El pasado 10 de diciembre, en la entrada del camping “El Cantosal” tuvo lugar el descubrimiento de una estatua, para rendir homenaje a todas las personas que desempeñaron y desempeñan el oficio del resinero, tan representativo de nuestras comarcas de pinares.

“Esta profesión ha servido en numerosas ocasiones para mantener a multitud de familias tanto en momentos de bonanza como en situaciones de crisis, fijando población en nuestros pueblos tan castigados por la despoblación”, afirmó Mariano Herrero Llorente, alcalde-presidente de la Comunidad de Villa y Tierra de Coca.

“Quiero agradecer la total disposición del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Segovia para la realización de este proyecto, a cargo de los fondos de mejora del monte donde se sitúa la estatua. Y por último, nuestro más sincero agradecimiento a nuestro paisano a Julio Murciego Cabrero, creador de esta obra y a la Fundición Capa”, añadió.

La localidad segoviana de Coca, donde se ha ejercido el oficio de la resinación desde tiempos inmemoriales, llegó a ser el único reducto de aprovechamiento de esta sustancia que quedó en España en los años noventa y desde donde se impulsó de nuevo la industria al resto del territorio.

En el acto de descubrimiento de la estatua estuvieron presentes la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, Virginia Barcones Sanz, la subdelegada del Gobierno en Segovia, María del Lirio Martin García, algunos diputados provinciales, alcaldes de la zona resineros y ex resineros. A todos ellos quiso agradecer su presencia Herrero Llorente, “gracias a todos los que habéis dejado los quehaceres diarios para acompañarnos en el homenaje a la profesión de resinero”.

Barcones destacó su confianza en el papel de la explotación de la resina como alternativa laboral dinamizadora de la economía en zonas rurales, e importante fuente de ingresos en muchos municipios.

En un momento en el que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia abre las puertas a proyectos que tengan por bandera la sostenibilidad y la lucha contra el reto demográfico, la delegada señaló que «el sector merece la atención de todos, especialmente en una comunidad autónoma como Castilla y León que producía ya en 2018 más de 11.000 toneladas de resina, sumados los pinos de propiedad pública y los de propiedad privada, de las que más de la mitad se producen en Segovia».

Barcones ofreció su apoyo a las agrupaciones y cooperativas de resineros de los 60 municipios de Segovia que tienen lotes de resina, con 1.600.000 pinos abiertos en producción en sus montes de utilidad pública. Un apoyo que hizo extensivo a todo el sector en Castilla y León que, en su conjunto, duplica las cifras que ofrece Segovia. «Son cerca de 350 familias de resineros en esta provincia», ha indicado Barcones, «que como yo están convencidas de que la resina natural es un producto que a corto plazo tiene un gran futuro».

PRIMER SITIO DONDE SE HIZO UNA ORDENACIÓN PARA LA RESINA

La particularidad de la zona es que fue la primera en ser ordenada para el aprovechamiento de esta sustancia. Una ordenación que data del año 1900 y que separó el monte en cuadrículas para dividir el terreno que había que dedicar a cada etapa de la extracción y cuyas divisiones aún se pueden ver desde el cielo porque siguen vigentes actualmente.

Por ello, las 50.000 hectáreas de pino resinero en la provincia de Segovia, de las cuales 10.000 se aprovechan para la extracción, constituyen el territorio más productivo de España para la resina y uno de los mayores de Europa, por lo que ha despertado el interés de profesionales de diversas partes del mundo.

También fue el único reducto del oficio que quedó en los años noventa, cuando hubo una crisis que casi acaba con la industria, y gracias a la labor de los trabajadores del monte y los agentes forestales, se pudo mantener con vida y volver a impulsarlo a otras zonas de España, tras instruir a nuevos trabajadores.