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El Bierzo esconde la “Ruta de los árboles tallados”

Con 16 esculturas de madera que recuerdan la vida de los pobladores de estas tierras.

La comarca leonesa de El Bierzo esconde la “Ruta de los árboles tallados”, compuesta por 16 esculturas de madera que recuerdan la vida, tradición de historia de generaciones de pobladores de estas tierras, que hablan de una gran comarca como es El Bierzo. Una parte de ellos están vinculados a la flora y fauna de la comarca.

Todo empezó en el año 1992 cuando el artista Domingo González talló por primera vez uno de los muchos olmos que murieron por la enfermedad de la grafiosis y lo colocó en Borrenes, a partir de ahí otros artistas como Víctor Lobato , conocido como «Rixo» y quien ha materializado la mitad de las dieciséis esculturas, siguieron su ejemplo. “Los árboles ya son por sí mismos obras de arte a los que debemos cuidar y no sólo acordarnos de ellos en verano con los incendios forestales”, cometa el autor.

En Borrenes, junto al Ayuntamiento, un negrillo preside la plaza con dos representaciones de animales. No muy lejos de allí, en San Juan de Paluezas, un águila tallada en un castaño mantiene a su presas con sus garras ante la atenta mirada de la luna. Las cigüeñas icono de la Península Ibérica y de El Bierzo, son el motivo principal de la talla danza Nupcial a la entrada del pueblo de Columbrianos. En voces, la talla como el perro y el gato hace referencia a los dos animales y a su eterna enemistad. Un can observa atento al felino que se encuentra en la parte superior. En Vega de Valcarce, un mono tallado en un castaño se muestra desafiante al observador.

La belleza de los bosques del Bierzo ha traído desde siempre el asentamiento de pueblos y la construcción de castillos como el de Cornatel . A sus pies unos troncos quemados simbolizan la crítica a los incendios forestales. El castillo declarado de Interés Turístico Cultural, fue vigilado por los caballeros templarios, guerreros que vigilaban su acceso no muy lejos de allí, en Priaranza del Bierzo.

Esas tierras fueron ocupadas mucho antes por los romanos, que en busca del ansiado oro transformaron las Médulas en un monumento natural. En Orellán, un guerrero espada en mano recuerda que ellos estuvieron allí.

La agricultura y la ganadería llevan siglos formando parte de las gentes de El Bierzo. En el barrio de las Eras de Páramos del Sil se homenajea al segador, en Columbrianos a la mujer campesina y en San Pedro de Castañedo a los recogedores de castañas.

La madera de los árboles utilizadas por los entibadores en las minas del Bierzo es ahora el soporte de tallas como la de Santa Cruz del Sil, que recuerda a la minería, caza y deporte. El agua que recorre el Bierzo por innumerables ríos como el Sil es fuente de riqueza y progreso. Una escultura tallada en negrillo en Villadepalos indica que sus gentes fueron y son pescadores.

Pero el Bierzo es también tierra de tradición. En Ocero una talla señala la celebración de las fiestas de Santa Ana y en el albergue de peregrinos de Ponferrada una columna recuerda que el camino de Santiago cruza estas tierras de este a oeste. El Camino Jacobeo a hermanado desde hace tiempo al Bierzo con culturas procedentes de todo el mundo. En el albergue de Molina seca un árbol vivo exhibe la última escultura de la ruta, un kannon tallado que vincula el Camino con la ruta de los 88 templos de Sikoku, en Japón.

En la profundidad del corazón del bosque, cada árbol tiene una historia oculta, legendaria y mágica que contar, tan solo la relata a quien comprenda que en su madera late la vida de un ser majestuoso perteneciente al pueblo de los hijos del sol”, apuntan desde Turismo de El Bierzo.