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COSE: La PAC tiene que integrar la biodiversidad con el desarrollo rural y las personas

Los selvicultores españoles valoraron en CONAMA la sostenibilidad de la biodiversidad en la PAC 21-27.

COSE, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, participó la semana pasada en CONAMA, el Congreso Nacional de Medioambiente 2018, en una mesa redonda donde se debatió acerca de los objetivos de Biodiversidad en la PAC -Política Agrícola Común de la Unión Europea-. “Para que la biodiversidad sea viable, tiene que ser económicamente sostenible – reclamó Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE-. La conservación conlleva unos costes de mantenimiento y actuación para los selvicultores que la Red Natural 2000 no cubre. Y no sólo hay que financiar la naturaleza, si no también compensar los servicios ambientales que se producen para el bienestar de la sociedad”.

Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE.

Para COSE, “una PAC eficiente en biodiversidad tiene que reconocer y valorar a quienes cuidan y gestionan la naturaleza”.

 

LOS BOSQUES Y SUS SELVICULTORES, OLVIDADOS

Los selvicultores, junto con los bosques, son los grandes olvidados de toda política, incluida la PAC. Y eso que la superficie forestal es la que mayor biodiversidad alberga. Más de la mitad del territorio de España es forestal. Los LIC (Lugares de Importancia Comunitaria), ZEC (Zonas Especiales de Conservación), ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves) y la mayoría de los hábitats prioritarios que contempla la Red Natura 2000 se encuentran en superficie forestal

Para COSE, la PAC ha fracasado frente al problema de la despoblación. “Sin personas, el medio rural se muere”, advierte COSE.

La PAC es dinámica, va evolucionando; fue concebida para agricultores y para mantener unas rentas, con el tiempo se ha ido modificando, incluyendo a otros actores del territorio, como los ganaderos, ha incorporado nuevos aspectos ambientales y, por último, aspectos forestales, en su última programación, que incluía un paquete de medidas en este sentido.

El principal problema que COSE observa en la Red Natura 2000 es que, cuando se creó esta figura de protección, se hizo sin consultar a los dueños y gestores de esos espacios. “Un buen día nos levantamos y supimos que no podíamos hacer ciertas cosas en nuestro monte”. Además, Red Natura 2000 se creó sin un mecanismo de financiación que permitiera su mantenimiento en el tiempo. “Está muy bien crear una figura de protección, pero hay que estudiar primero sus consecuencias”.

Actualmente, existen dos medidas para estos fines; la submedida 12.2 pagos al amparo de la Red Natura 2000 y Directiva Marco de Aguas (programada sólo por cuatro CCAA, con un gasto comprometido de 0,45% y una ejecución del 0,24%) y la submedida 15.1 ayudas silvoambientales y climáticas (con una ejecución del 0,09%), a todas luces un apoyo insuficiente, por no decir inexistente.

Además, aparte de los problemas en la ejecución de los programas de desarrollo rural, faltan, o no han llegado a tiempo, los Planes de Gestión Red Natura 2000 de las CCAA, así como la implantación del Marco de Acción Priotitario, con mayor definición sobre qué acciones son prioritarias y necesarias, dónde, para qué. Falta aclarar qué y cómo  se quiere proteger y asignar unos recursos para los afectados. Ambas cosas han de ir ligadas, para que sean efectivas.

En la nueva PAC se habla de “pagos por resultados”, pero en este caso haría faltan disponer de una metodología e indicadores que midieran los beneficios ambientales producidos por esas medidas (el carbono que se ha fijado, cuánto se ha frenado la erosión, cuántos nutrientes se han aportado al suelo, cómo ha mejorado ese hábitat, el paisaje…etc). Medir para poder valorar el pago a los selvicultores por los servicios ecosistémicos y por conservar la naturaleza. Sólo así tendremos una verdadera política incentivadora de la biodiversidad.

 

 

EL FUTURO

Para la PAC 21-27, COSE cree en el enfoque integral. Esto es, “integrar biodiversidad con desarrollo rural y con personas”. Además, utilizar el multi fondo “si vemos que hay una escasez de recursos públicos y que los PDRs no son suficientes, habrá que nutrirse de otros fondos (LIFE, FEDER, de cohesión, etc.)… Si se quiere aplicar tienen que buscar la forma de sustentarlo”.

COSE también es favorable a utilizar el contrato territorial; “una buena fórmula, que se ha explotado muy poco”. Para los selvicultores españoles “sería eficaz un compromiso de gestión por parte del propietario con la Administración, a varios años, para la realización de una serie de actuaciones cofinanciadas, para mantener un ecosistema”.

Asimismo, requieren unos servicios de “asesoramiento específico para lo forestal, porque muchos propietarios no saben qué gestión hay que realizar y cómo llevarla a cabo en un espacio que está bajo normativa ambiental. Así como conocer legalmente hasta dónde pueden llegar las limitaciones y las restricciones abusivas o sin fundamento científico-técnico ni socioeconómico en el derecho a ejercer la gestión forestal.»

En el seno del Foro de Acción Rural (FAR), la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España también defiende la gobernanza y la participación, esto es, “que se cuente con nosotros” a la hora de diseñar toda esa política. “Somos los legislados -recuerda Patricia Gómez-. Pero también quienes tenemos que llevar a cabo en el territorio esas medidas, y a veces son inviables, económica y técnicamente”.

 

 

OBJETIVO PRINCIPAL: EVITAR EL ABANDONO

Para el selvicultor existen numerosas limitaciones, y apenas, o nulas compensaciones. Quien está en una zona Red Natura 2000 ha de cumplir unas normas estrictas y restricciones, a menudo desproporcionadas o ambiguas y sin percibir remuneración alguna por los bienes públicos que genera.“Reclamamos que se definan las actuaciones con criterios científico técnicos, y que estén consensuadas con quienes gestionan el territorio”.

Ante todo, «COSE reclama un reconocimiento del selvicultor dentro de la PAC como representantes de la fracción mayoritaria del territorio (el 67% de la superficie forestal en España) -observa Patricia Gómez-. Es un colectivo importante, al que hay que tener en cuenta a la hora de gestionar estos espacios”.

A juicio de COSE, obligar a conservar, sin compensar, y además multando y amenazando permanentemente, es desmotivador y aboca al abandono del territorio y, por tanto, de la gestión de magníficos espacios naturales que acabarían deteriorándose. Los selvicultores se encuentran “ahogados por un montón de normas y limitaciones”. Habría que  tipificar y cuantificar las restricciones con su debida compensación económica. “Que sean revisables y dinámicas, ya que los ecosistemas están vivos, evolucionan y varían”.

COSE quiere evitar el abandono a toda costa. De hecho, su lema es “gestionar para conservar”. Un espacio forestal abandonado es más vulnerable frente a grandes incendios forestales, plagas y enfermedades. «Perdemos calidad de productos, de servicios ambientales e incluso biodiversidad. No se trata de dejar de actuar sino, más bien, de intervenir adecuadamente, en el momento oportuno, y sabiendo para qué”.

Según la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, la solución de futuro pasa por compatibilizar los usos y aprovechamientos con la conservación. “Es una manera de mantener a las personas en el medio rural, generando riqueza y garantizando la preservación del medio natural. Compensando lo que se hace bien: Si estamos produciendo servicios ambientales para una sociedad que los demanda es también vital que esas personas, los gestores, puedan seguir viviendo y cuidando de esos espacios”.