La Asociación de Forestalistas de Alava, ARABA, cumplió 30 años en 2016. Con motivo de esta importante efeméride, organizó y celebró en Amurrio sus primeras Jornadas Forestales, como parte de un magno evento que se desarrolló en Euskadi de 15 a 23 de Octubre: la 2ª Semana de la Madera, organizada por Baskegur.
Corría el año 1986 cuando una treintena de personas se lanzaron a la aventura de agruparse y defender los intereses de los forestalistas ante la Administración y otras entidades. Sus primeros presidentes fueron Iñaki Gancedo y Alberto Ibárrola, a quienes la Asociación debe en gran parte todo lo que ha llegado a representar y realizar. Actualmente preside la Asociación ARABA Iñigo Mínguez, escudado por la gerente de la organización, Amelia Uría.
La Asociación se ha desarrollado, hasta llegar a tener a fecha de hoy casi 500 Socios, que reúnen casi 13.000 hectáreas; aproximadamente un 40% de la superficie arbolada en producción de Alava. “Lo que parecía iba a ser sólo la reunión de un grupo de amigos y conocidos en torno al mundo forestal, ha ido tomando fuerza –comenta el Presidente de ARABA-. Actualmente tenemos muchos retos por superar, y para lograrlo es clave que siga existiendo esta Asociación”.
Entre otras acciones, la Asociación de Forestalistas de Alava está llevando a cabo, junto al Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Alava, iniciativas de investigación para introducción de nuevas semillas y el control de las plagas y de sus riesgos para el medio ambiente, de asesoramiento técnico a los Socios y de estudio de mercados para la madera que se extrae del monte; no sólo para carpintería o mueble, sino como combustible y también para la construcción e incluso en el sector textil.
En la Asociación toma fuerza la conciencia de que la mitigación del cambio climático es una gran oportunidad para todo el sector. “Los bosques juegan un papel muy importante en la retención de CO2 –remarca Iñigo Mínguez-. Queremos poner en valor esta realidad ante todas las instituciones”. También dentro del marco del respeto y la preservación del medio ambiente, la Asociación ARABA continúa trabajando en la promoción e implantación del certificado PEFC de gestión forestal sostenible; un sello que garantiza que “se están haciendo bien las cosas dentro del mundo forestal”.
Agente crucial en el futuro del paisaje, de la economía rural y del entorno de las urbes y municipios alaveses, la Asociación de Forestalistas de Alava basa su trabajo en la gestión y el desarrollo sostenible, esto es, “poder evolucionar de una manera equilibrada, garantizado que las generaciones venideras puedan tener y disfrutar lo que hoy tenemos nosotros –concluye Iñigo Mínguez-. El largo plazo que marca la disposición del recurso de la madera demuestra a la sociedad que el forestalista no sólo piensa en el presente, sino también en los que vienen tras nosotros. Sin olvidar que para disfrutar un medio ambiente, debemos preservar y potenciar una actividad económica y social en el sector primario”.