Canadá está a la vanguardia a nivel mundial en la implementación de prácticas de gestión forestal sostenible, comprometiéndose con la conservación de la biodiversidad y la protección de los ecosistemas. Con casi 362 millones de hectáreas de bosque y una tasa anual de deforestación de menos del 0,02 por ciento, Canadá es el país con la tercera mayor área forestal del mundo.
La peculiaridad de Canadá es el monte público, en 2021 existían en el país norteamericano 158 millones de ha de bosque con certificación de gestión forestal sostenible. Las leyes, políticas y regulaciones de Canadá exigen que las áreas cosechadas sean regeneradas y que se apliquen prácticas de gestión forestal sostenible en todos los bosques de propiedad pública, que representan el 92% del total. “Nuestras iniciativas abarcan desde el fomento de la reforestación y la restauración de áreas afectadas por incendios o plagas, hasta la inversión en tecnología verde para mejorar la eficiencia en el uso de recursos -explica Eugenia Pérez Peña, Agregada Comercial en la Embajada de Canadá en España-. Estamos trabajando en colaboración con las comunidades indígenas, compartiendo conocimientos tradicionales y científicos para una gestión forestal más inclusiva”.
Además, en Canadá hay una apuesta firme por la investigación y la innovación en bioeconomía para crear productos de madera y no madereros innovadores y sostenibles, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y disminuyendo la huella de carbono.
El recurso forestal es inmenso y el actor público es el que tiene mayores capacidades para gestionarlo adecuadamente.
¿Cómo se posiciona el sector forestal canadiense en el mercado global, especialmente en lo que respecta a productos de madera sostenible?
El sector forestal canadiense es reconocido internacionalmente por su liderazgo en la producción de madera sostenible, gracias a un marco de certificación forestal riguroso y reconocido mundialmente. Gran parte de esto se debe quizás a la titularidad, ampliamente pública, del monte.
Canadá es uno de los mayores exportadores de productos forestales, incluyendo madera aserrada, pulpa y papel, y en todo caso cumpliendo con los más altos estándares de sostenibilidad. Esto nos posiciona favorablemente en mercados globales que demandan productos ecológicos y responsables.
Estamos comprometidos con el fortalecimiento de la economía circular, lo que incluye el desarrollo de mercados para productos de madera de bajo impacto ambiental, como materiales de construcción sostenibles y bioproductos innovadores.
¿Cuál es la posición de Canadá frente al Reglamento Europeo contra la Deforestación?
Como no puede ser de otra forma, Canadá está de acuerdo con los objetivos generales del Reglamento en términos de detener y sancionar la deforestación global, pero es cierto que hay problemas significativos con los mecanismos de cumplimiento propuestos por el Reglamento. Las principales áreas que nos preocupan son:
- El requisito de proporcionar las coordenadas específicas de geolocalización, cuando en Canadá hay unas áreas de abastecimiento inmensas y, además, a menudo se requiere el envío a granel para la producción. Resultará muy complicado definir la trazabilidad de la madera empleada en tableros, pasta de papel o biomateriales.
- Por otro lado, la inclusión de la degradación forestal en el alcance del Reglamento. Actualmente, no existe una definición operacionalizada y aceptada internacionalmente de degradación forestal. Sin una definición aceptada o una metodología consistente, no está claro cómo se puede verificar la degradación de manera medible y consistente.
Dado el liderazgo demostrado de Canadá en la prevención de la deforestación y la naturaleza de bajo riesgo del sector forestal canadiense, lo que esperamos es que la Comisión Europea designe a Canadá como país de bajo riesgo bajo el Reglamento.
Canadá tiene una tasa anual de deforestación de menos del 0,02 por ciento
Nuestro objetivo ahora es estar muy coordinados con las aduanas y con las Autoridades Competentes designadas en las Comunidades Autónomas, para que el comercio y la colaboración entre los operadores siga siendo fluida.
Canadá y la Unión Europea, y España en concreto, somos socios de ideas afines, que tenemos planes y políticas ambiciosas para proteger y promover los bosques y la biodiversidad.
¿Qué papel juega la innovación en el desarrollo de nuevos productos y en la mejora de los procesos productivos del sector forestal canadiense?
La innovación es fundamental en el sector forestal canadiense, no solo para desarrollar nuevos productos de madera que respondan a las necesidades de sostenibilidad y eficiencia energética, sino también para mejorar los procesos de producción.
