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“En España hay una necesidad de energía local”

Jorge Herrero, director de EXPOBIOMASA.

AVEBIOM -Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa- tiene firmado un acuerdo con la Asociación Española del Biogás para el lanzamiento del 2º Salón del Gas Renovable, “con la idea de que sea la cita del sector”, transmite Jorge Herrero, director de la feria EXPOBIOMASA. El gas renovable proviene del biogás. Y el biogás utiliza la biomasa con una alta humedad por lo que es difícil de combustionar. Hay muchísimos residuos que, valorizándolos como biogás, se van a convertir en kilovatios/hora, en energía, en energía verde, en la energía que queremos todos.

¿Cómo ha respondido la biomasa a la sociedad durante la pandemia?

Una de las cosas que hemos aprendido durante la pandemia es que ha habido decenas de hospitales, residencias geriátricas y más de 400.000 viviendas que no han tenido un solo problema en el suministro de biomasa. Porque provenía de un radio de entre 50 y 100 kilómetros. Sin depender de buques que se cruzan en el Canal de Suez, o dan la vuelta hacia China porque allí se paga más por el gas. O de que nos corten el abastecimiento de un gasoducto.

Hablamos de independencia y seguridad energética, a partir de un recurso nuestro. Un recurso mayoritariamente forestal que es público y privado, al cincuenta por cien. Un recurso rentable y que genera empleo, impuestos y riqueza en el ámbito rural.

La energía es escasa y cara. A partir de ahora, ¿qué va a suceder con el gas renovable?

Después de unos años de parón del sector del biogás, con muchos proyectos sobre las mesas, algunos ya van siendo son realidades. Se nos plantea una situación bastante dulce de cara a los próximos años en España, siguiendo la estela de lo que está ocurriendo en Europa. Nos llevan años de ventaja en proyectos y en mentalidad; allí están saliendo adelante muchos proyectos, y aquí se han ralentizado demasiado. En España hay tecnología, ingenierías y muchos recursos. Y una necesidad de energía local.

Todo esto es real, y desde la Administración tienen fondos para poder apoyarlo. Y confiamos en que lo hagan. El día a día que están viviendo los ciudadanos en sus casas es terrible. En cuatro meses hemos perdido todos doscientos euros mensuales, que estamos pagando en sobrecoste de la electricidad y de los combustibles fósiles. Las familias que viven con una renta ajustada no lo pueden asumir.

O hacemos un cambio estructural hacia las energías renovables, desechando definitivamente las provenientes de combustibles fósiles, o lo vamos a tener cada día más difícil para seguir la estela de Europa.

Además del Salón del Gas Renovable, ¿qué otras novedades nos traerá la próxima edición de EXPOBIOMASA?

EXPOBIOMASA ha evolucionado junto con el mercado. Organizada por empresas del sector asociadas a AVEBIOM, la feria se adapta a su situación, ritmo y necesidades. La celebración de la próxima edición se irá a la primavera, en vez de en septiembre. Porque durante muchos años el inicio de la campaña y los pedidos se concentraban en ese mes, cuando se notaba la llegada del frío. Hemos percibido que las fábricas vinculadas al sector doméstico ya no trabajan con tanto stock, sino contra pedido. Necesitan saber las previsiones de venta para poder fabricar, antes de la temporada.

Los proyectos grandes son atemporales, pero el consumo y la instalación en el ámbito doméstico los debemos prever un poco más. El sector así lo ha dictado.

Una feria está viva, se escucha a las empresas. Por ejemplo, durante años hicimos la feria con carácter anual; porque había mucha demanda y cada año estaban entrando empresas nuevas al sector, que deseaban estar o visitar la exposición; y cuando el sector maduró llegó el momento de hacer la feria cada dos años.

¿Hacia dónde camina el sector y qué cambios le aguardan?

Estamos en el mundo de la energía renovable, en el momento de la transición energética y de la energía local. Una de las tendencias que prevemos para los próximos meses y quizás años es la cogeneración en la industria. En algunos países se están registrando cogeneraciones pequeñas, y aquí se han puesto en marcha numerosas en los últimos meses, debido al alto coste de la electricidad, que no muestra visos de bajar a corto o medio plazo.

