Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Bosques, el centro de de Propuestas Ambientales Educativas de Castilla y León (PRAE CyL) acogió el pasado martes una jornada informativa en defensa del medio rural y del medio ambiente.
Juan Carlos Suárez-Quiñones y Fernández, Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, como anfitrión del evento, presentó el acto y defendió la gestión de los montes como medio de paliar y detener la despoblación en los pueblos. “El desarrollo de la bioenergía en general y la biomasa forestal en particular, el impulso al sector de la resina o la recuperación de los aserraderos, entre otras iniciativas, son en esta región el principio de la solución, y observamos un clima favorable para ello”, aseguró.
A continuación dio inicio una mesa redonda, moderada por José Manuel Jaquotot, Subdirector General de Silvicultura y Montes del MAPAMA, en torno a los retos y prioridades en la implementación de la Agenda Estratégica Forestal.
Eduardo Rojas Briales, Decano Presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, presentó a los participantes en la jornada la iniciativa Juntos por los Bosques, y señaló como ejes transversales de la futura Agenda Estratégica Forestal la atención al Agua y el Cambio Climático, el diseño de una nueva Fiscalidad para el sector forestal y el Empleo, “para lo cual es precisa una cooperación vertical desde el sector hacia todas las administraciones”.
¿QUE PASA SI NO HAY GESTION FORESTAL?
¿Cuánto cuesta a la sociedad permitirse que avance el despoblamiento del medio rural?
Esta reflexión planteó a su auditorio Francisco Carreño, presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) quien asegura que “los selvicultores ven en los pagos por servicios ambientales un reconocimiento social por el cuidado de la naturaleza que proporciona funciones vitales para el bienestar humano, y una compensación justa para que sigan haciendo su labor de conservación, o incluso mejorar la calidad de esos servicios, por el coste de oportunidad y los gastos de mantenimiento que conllevan. La sociedad está en deuda con estas personas. Y si no son remuneradas, dejarán de gestionar las masas forestales, y el coste de este abandono es mucho mayor por las consecuencias socioeconómicas y de pérdida de valores ecosistémicos y ambientales”.
Con todo, el Presidente de COSE es optimista, y cree que “vivimos un momento para aprovechar, en el que la fiscalidad será la herramienta esencial para el sector forestal, y en el que urge incorporar al PIB todo lo que los propietarios forestales privados hacemos en el monte”.
“El sector forestal no posee la capitalización necesaria para salir adelante por sí solo», objetó Gonzalo Anguita, Director Ejecutivo de FSC España.
Los bosques nos regalan bienes y servicios que hay que retribuir. Anguita considera que la forma ideal de corresponder a los gestores es el pago por servicios ambientales, mediante impuestos y con inversiones en gestión forestal.
“La certificación forestal es también una forma de capitalizar el bosque –recordó el Director de FSC España-. Inyecta al sector competitividad, de cara a impulsar al sector hacia el exterior”.
Todos los ponentes coincidieron en la importancia de fomentar el asociacionismo para lograr mejorar y avanzar. “También debemos promocionar el uso de la madera en la construcción, actualizar y desarrollar el Código Técnico de la Edificación, en favor de la madera y de la sostenibilidad”.
José Causí Rielo, Director Forestal de la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), aboga por la “movilización de madera” y también por la sanidad forestal, como medidas prioritarias para mejorar la situación del sector y también del mundo rural. En efecto, la tasa de extracción de madera en España es muy lejana a la media europea.
“Los productos no madereros también cuentan –advirtió Juan Carlos Álvarez, Presidente de la Asociación Nacional en Defensa y Vertebración del Sector Resinero (BQR)-. Resina, corcho, piñón, esparto… “Hemos de vertebrar todos estos subsectores pero, ante todo, hemos de creer en nuestros montes”.
