En medio de unas últimas semanas con alta incidencia de incendios forestales en España, TUlankide ha charlado con Federico Saiz Alonso, gerente de ETORKI y presidente de BASKEGUR, quien revela las claves para mantener un equilibrio en la gestión forestal sostenible de Euskadi. Tras años dedicándose a la transformación de la madera, observa los cambios que afectan directa o indirectamente al sector.
¿En qué momento se encuentra ETORKI?
ETORKI es una cooperativa que pertenece a Corporación MONDRAGON, nos dedicamos a la transformación de la madera y nuestra materia prima procede de nuestros montes. Somos una empresa transformadora de maderas coníferas y en los últimos años hemos experimentado un crecimiento importante tanto en producción, en ventas, en resultados y también como cooperativa.
Entendemos que tenemos que mejorar las condiciones de vida de todo nuestro entorno creando empleo, riqueza y mejorando las condiciones de nuestros socios. En ese sentido, en los últimos años la posición de ETORKI ha mejorado tanto cualitativa como cuantitativamente.
¿Ha habido avances en materia de digitalización?
Sí. Efectivamente estamos en ese proceso y ahora precisamente trabajando en la digitalización de la parte que queda fuera de la industria: los procesos industriales más propicios para estandarizar. Es decir, estamos trabajando en la digitalización y automatización desde el proceso de comprar el vuelo del monte, hasta que hacemos las mediciones correspondientes o enviamos equipos para hacer todos los trabajos de la elaboración de la madera…
En todo ese ciclo buscamos que la obtención de información sea mucho más fluida. Me refiero a lo que nosotros llamamos la unicidad del dato. Quiere decir que el dato sea único y una vez se introduzca en el sistema esté disponible.
Cuando hay una parte de la sociedad que considera que lo que hay que impulsar es el bosque mixto atlántico, es cuando entra el abandono, la maleza y el matorral
El aumento del precio de la madera, varias crisis, los incendios forestales… ¿Cuál es el secreto de los 38 años de ETORKI?
Yo creo que el secreto fundamental está en tener un buen conocimiento de nuestro negocio y de todos los procesos productivos. Otra parte muy importante es que trabajamos con la madera y es un gran elemento de futuro: natural, renovable, sostenible… Encaja perfectamente con una estrategia de bioeconomía. En ese sentido, estamos y vamos a estar bien posicionados.
El gran problema de los últimos años ha estado en la enfermedad de las bandas, ha disminuido el volumen total de superficie de los montes y por ello, hemos acortado el ciclo de crecimiento. En algunos casos, montes que no habían llegado a su ciclo natural de corte, se han cortado antes de lo que realmente tocaba. Nos condiciona el volumen de materia prima, pero es algo que no solo nos afecta a nosotros, afecta a la totalidad del sector transformador de madera, pero obviamente desde la óptica de ETORKI, es una dificultad importante.
¿Puede llegar un momento en el que, debido a estos factores, no sea rentable apostar por el sector forestal-madera vasco?
Espero que no. Pero hay un tema social, un malentendido medioambiental desde las posiciones más «urbanas», que percibe los montes únicamente desde un punto de vista de uso lúdico y de disfrute. Para nosotros el principal problema en la sanidad forestal, derivado de la enfermedad de las bandas, es la reducción del volumen de superficie plantada de coníferas. Y, por otro lado, está esa presión social mal entendida: un ecologismo con escaso conocimiento, que no es consciente de que el propietario forestal es el principal actor encargado de gestionar y cultivar los bosques adecuadamente.
Cuando hay una parte de la sociedad que considera que lo que hay que impulsar es el bosque mixto atlántico, es cuando entra el abandono, la maleza y el matorral. Además de tener esos bosques descuidados, entra el gran peligro de los incendios. Es decir, los bosques que están bien cuidados y sanos, se protegen mejor contra las plagas y enfermedades, y además, hace que los incendios sean más evitables. A nivel Estatal, el País Vasco tiene los índices más bajos de incendios; son menos graves y se apagan más fácilmente. Todo esto tiene que ver con qué históricamente el bosque vasco ha estado muy ordenado y cuidado.
¿Cuál es la clave para lograr un equilibrio en la gestión forestal sostenible?
Una de las claves es conseguir que el propietario forestal esté interesado en seguir plantando y cuidando de los montes como lo ha hecho hasta ahora. Pero otra clave incluso más importante, es esa parte social. Esto es, que la sociedad, comprenda los beneficios que tiene la gestión forestal. Y no hablo de beneficios económicos, sino de los sociales y medioambientales.
Para obtener beneficios sociales, como salir al campo a pasear, la sociedad tiene que darse cuenta de que alguien se ocupa durante el año de mantener esa superficie forestal en un buen estado. Y desde el punto de vista medioambiental, se debe entender que los montes de coníferas tienen hojas todo el año y son grandes sumideros de carbono.
Ahora que hablamos tanto del cambio climático, debemos tener en cuenta que nuestros bosques son agentes activos en la lucha por su gran absorción de CO2
Ahora que hablamos tanto del cambio climático, debemos tener en cuenta que nuestros bosques son agentes activos en la lucha por su gran absorción de CO2. Como cualquier ciclo natural de la vida, llega un momento que ese árbol hay que cortarlo porque la madera va perdiendo sus características y propiedades, junto a mucha capacidad de almacenaje de CO2. Pero cuando hablamos de cortar, hablamos de sustituir los árboles más viejos por más jóvenes que van acrecer y que van a tener esa capacidad de nuevo de absorber CO2. Y por eso la madera es un gran elemento del futuro, encaja perfectamente en toda la estrategia de la bioeconomía. Lo que nos hace falta es ser capaces de conseguir esa concienciación social de que el sector forestal es un actor importante del futuro.
Fuente: TU lankide