El conflicto de Ucrania ha vuelto a poner encima de la mesa la excesiva dependencia energética que tenemos de países de condición inestable. La gestión de los montes resulta indispensable para conseguir un mejor aprovechamiento y uso racional de sus recursos naturales, entre ellos, la biomasa forestal, importante fuente de energía estratégica y renovable al tiempo que, potencialmente, un gran yacimiento de empleo en el medio rural.
Apostar por la biomasa forestal como fuente energética limpia, renovable y generadora de empleo debería ser una línea estratégica de primer orden para España. No olvidemos que no sólo tiene un uso con fines térmicos (pellets, briquetas, astillas, leña,…) sino que también puede tener fines eléctricos, cogeneración, trigeneración, biocombustibles, biogas… Todo un elenco de posibilidades. Y es que además el 55% de la superficie española es forestal y no deja de aumentar.
Somos conscientes, y lo estamos sufriendo todos, que los combustibles fósiles son importados de países inestables políticamente como Rusia, Arabia Saudí, Argelia o Venezuela. Además incrementan nuestro déficit exterior cada día; son contaminantes, y por ello, debemos pagar por el CO2 emitido; asimismo resultan muy caros, cada vez más, para la sostenibilidad económica de la inmensa mayoría de ciudadanos y de España y Europa en su conjunto. En unos momentos tan delicados como los que estamos viviendo tenemos que de una vez, apostar por la biomasa como un recurso nacional, barato, sostenible y resiliente, es nuestro petróleo verde que debe ser convertirse en un revulsivo económico de primer orden.
La biomasa forestal está constituida por la materia vegetal de los bosques como leñas, restos de cortas y podas, cultivos energéticos forestales, etc. Es decir, es energía que se puede acumular y que es necesario utilizar.
Evidentemente no pedimos una extracción de biomasa masiva con fines energéticos, pero desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural exigimos una política forestal acorde a los tiempos que vivimos, con perspectiva de futuro que incremente e incentive la superficie sujeta a planes de gestión, clave para potenciar el uso sostenible de los bosques, aumentando la movilización de biomasa y madera.
Y es que en España tenemos un verdadero problema con nuestra biomasa forestal. No sabemos qué hacer con ella. España podría extraer 46 millones de m3 anuales de biomasa, de acuerdo con el crecimiento de la masa forestal según el III Inventario Forestal Nacional. Pero sólo aprovechamos entre 15 y 19 millones de m3. Es decir, año tras año, se acumula cantidades ingentes de biomasa en nuestros montes lo que se traduce en una grave amenaza para la aparición de incendios forestales de grandes dimensiones y gran virulencia capaces de arrasar cientos de hectáreas de nuestro medio natural.
El uso de biomasa forestal es una oportunidad de gestión de bosques, de valorizarlos de una forma sostenible que no podemos ni debemos despreciar. Es también una gran oportunidad como herramienta preventiva contra los incendios forestales. Por si todo esto fuera poco, la biomasa forestal genera 135 nuevos empleos sostenibles por cada 10.000 habitantes, frente a 9 empleos que genera el uso de combustibles fósiles (según FAO y la Asociación Austriaca de Bioenergía). El tratamiento y mantenimiento de la biomasa para obtener energía renovable genera 60 veces más empleos que el sector del gas, 30 veces más que el del carbón y 10 veces más que el nuclear, además de tratarse de una fuente energética “made in Spain” con menor coste que los combustibles fósiles y mucho más sostenible desde el punto de vista ambiental.
No podemos mirar a otro lado, el uso de la biomasa forestal implica beneficios en lo económico, en lo ecológico y en lo social, gracias a la generación de empleo, ahorro energético, uso eficiente de la energía y gestión sostenible de nuestro medio natural.
La inversión en proyectos I+D, la investigación en la búsqueda de nuevas tecnologías forestales más eficientes y eficaces, y el mejor conocimiento de la cultura forestal posibilitarán la creación de las mejores herramientas y técnicas a aplicar en el futuro. Y de todas, la gestión forestal sostenible y el empleo de las ciencias forestales aplicadas en la conservación de nuestros más valiosos espacios naturales, los bosques, suponen la mejor solución para muchos de nuestros retos y objetivos de futuro a medio y largo plazo.
Tenemos una enorme riqueza en los montes españoles totalmente desatendida y desaprovechada ¿podemos permitirnos el lujo de seguir ignorándola?
Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural