El valor actual de los bosques mundiales oscila entre los 50 y los 150 billones de dólares, y el componente más importante de ese valor es el papel que desempeñan a la hora de regular el clima. Sin embargo, un nuevo informe de Boston Consulting Group (BCG), The Staggering Value of Forests—And How to Save Them, revela que una serie de amenazas, especialmente el cambio en el uso de la tierra y el aumento de las temperaturas, provocarán la deforestación y degradación de los bosques y esto reducirá su valor en un 30% de aquí a 2050.
BCG ha calculado el valor de los bosques teniendo en cuenta cuatro dimensiones: su función como reguladores del clima, beneficios medioambientales como la depuración del agua y el aire, el valor comercial que aportan actividades como la producción de pasta de papel y papel, y el valor social, incluida la función que desempeñan los bosques como hogar y medio de subsistencia para millones de personas. El análisis también cuantifica la pérdida forestal prevista causada por cinco amenazas principales desde ahora hasta 2050, al igual que el valor que se puede preservar tomando medidas en seis áreas.
La función más valiosa de los bosques es su capacidad para regular el clima, pero, según el análisis de BCG, amenazas como la conversión de tierras para la agricultura y el aumento de las temperaturas están causando una rápida deforestación y degradación
“Nos propusimos cuantificar el valor de los bosques de todo el mundo porque creemos que ese tipo de medición objetiva puede transformar el diálogo sobre la conservación de los bosques, pasando de una perspectiva en gran medida emocional a otra basada en hechos probados», explica Torsten Kurth, Managing Director & Partner de BCG y coautor del informe. «Es fundamental actuar con decisión ahora para frenar la destrucción del valor forestal, sobre todo si se tiene en cuenta el importantísimo papel que desempeñan los bosques en la lucha contra el cambio climático».
LAS MAYORES AMENAZAS NO SON LAS QUE PROTAGONIZAN LOS TITULARES
Cinco amenazas principales son las causantes de la destrucción del valor de los bosques: el cambio en el uso de la tierra, incluida su conversión para usos agrícolas; el aumento de las temperaturas globales; la tala no sostenible de árboles; perturbaciones abióticas tales como incendios forestales; y alteraciones bióticas tales como la propagación de plagas y enfermedades. Aunque es lógico que los incendios forestales sean objeto de una amplia cobertura mediática, se prevé que la combinación del cambio en el uso de la tierra y el aumento de las temperaturas reduzcan el valor de los bosques en un 27% hasta 2050, lo que supone la mayor parte de la pérdida de valor total prevista, que asciende al 30%.
“Los dos factores determinantes principales de la pérdida de valor de los bosques en las próximas décadas están provocados por la acción del ser humano», afirma Johanna Puetz, Principal de BCG y coautora del informe. «Tenemos que ser capaces de ver más allá de los titulares para llegar a la raíz de aquello que causa la pérdida masiva de bosques».
PREVENIR LA PÉRDIDA DE VALOR DE LOS BOSQUES EXIGE TOMAR MEDIDAS EN SEIS ÁREAS
El análisis de BCG cuantifica el impacto que tendría emprender medidas contundentes en seis áreas:
- – Plantar, recuperar y gestionar los bosques de manera sostenible
- – Impulsar la agricultura sostenible y productiva
- – Reducir el consumo de carne
- – Propiciar formas de producir aceite de palma, soja, carne y madera que no causen deforestación
- – Aumentar el reciclaje de madera
- – Lograr que la temperatura global no aumente más de 2 °C
Estas medidas, ambiciosas pero realistas, junto con el cumplimiento de los actuales compromisos mundiales con la protección de los bosques, pueden preservar el 20% del valor forestal de aquí a 2050, lo que reduciría la pérdida total a aproximadamente un 10%. Evitar la pérdida de valor, o incluso aumentar el valor total, exigiría actuaciones más enérgicas como plantar bosques en unos 900 millones de hectáreas, que equivale hoy en día al total de tierra disponible para las actividades anteriores, incluidas las explotaciones privadas.
El informe también analiza el impacto climático que supondría no frenar el ritmo actual de destrucción forestal. Los bosques generan emisiones netas de carbono, sustancia que se libera como consecuencia de la deforestación y la descomposición. Si los responsables de entidades públicas y privadas toman medidas en las seis áreas esbozadas en el informe, los bosques podrían pasar de emitir a absorber cantidades netas de CO2 a partir de 2045, y capturarían hasta 2 Gt de CO2 al año, el equivalente a dos tercios de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea en la actualidad.