Mª Pilar Avizanda, en su último acto como Decana Presidenta del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, declamó que “la comunicación es fundamental para conseguir estos fines”. A su juicio, la sociedad desconoce absolutamente lo que los selvicultores y profesionales forestales hacen en el monte.
Para concluir Miguel Ángel Duralde, Presidente de la Asociación Nacional de Empresas Forestales (ASEMFO), expresó a sus colegas y oyentes su confianza en el sector privado, para acometer las inversiones necesarias en el sector forestal. “Trabajemos para recuperar el mercado nacional, que hemos perdido», concluyó, no sin antes advertir que es urgente alcanzar una simplificación administrativa y legislativa, para poder hacer progresos.
En conclusión, los participantes en esta jornada de celebración del Día Internacional de los Bosques, reclamaron que nuestros montes no caigan en el olvido. “Todos producen, regalan servicios ambientales”, recordó Eduardo Rojas, en calidad de portavoz de Juntos por los Bosques.
El bosque español tiene un enorme potencial de desarrollo. “El sector no precisa subvenciones –tildó el senador Juan Carlos Álvarez Cabrero-. Debemos levantarnos por nosotros mismos. Si un sector depende de ayudas, no es un sector sostenible”.
EL GRAVE PROBLEMA DE LA DESPOBLACION RURAL
Los montes y la actividad forestal son la solución al grave problema de la despoblación rural, fruto de años de dejadez, abandono y políticas fallidas (entre ellas la PAC), o de la ausencias de ellas.
Entre los espacios más afectados por la despoblación se encuentran los macizos forestales, lo que evidencia la fuerte interrelación entre la política forestal y la despoblación. Todos somos conscientes de la magnitud del problema y que la forma de abordar la debilidad de la estructura demográfica es a través de la conjunción de diversas medidas transversales y la implicación de todos los organismos (públicos, privados, locales, autonómicos y nacionales) frente al desequilibrio territorial y sus enormes consecuencias, nefastas para todos.
Nuestros montes son un potencial de recursos naturales, muchos de ellos ya capitalizados, pero a falta de revalorizarlos con unas medidas apropiadas para ser motor económico.
La autonomía local es esencial en cuanto a la gestión de los montes y sistemas de gestión que permitan la plena reversión de los recursos en el nivel de vida de sus habitantes.
La activación digital podría reconectar la sociedad urbana con el territorio rural, frente al proceso de desarraigo brutal que ha supuesto una pérdida de conocimiento sobre el uso de la tierra. Se podría realizar cesiones para utilizar de nuevo la tierra. Otros países europeos aplican deducciones del 100% a inversiones en el territorio, otorgan facilidades de financiación a microinversiones a agentes dinamizadores/emprendedores del medio rural y aplican fórmulas para empoderar a la población rural (colaboraciones público-privadas).
Sin obviar el potencial de la biomasa térmica para calefacción en el medio rural, especialmente en las zonas sin conexión a red de gas o para grandes instalaciones como prisiones, hospitales, colegios, etc., donde el sector público podría actuar de palanca asegurando el suministro de proximidad y reduciendo importaciones y emisiones a la vez que generando empleo.
Sería deseable plantear un enfoque agroforestal (agroselvicultura) para integrar las actividades como agricultura familiar-bosque familiar (concepto que está implantado en Europa pero en España no se conoce) y otras cuestiones como el comercio de proximidad de los productos forestales (madereros y no madereros), los servicios ambientales y consumo de naturaleza, reindustrializar el medio rural con primeras transformaciones…
En este escenario, resulta excesiva la intervención de la administración (el sector forestal es el más intervenido de los sectores primarios), lo que supone un freno al desarrollo y gestión de los montes.
Estúdiese el importante efecto multiplicador que sobre el territorio tendrían las inversiones en gestión forestal y los retornos a la Hacienda Pública.
Si no actuamos ya, la poca gente que queda en el territorio se va a marchar en breve, Y se irán encareciendo enormemente los costes de la gestión forestal.