El cambio global -cambios de uso del suelo, cambio climático y especies invasoras entre otros factores- están causando impactos en los bosques como alteraciones en la composición, estructura y en el funcionamiento de los mismos (Allen & Breshears 1998, Anderegg et al. 2013, Ruiz-Benito et al. 2017), lo que puede afectar a los servicios ecosistémicos que éstos proveen a la sociedad (Millenium Ecosystem Assessment, 2005).
Los bosques mediterráneos son particularmente vulnerables al cambio climático (CC), por ello, las estrategias de mitigación y adaptación de los bosques al cambio climático juegan un papel fundamental para responder a los desafíos que plantea el CC (IPCC, 2007, 2014). Una mitigación del cambio climático incluyendo acciones para atenuar sus causas, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y las concentraciones de CO2 de la atmósfera (por ejemplo, aumentando la superficie forestal y la captura de carbono). Por otro lado, la adaptación hace referencia a acciones orientadas a reducir los efectos previstos por el Cambio Climático (CC) (por ejemplo, mediante cambios en planes y prácticas de gestión forestal). La Adaptación al Cambio Climático (ACC) puede definirse como el proceso de ajuste de un sistema a los efectos del clima, tanto del clima actual como a las proyecciones climáticas esperadas (IPCC, 2014).
FSC España promueve el proyecto “La certificación forestal FSC como instrumento de gestión forestal adaptativa”, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad. El proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad de Alcalá
En el contexto actual de impactos del cambio climático sobre los bosques surge el proyecto “La certificación forestal FSC como instrumento de gestión forestal adaptativa” donde FSC España propone un sistema de indicadores de ACC.
«Por una parte, establecemos una metodología para hacer un seguimiento de los impactos del CC en los bosques, de su vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático y de la eficacia de las medidas de adaptación que los gestores implementan. Por otra parte, el sistema propuesto ayuda a priorizar medidas de mejora y gestión de ACC en bosques mediante la propuesta de indicadores de alerta temprana y de seguimiento. La implementación de dicho sistema en montes concretos persigue ser un pilar de la denominada Gestión Adaptativa e implica un seguimiento por parte de los gestores de los efectos de las propias medidas de gestión para inducir posibles mejoras e incrementar el conocimiento empírico de los sistemas forestales. Este es por tanto un proyecto pionero en el que llevamos a cabo un proceso de ACC con el concurso de la gestión adaptativa y la certificación forestal FSC».
Sistema de Indicadores de Adaptación al Cambio Climático
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define un indicador como un parámetro, o el valor resultante de un conjunto de parámetros, que proporciona información para describir el estado de un fenómeno, con un significado más amplio que el estrictamente asociado al propio parámetro. Los indicadores de adaptación al cambio climático (ACC) son una serie de parámetros o variables que pretenden mostrar evidencias del grado de adaptación de un organismo o ecosistema al cambio climático. Este sistema de indicadores ACC configura una herramienta dentro del ciclo de gestión adaptativa, para identificar la presencia o ausencia de mecanismos de adaptación y mediante medidas posteriores facilitar la adaptación de los organismos vivos, y de las diferentes funciones y procesos del sistema en el que viven (Aspizua et al. 2010).
La adaptación al cambio climático es un proceso complejo desde el punto de vista ecológico, ya que implica procesos no lineales, estocásticos, jerarquizados y que operan a varias escalas espaciales y temporales (Zavala et al. 2017). Por ello, un mecanismo de evaluación y seguimiento mediante el sistema de indicadores de ACC es crítico para (i) establecer un diagnóstico temprano del estado; (ii) evaluar los peligros, impactos y la vulnerabilidad potenciales, así como el grado de adaptación de los ecosistemas forestales; (iii) diseñar y establecer estrategias de gestión adecuadas en el caso de ser necesarias apoyando a la toma de decisiones sobre las medidas o acciones que faciliten procesos de adaptación y minimicen los impactos y la vulnerabilidad futuras en sistema forestales certificados por FSC en España. Por tanto, el sistema de indicadores planteado en el presente estudio pretende:
- Identificar líneas prioritarias para medir y evaluar parámetros clave sobre impactos presentes o previstos provocados o agravados por el cambio climático, así como generar información sobre la eficacia y eficiencia de las acciones de respuesta para la adaptación al mismo.
- Crear un proceso sencillo y robusto de compilación de información básica para la evaluación de la adaptación al cambio climático. En gran medida partiendo de indicadores que ya usados y evaluados en otros sistemas, para hacer factible su implementación a corto plazo con los mínimos recursos adicionales.
