El pasado viernes 28 de febrero, el BOE publicó la Orden TED/171/2020, de 24 de febrero, donde se actualizan los parámetros retributivos para instalaciones de energía renovable, cogeneración y residuos para su aplicación durante el período retributivo que comenzó el 1 de enero de 2020. A partir de ahora, el límite de horas de producción con derecho a retribución a la operación se amplia a 7.500 horas al año, favoreciendo una rentabilidad razonable a más largo plazo.
Esta Orden rectifica un error de concepto contenido en la Ley 24/2013 que limitaba, sin una base fundamentada, a 6.500 horas al año el tiempo máximo de operación con derecho a retribución de las plantas de generación de energía eléctrica a partir de biomasa.
“Desde AVEBIOM aplaudimos este cambio normativo que, a nuestro juicio, retoma la dirección correcta para facilitar el desarrollo de una actividad que tanto tiene que aportar a nuestra sociedad, como garantizar una transición energética justa o luchar contra la despoblación de las áreas rurales”, apuntan.
MAYOR EFICIENCIA Y OTRAS VENTAJAS
Las instalaciones de generación eléctrica con biomasa son capaces, en general, de alcanzar disponibilidades anuales cercanas a las 8.000 horas, por lo que la limitación que ahora se corrige suponía una clara ineficiencia en el uso de las infraestructuras existentes.
Por otro lado, el aumento de disponibilidad impulsará también la necesaria valorización de subproductos agrícolas y forestales, lo que calculamos que conllevará un incremento anual de la renta agraria superior a 50 millones de euros durante los próximos 20 años.
Para el cálculo hemos asumido que el incremento de consumo de biomasa se cubre con un 60% de biomasa primaria (b6) y un 40% de biomasa secundaria (b8) y aplicamos los rendimientos y costes promedio publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Además de los generadores de energía eléctrica con biomasa, también están de enhorabuena el sector forestal, que se beneficiará de un aumento de los aprovechamientos forestales sostenibles, y la sociedad en su conjunto, pues menos biomasa en el monte significa menos incendios forestales y menos virulentos en caso de producirse.
El aumento de horas de producción contribuirá, por otra parte, a reducir las emisiones de CO2 del sector energético y a mejorar la gestionabilidad de la red eléctrica de forma sostenible y con el respaldo de una energía renovable.