“Los bosques son el origen de todo, los necesitamos para afrontar los grandes retos ambientales y sociales de nuestra época, pero nos hace falta ver la interacción de las personas con el bosque como algo natural”. Así comenzó su intervención Patricia Gómez Agrela, gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), quien ha apuntado a la bioeconomía como “una nueva oportunidad para poner en valor los recursos del monte, dentro de una estrategia de economía verde”. Lo dijo en las jornadas “SOS Mundo Rural”, celebradas los pasados días 24 y 25 de marzo en el pequeño municipio de Orea (Guadalajara), las cuales versaban sobre economía circular, bioeconomía y bosques para el futuro.
En su ponencia, la gerente de COSE hizo hincapié en el hecho de que “si queremos que haya una bioeconomía verdadera, necesitamos que haya una rentabilidad en el monte”.
Aunque “la bioeconomía no es algo inmediato”, sí representa un “rayo de esperanza” ver que se puede contribuir a generar actividad y, por tanto, “un futuro para los montes” basado en materias primas biológicas y renovables.
“La gente de los pueblos debe saber que puede vivir de sus recursos naturales”, señaló Patricia Gómez durante su intervención en la que, no obstante, advertía de la necesidad de “organizarse” y de “creernos que en los pueblos forestales hay mucha riqueza que puede contribuir de verdad a la economía del día a día”.
INCENTIVOS FISCALES PARA LA GESTION DEL MONTE
La materia prima y múltiples recursos ya están en nuestros montes, pero para estimular y activar la gestión de los mismos ayudaría de forma determinante, según COSE, ofrecer incentivos a los propietarios forestales, como una fiscalidad ajustada a sus peculiaridades.
Precisamente en esta línea trabaja actualmente COSE, dentro de la plataforma JUNTOS POR LOS BOSQUES. A juicio de Patricia Gómez, “ésta sería una manera de atraer inversiones y personas al mundo rural”.
“La fiscalidad es una de las herramientas más eficientes para motivar un sector”, dijo en Orea la gerente de COSE, convencida de que, si se ofrece una fiscalidad atractiva y con incentivos, “la gente se animaría a invertir, y se frenaría el abandono de los pueblos”, gran problema que se ha puesto de manifiesto en estas jornadas.
Para COSE el camino a recorrer ahora debe dirigirse a convertir el concepto de bioeconomía en una realidad “para que los pueblos cobren vida, haya actividad y tengamos un medio rural vivo”.
Para la alcaldesa de Orea, Marta Corella “este tipo de jornadas sirven para dar visibilidad a pueblos que luchan día a día por sobrevivir y no caer en el olvido”.
“Los pueblos luchan por mantenerse y tienen derecho a existir”, señalaba Patricia Gómez, convencida de que “no todo está perdido en el medio rural”. Finlandia es un país que encabeza a nivel europeo iniciativas en la senda de la bioeconomía y sería “un ejemplo a seguir” dado que en España todavía queda un largo recorrido y “necesitamos generar cultura forestal y fomentar el aprecio por nuestros montes y pueblos”, apostillaba.
Según Patricia Gómez, en España hay un gran potencial en recursos naturales, pero se encuentran infrautilizados. “Tienen mucho valor, pero no tienen precio”, de ahí que a su juicio sea esencial avanzar hacia la puesta en marcha de políticas de apoyo hacia su valorización.
Como indica la propia palabra, la bioeconomía promueve la generación de una economía baja en carbono, que no es otra cosa que ir progresivamente sustituyendo los materiales y combustibles de origen fósil por fuentes de energía y materias primas de origen natural, con el objetivo de disminuir las concentraciones de CO2 en la atmósfera.
En este sentido, Patricia Gómez resaltó el papel fundamental que juegan en ésto los bosques. “Es una oportunidad real para los pueblos que gestionan masas forestales”, aseveró.
Lo que parece claro, precisó, es que “estamos en un periodo de transición hacia un nuevo modelo de economía”, y puso como ejemplo el uso de madera como un material con “enormes ventajas” para la construcción y, además, a la biomasa como una de las principales fuentes de energía del futuro.
Para concluir, la gerente de COSE insistió en la necesidad de seguir apostando por el asociacionismo, “para conseguir que se escuche a los gestores de nuestros montes y lograr que éstos sean activos, repercutiendo en la población y riqueza del medio rural”.
Las jornadas fueron presentadas por la alcaldesa de Orea, Marta Corella, perteneciente a la Asociación contra la Despoblación, y en cuyo pueblo se comparte la preocupación por el abandono de los territorios, pero también la necesidad de dar pasos hacia adelante y caminar hacia proyectos innovadores que sean “puerta de futuro para sus municipios”, decía.
Entre los ponentes, además de la gerente de COSE estuvo el presidente de la Plataforma Forestal Valenciana y gerente de AMUFOR (Asociación de Municipios Forestales), Fernando Pradells, quien habló de la importancia de la asociación y coordinación de los municipios forestales, y el ingeniero de ATG Enginyers, Sergio Casero, quien disertó sobre las Redes de Calor en los municipios forestales, una ponencia de gran interés en Orea dado que su alcaldesa estudia su posible puesta en marcha.
Además, el catedrático de Prehistoria en la Universidad de Zaragoza, Francisco Burillo, se centró en la cohesión europea en la Serranía Celtibérica, como impulsor de esta asociación; mientras el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de España y coordinador de Juntos por los Bosques, Eduardo Rojas, ofreció una ponencia sobre los bosques como motor dinamizador de la sociedad rural.