- Crear un proceso dinámico y adaptativo de implementación y actualización del sistema de indicadores tempranos, que pueda ir completándose y actualizándose a medida que se desarrolle y se disponga de más información sobre los impactos en los sistemas forestales y las posibles medidas de adaptación a implementar (Figura 1).
- Identificar indicadores clave y de alerta temprana que permitan marcar pautas para el desarrollo de líneas y medidas de actuación para desarrollar propuestas de un futuro plan de adaptación independiente o integrada para la mitigación del cambio climático.
El sistema de indicadores seleccionados
Los indicadores de ACC se pueden clasificar en función del componente de cambio climático estudiado (es decir, de peligro, de exposición, de impacto, de vulnerabilidad o de adaptación), del sistema afectado (de proceso o de resultado dependiendo de su rigurosidad, disponibilidad y accesibilidad de los datos a utilizar (indicadores troncales, complementarios y candidatos, EEA, 2014, ver Figura 2).
- Los indicadores troncales son rigurosos porque miden atributos recomendados por la bibliografía especializada y expertos en la temática, y, por tanto, son capaces de medir los impactos, peligros, vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático de una manera directa (EEA, 2014, Zavala et al. 2017). Se trata de indicadores robustos, fáciles de obtener, que permiten su medición periódica.
- Los indicadores complementarios son igualmente robustos pero miden los impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático indirectamente (e.g. económicos, demográficos, etc.). Por otro lado, de forma ideal los indicadores complementarios deben formar parte del sistema y ser considerados para la evaluación de los indicadores troncales, ya que aportan una importante información contextual para la adaptación (EEA, 2014, Zavala et al. 2017). Los indicadores complementarios pueden contar con datos actualmente disponibles para su cálculo en los ecosistemas forestales (i.e. datos de ordenaciones forestales o datos de inventario) o requerir de su medición en el campo, aunque son ligeramente más complejos de obtener que los troncales desde el punto de vista técnico, metodológico y/o económico.
- Los indicadores candidatos son aquellos que no forman parte inicialmente de los indicadores troncales o complementarios del sistema, pero que pueden entrar a futuro a formar parte de éste (EEA, 2014, Zavala et al. 2017). Generalmente son datos que no se encuentran disponibles y que su adquisición puede conllevar cierta complejidad técnica, metodológica y/o económica. Hemos identificado los indicadores de ACC en los cuatro bloques principales que influyen incluyendo los peligros, los impactos, la vulnerabilidad y las medidas de adaptación ante el cambio climático (Figura 3 y Anexo I).
Localizaciones piloto
Los indicadores ACC seleccionados han sido evaluados en tres montes piloto, Navahondona (Cazorla, Jaén), Pinar de Valsaín (Segovia) y Barrantes (Pontevedra). Estos tres montes se sitúan a lo largo de la península Ibérica cubriendo una variada tipología de pinares. En concreto, los Montes de Valsaín cuenta con masas de pinares compuestos por especies eurosiberianas (i.e. Pinus sylvestris), el monte de Navahondona está compuesto mayoritariamente por pinares mediterráneos de montaña (i.e. Pinus nigra), mientras que el monte de Barrantes está formado por pinares cuya distribución es mediterráneo-occidental y atlántica (i.e. Pinus pinaster y P. radiata, respectivamente).
La distribución potencial de Pinus sylvestris se ve reducida drásticamente cuando el modelo es proyectado en los escenarios futuros de cambio climático (Fig. 4b) con respecto a su distribución potencial actual (Fig. 4a). La distribución potencial de Pinus nigra se ve reducida de forma considerable cuando el modelo es proyectado bajo los escenarios de cambio climático (Fig.4c) con respecto a su distribución potencial actual (Fig.4d). La distribución potencial de Pinus pinaster se ve reducida de forma considerable cuando el modelo es proyectado en los escenarios de cambio climático (Fig. 4e) con respecto a las condiciones actuales (Fig. 4f). No obstante, en la zona de estudio la distribución potencial bajo escenarios de cambio climático abarca un área similar, incluso superior que bajo condiciones actuales, aunque la idoneidad climática de la zona para la especie no es la más elevada. El indicador CDEpa sugiere una vulnerabilidad alta para Valsaín y Navahonda, y moderada para Barrantes.
Consideraciones finales
“Las opiniones y documentación aportadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor o autores de los mismos, y no reflejan necesariamente los puntos de vista de las entidades que apoyan económicamente el proyecto”.