Las empresas que ya tenían cogeneraciones y disponen de sistemas de biomasa son mucho más competitivas. Porque reducen sus costes medioambientales, tienen una energía con suministro seguro y un precio estable. Por ejemplo, una panadería que funciona con pellet o astilla conoce su coste energético para todo el año. Quien usa gas, diésel o electricidad, no lo sabe.

¿Cuál es la situación del pellet, en concreto, en este escenario?

En los últimos diez años se han registrado vaivenes en el coste de los combustibles, fósiles, con varios cambios de tendencias. Entretanto, el precio del pellet ha subido en el mismo periodo menos que el IPC. Aunque requiere electricidad para su producción el diferencial de precio con combustibles fósiles sigue siendo muy alto.

El conjunto de las fábricas de pellet no ha reducido su actividad desde que se produjo el confinamiento en marzo de 2020. A partir de ahí no han descansado. Entre el centenar de fábricas es cierto que alguna ha preferido parar puntualmente debido a los altos costes eléctricos o a problemas de suministro de madera. Pero igual de cierto es que muchas de ellas han aumentado su producción de forma considerable. Hay fábricas de reciente construcción que ya han realizado mejoras para duplicar la producción.

Por cierto, el 90% de las fábricas de pellet de España están en municipios de menos de 1.000 habitantes. Son industrias que no se pueden deslocalizar, que deben encontrar la madera cerca, porque la biomasa viaja mal y es penalizada por el transporte.

Paralelamente, ¿cómo evoluciona el sector forestal ante esta realidad?

El sector forestal es necesario para la industria de la bioenergía. Y el sector forestal ha encontrado en la bioenergía una salida para parte de sus productos que no tenían otra salida comercial. Y confiamos en que muchos propietarios forestales sean capaces de aprovechar este cambio en el mercado. Vender kilovatios/hora desde el monte está sirviendo a muchos propietarios forestales y empresas a valorizar sus productos.

¿Hay abundancia de materia prima para garantizar el desarrollo de la actividad?

En los últimos veinte años no ha aumentado la proporción de uso de bioenergía a partir de madera que extraemos del monte. La bioenergía, de hecho, no afecta a la escasez de madera que actualmente padece el sector. De toda la madera que se extrae del monte, la industria se sigue llevando entre el 75 y el 80 por ciento. Y entre el 20 y el 25 por ciento es para uso de bioenergía, desde hace 20 años.

En Europa sí que ha habido ya un aumento de la extracción; hay países como Suecia o Finlandia que ya están a unos niveles muy altos de extracción, con tasas en torno al 90 por ciento de lo disponible. En España todavía tenemos capacidad de extraer madera. En muchas zonas del país vemos los montes demasiado densos. Cuanto más gestionemos, más madera seremos capaces de extraer a medio y largo plazo. Cuanta más madera extraigamos con bajo valor comercial, mayor rentabilidad daremos al monte a medio plazo.

La certificación ambiental y de calidad, ¿beneficia o penaliza a la biomasa?

La biomasa es hoy en día el producto energético con más certificación de sostenibilidad. Hay certificación en el origen y hay trazabilidad. Para plantas de 10 megavatios en adelante, la Unión Europea ha impuesto una nueva normativa de sostenibilidad, que las organizaciones nacionales hemos denominado certificado SURE. Probablemente la extracción de gas fósil no requiera tantos certificados, ni se vigilen tanto las emisiones en su transporte, que por cierto son brutales. Recientemente el estado de Nueva York ya ha prohibido la calefacción con gas, porque las emisiones que afectan al cambio climático desde la extracción hasta la combustión son mucho más altas de lo que se reconocía.

Entretanto, ¿cómo ha evolucionado el segmento de las calderas?

El hecho de no haber destinado más madera a uso energético durante los últimos 20 años ha propulsado la eficiencia de las calderas, estufas y chimeneas. La legislación europea sobre ecodiseño en los sistemas de calefacción es muy rigurosa. Muchos equipos se han tenido que dejar de fabricar. Hay que ser mucho más eficientes, generar cada vez menos emisiones, que pueden afectar a la contaminación atmosférica. Quemar leña en equipos abiertos o sin ecodiseño genera por ejemplo muchas partículas. Sin embargo, con los equipos modernos la erradicación de estas emisiones se acercan al cien por ciento.

Ha habido un salto tecnológico grandísimo. Poder usar calderas con los actuales quemadores de pellet súper eficientes, automatizados y controlados a demanda, es un lujo tecnológico.