En Castilla-La Macha hace unos años se apostó muy fuerte por recuperar el trabajo de los resineros. Una labor a la que se dedicaban muchas personas en los años 60 y 70 y que empezó a florecer hace una década. Ahora, todo ese trabajo llevado a cabo por particulares, ayuntamientos e instituciones provinciales y regionales, puede verse afectado por la inestabilidad en el precio de la resina natural.
Saúl López, quien comenzó la actividad resinera hace unos años en Cobeta (Guadalajara), afirma que “tenemos que decidir si es rentable seguir realizando este trabajo o no. En 2019 hubo una bajada importante de la resina en bolsa (aguarrás), lo que supuso unas pérdidas de un 30% respecto a los precios del año pasado. Eso puede significar que gran parte de los resineros de la actualidad decidamos colgar el hacha”.
En la provincia de Guadalajara hay casi 20 personas que se dedican a esta actividad forestal, la gran mayoría de ellos en la comarca de Molina. “En Cobeta tenemos cuatro personas que se dedican a la labor. No podemos permitirnos perder a cuatro familias, ya que supondría casi el 25% de la población del municipio”, indica alcalde de Cobeta, quien está convencido del futuro de la resina, ya que “es un producto sostenible que, además, genera vida en los pueblos”.
La Diputación de Guadalajara lleva varios años ofreciendo cursos y subvenciones a las personas que quieren trabajar en el sector de la resina. Uno de los encargados de dar estos cursos en Basilio Rodríguez, técnico de Gea Forestal, quien cree que en la provincia puede alcanzar los 100 o 120 resineros, ya que hay superficie para ello.
La preocupación de los resineros de Guadalajara también es compartida por los de su provincia vecina, Cuenca. Así, la Asociación de Resineros de Cuenca alerta del posible abandono de su actividad por la inestabilidad en el precio de la resina natural. “Las perspectivas económicas no son buenas para la campaña venidera y se espera un retroceso en el precio de la miera, esto es debido principalmente a la utilización de derivados del petróleo más económicos pero mucho más contaminantes, ante el uso de la resina natural, que es un recurso sostenible y nada contaminante”. En la actualidad, 75 familias viven de la extracción de la resina de pino en la provincia.
“Si el precio de la resina tiene una regresión importante los resineros se van a ver obligados al abandono de la actividad, lo que conlleva el abandono de los pueblos y hacer más grande el abandono de población de las zonas rurales”, lamentan. Por eso, desde la Asociación esperan “la toma de medidas urgentes de todos los organismos que conforman el sector, resineros, propietarios, industria y administración para poder salvar el sector y hacerlo viable”.
UNIÓN DE PUEBLOS RESINEROS EN SEGOVIA
En Segovia hay unos 800 resineros en un total de 60 municipios. Los alcaldes de Turégano, Cantalejo, Coca, Cuéllar, Aguilafuente y Navas de Oro, en representación del resto de pueblos, solicitaron al consejero de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, la aplicación del contrato territorial a los resineros, para que de este modo puedan ejercer labores forestales en el monte entre los meses de febrero y noviembre, en los que no se realiza la labor de la resina.
El objetivo de la aplicación de este contrato sería el mitigar las posibles repercusiones que se puedan producir ante el previsible descenso del precio de la resina natural.