son partners que no tienen nuestros medios productivos, pero son muy profesionales instalando nuestros productos”, asegura Joseba Zubizarreta.

También realiza la fábrica de Leaburu ventanas ornamentales y cerramientos especiales, para edificios protegidos y de cascos históricos. Con tapas, contraventanas, persianas… “Es una fabricación a medida, compleja, apoyada en el know how de nuestra oficina técnica”. Siempre con la calidad por delante de todo, y un buen servicio, basado en dar una solución al cliente, porque “cada casa es diferente”.

A medio plazo, el objetivo de ZUHAIZKI es crecer en volumen de ventas. De forma paralela a una estrategia comercial, prepara un plan de inversiones para mejorar, automatizar y ser más eficientes, sobre todo en la fabricación de ventanas. “Queremos acabar de trazar dicho plan en 2021, y empezar a ejecutarlo en 2022”.

Borda en Idiazábal.

ZUHAIZKI ha contrastado que la ventana de madera es la que mejor transmitancia de marco puede ofrecer en el mercado de las casas pasivas. “Con el tiempo, llegarán directivas europeas que exijan el uso de la madera en los cerramientos; también por tratarse de un material renovable, reciclable y reutilizable, y por las mínimas emisiones de CO2 que genera en la fabricación”, augura Soraia Egiazu.

FOTO PRINCIPAL del Reportaje: HOTEL ARIMA, Donostia. Hotel certificado Passivhaus