La localidad de El Castellar (Teruel) ha decidido señalizar, habilitar y promocionar la ruta del Bosque de los Resineros. Una ruta para todo aquel que quiera descubrir el trabajo del resinero y disfrutar de sus pinares.
El Castellar explotó miles de ejemplares de pino negral o rodeno para la obtención de resina a mediados del siglo XX. Aprovechando esto, pese a que el oficio de resinero se perdió en la zona y nunca se recuperó, desde El Castellar han querido poner en valor el trabajo que realizaban sus antepasados y el valor forestal y natural de toda la zona.
“Hemos visto que hace 60-70 años los resineros aprovechaban el valor y la riqueza de nuestros montes, por eso hemos querido poner en valor esta labor con una ruta de senderismo familiar donde puedan ver las zonas donde trabajaban nuestros antepasados”, explica Santiago, uno de los vecinos del pueblo turolense que cuenta con unos cincuenta censados y poco más de 30 habitantes de diario.
La ruta circular, de 10 kilómetros, lleva desde el castillo del pueblo hasta una de las zonas en la que se desarrollaba el oficio de resinero. El recorrido discurre por diversos paisajes incluidos dentro de la Red Natura 2000 de Aragón, hasta culminar de nuevo en el pueblo, en la llamada Alberca del Saurio.
“Una de las cosas que sabemos es que el patrimonio natural es del todo el mundo y le hemos querido dar accesibilidad bien marcada y pasando por paisajes vírgenes para que se pueda conocer estos pinares en los que trabajaron en esta zona en la extracción de resina”, apunta Santiago, que forma parte de la Asociación El Castellar, Pueblo en Acción.
Para marcar el camino se han utilizado potes de carro que es donde se recoge la resina, para de este modo darle mayor valor a la ruta. “Es dar valor a las pequeñas cosas. Cada pote ha sido realizado por un alfarero”, recalca Santiago. “Se ha llevado a cabo la señalización con mucho trabajo y amor. Encontrar potes en medio del bosque es volver a disfrutar de la tradición y de este oficio”, añade.
En la zona se resinaban unos 20.000 ejemplares de pinos, lo que daba empleo a varias familias. El vecino de El Castellar recuerda que esos resineros se enfrentaban a un terreno mucho más abrupto y con más barrancos y altibajos que los que resinan en las dos castillas, que cuentan con terreno más llano. “Aquí que hay barrancos era más complicado sacar del monte la resina. Por eso también hemos querido ponerlo en valor y explicar cómo la transportaban en los potes con burros”.
La ruta es posible gracias al Taller de Empleo ‘Despertando Paisajes’, al Ayuntamiento de El Castellar y a la propia asociación cultural. El objetivo a corto plazo es que este recorrido se vaya completando con información sobre el patrimonio geológico, paleontológico, biológico, etnográfico, masovero y de la Guerra Civil del entorno de la ruta.
“Tenemos una sabina de 4,24 metros de diámetro, con más de 500 años, que también queremos poner en valor”, reconoce Santiago, quien apunta que El Castellar tiene 10 puntos que han sido catalogados como Bien de Interés Cultural. “Es bonito encontrar aquí cosas que gracias a la poca acción humana que ha habido en el entorno permaneces sin alteraciones. Esta ruta permite admirar todos estos paisajes, que tienen una gran riqueza, y te devuelven a una vida que está ligada a la tierra y a los recursos forestales”, concluye.