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Hacia un consenso que ponga en valor el medio rural

La cadena de valor de la madera de Galicia, partidos políticos, Universidad, ecologistas y agentes de la sociedad civil se reúnen en Santiago de Compostela.

Se trata del segundo encuentro que realizan todos los agentes implicados y en el que se vislumbran ya grandes acuerdos que asegurarán la gestión sostenible del sector forestal

Representantes del movimiento ecologista, de la ordenación del territorio, del paisajismo, investigación, universidad, partidos políticos, asociaciones forestales e industria de la madera han mantenido en Santiago de Compostela su segundo encuentro con el objetivo de alcanzar un consenso de todos los agentes implicados en el sector de la madera que consiga poner en valor el monte y hacerlo sostenible social, económica y medioambientalmente. La cita fue convocada por la Fundación Juana de Vega y el Cluster da Madeira e o Deseño de Galicia.

La cadena de valor de la madera lleva realizando reuniones de manera periódica desde hace más de un año, demostrando la buena disposición de todos los agentes implicados por llegar a dicho consenso. Estas reuniones se han regido por una metodología que establece las reglas participativas que rigen estos debates. A la metodología dialéctica se le ha llamado tesis universal por ser una referencia metodológica seria dentro de la informalidad que se ha generado en estos encuentros.

Este proceso busca finalmente el consenso. Sólo encontrando este consenso se podrán construir unas reglas sólidas a largo plazo. La cadena de valor de la madera cree en acciones de largo recorrido, acciones a largo plazo, frente al cortoplacismo de las políticas públicas sujetas a los periodos electorales. El medio ambiente y el sector forestal necesitan de una estabilidad que perviva en los años y en las generaciones.

Sobre la mesa, como punto de partida, se abordaron en este segundo encuentro una serie de cuestiones para trabajar en ellas en busca de ese consenso. Esos puntos de debate, aportados por la Fundación Juana de Vega, se centraron en la necesidad de una gestión eficiente del recurso forestal; la necesidad de romper con la dicotomía medioambiente/producción ya que son compatibles y deben reforzarse mutuamente; la necesidad de que en Galicia exista una acción permanente, con amplio respaldo social, a favor del territorio, que permita superar los problemas estructurales del minifundio y del abandono rural; lo conveniente de una simplificación de la normativa vigente para mejorar la competitividad del monte gallego, así como un marco claro y a largo plazo en la ordenación general del territorio; y la promoción de la biodiversidad y avanzar hacia la bioeconomía.

Tras un debate en el que todos los agentes participaron de manera proactiva y reinó el buen talante de los asistentes y la buena disposición, se extrajeron unos puntos principales que hay que seguir trabajando en próximos encuentros pero que señalan ya un consenso importante y suponen un paso fundamental para el devenir del sector.

Principales conclusiones del encuentro

Al término de la jornada de debate, se extrajeron una serie de conclusiones, sobre las que se seguirá trabajando en próximos encuentros, pero que suponen una buena noticia para el sector que con diálogo y entendimiento, está fijando unas bases compartidas para el futuro del sector.

Los agentes reunidos en esta sesión señalan que tanto por su valor cultural, social y ambiental, su generación de empleo y distribución de rentas, que fomentan la fijación de población en el rural para evitar el abandono y complementando otras actividades agrarias o ganaderas, el sector forestal es para Galicia, y así lo reconoce la Unión Europea en la RIS3, un sector estratégico. Es por ello, que la sociedad gallega debe comprometerse en un pacto de país que otorgue a las empresas, propietarios, silvicultores y potenciales inversores un marco estable en el tiempo que compagine las rentas económicas y las aportaciones sociales de forma realista. En el marco del encuentro se puso de manifiesto la necesidad de que los partidos políticos retiren el sector forestal del debate político y se pongan a trabajar en el consenso como ha demostrado la sociedad civil.

En otra línea, se debe fomentar el cumplimiento de las normas a través del incentivo de la certificación forestal que aporta valor al monte gallego y que se sustenta en los principios de viabilidad económica, social y medioambiental. Así como promover el asociacionismo y las ayudas al funcionamiento de montes vecinales en man común ampliando la fórmula de las SOFOR.

Se debe compensar la falta de rentabilidad económica del monte con indicadores que reconozcan las externalidades y los valores sociales, que deben ser retribuidos por la sociedad. Lo que no es medible, no existe y si la sociedad valora los servicios ambientales y sociales, deben plasmarse con indicadores.

En esta línea, todos los usos del monte deben alinearse con las demandas de la sociedad, tanto de especies como de usos sociales y ambientales. El monte debe concretar su misión y su plan de sostenibilidad económico que defina las prestaciones y los ingresos que compensen sus costes. Se trata de ordenar pero en base a la sustentabilidad económica (además de la social y la ambiental). Las regulaciones que no favorecen oportunidades reales para el propietario conducen al abandono y se acaban convirtiendo en un engaño a la sociedad porque no implican ningún compromiso que garantice la sostenibilidad.

Durante el transcurso de la Jornada, se reclamó un pacto por el territorio con amplio respaldo social que permita superar los problemas estructurales del minifundio y del abandono del rural y potencie acciones de base colectiva. Además, se reclamó una simplificación y clarificación de la normativa vigente para mejorar su competitividad y un marco claro y a largo plazo en la ordenación del territorio.

En definitiva, entre los acuerdos alcanzados en este segundo encuentro, destaca la necesidad de que, a la mayor urgencia, el monte concrete su plan estratégico sostenible en el tiempo en base a un inventario y la evaluación de sus capacidades, oportunidades y riesgos. El monte necesita una actuación urgente pero seria y rigurosa; la sociedad así lo demanda alarmada por la despoblación y por la devastación causada por los incendios.

Con estas reuniones, la cadena de valor de la madera y diferentes agentes de la sociedad civil se muestran firmes en la necesidad de alcanzar consensos que permitan velar por el futuro del sector forestal e insta a los partidos políticos a actuar con las miras puestas a largo plazo.