La inversión en I+D ha llevado al desarrollo de tecnologías avanzadas como el CLT, que permite construir de manera más rápida, eficiente y con menor impacto ambiental. Hay muchas empresas con muy buenas capacidades en el uso de inteligencia artificial y la automatización para optimizar la gestión forestal y la producción, reduciendo residuos y aumentando la competitividad.
Hay universidades y centros de investigación de referencia en Canadá y la clave está ahora puesta en la bioeconomía, que es fundamental para afrontar los retos del cambio climático.
España es el quinto importador dentro de la UE27 de productos de madera de Canadá, por un valor de 56 millones de euros en 2022
Estamos viendo ahora a otros sectores, tradicionalmente alejados del sector, que miran a la madera y al monte como el recurso excepcional que es. Esa oportunidad nos debe llevar a desarrollar todo el potencial del sector y que sea clave para la descarbonización industrial.
Desde la Embajada, estamos centrados en apoyar proyectos en bioenergías y biocombustibles, química verde, lignina y nuevos biomateriales de origen forestal y maderero. Además, por supuesto de apoyar a empresas productoras de madera y tablero, papel y a empresas de construcción en madera.
¿Cómo afecta el cambio climático al sector forestal canadiense y qué medidas se están adoptando para mitigarlo?
La relevancia del sector forestal en la economía de Canadá es un buen indicativo de cómo debe de mantenerse su productividad, a la vez que se logra superar los desafíos que supone el cambio climático.
El producto interno bruto (PIB) nominal del sector forestal canadiense ha aumentado en los últimos 10 años de manera constante desde aproximadamente $19 mil millones en 2011 a alrededor de $35 mil millones en 2021.
Estas cifras reflejan el peso en el total de la economía y el porqué es un sector que se debe proteger y poner mucho más en valor, más cuando hablamos de su adaptación al cambio climático.
El cambio climático representa un desafío muy importante para el sector forestal global. En Canadá se ha manifestado, entre otras cuestiones, en incrementos en la frecuencia e intensidad de incendios forestales.
Para afrontar estos retos, Canadá está implementando estrategias de gestión adaptativa, que incluyen la selección de especies más resistentes al cambio climático, prácticas de silvicultura que aumentan la resiliencia de los bosques y políticas de protección y conservación de áreas forestales. Se ha acudido también, y es un aspecto fundamental, a la cooperación internacional; por ejemplo se enviaron bomberos forestales desde España a Canadá en la pasada temporada.
Una de las áreas prioritarias para Canadá es fortalecer la investigación y mejorar las capacidades de gestión relacionados con incendios, esto ayudará a anticipar los desafíos venideros y mejorar la capacidad para mitigar los riesgos antes de que ocurran, así como optimizar las prácticas y enfoques de restauración de bosques y paisajes.
¿Cómo ve Vd. el futuro del sector forestal canadiense en términos de sostenibilidad y cooperación internacional?
El futuro es prometedor. La sostenibilidad del sector forestal y de la gestión forestal canadiense es reconocida en España y en Europa. También las políticas para la protección de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
Además, reitero la apuesta por todos los subsectores incluidos en la bioeconomía, no sólo la cadena de valor de la madera sino también las bioresinas, los bioadhesivos, la tecnología de producción de biomasas. En definitiva, todo lo que ayude a la descarbonización y a conseguir los ambiciosos retos climáticos que se nos presentan.
Quiero destacar además la reciente adhesión de Canadá al pilar II de Horizonte Europa, esto abre nuevas posibilidades de colaboración con agentes españoles- también pioneros en innovación en el sector. Sin duda, nos va a permitir ver en un futuro cercano nuevos proyectos conjuntos que permitan colocar al sector forestal y de la madera como un eje fundamental para la transición ecológica.
Actualmente España es el quinto importador dentro de la UE27 de productos de madera de Canadá, por un valor de 56 millones de euros en 2022.
Tengo la misión de asesorar y ayudar a los importadores españoles de productos de madera y derivados de la madera provenientes de Canadá (productos tradicionales y nuevos biomateriales), para que novedades como el EUDR no interfieran y sean una barrera para el flujo comercial. Canadá va a cumplir con todos los requisitos y todos los requerimientos del Reglamento.