El monte vecinal es una entidad de carácter germánico, que “es de todos y no es de ninguno”. Las comunidades de montes surgieron con el fin de aglutinar los recursos de unos montes vecinales, para que dieran un beneficio a todos los habitantes de una comarca. Cada vecino recibía un aporte de lo que el monte proporcionaba.
Entrevistamos a continuación a Carlos Hermida García, Vicepresidente de Montes Vecinales de la Asociación Forestal de Galicia (AFG).
¿Qué representa hoy un “monte vecinal” y una “comunidad de montes”?
A día de hoy, la figura sigue siendo la misma aunque, además de un fin productivo, tiene un fin social mucho más acentuado. Al pastoreo o la leña de antaño le sustituye hoy un uso lúdico, deportivo, de ocio y esparcimiento. Todo ello con una repercusión social notoria.
El monte vecinal es en Galicia una figura con una repercusión inmensa: por la cantidad de comunidades de montes que acoge esta región, y por la superficie arbolada que aporta.
¿Tienen mucho peso estas figuras en la Asociación Forestal de Galicia?
El monte vecinal es una de las bazas principales que tiene para trabajar la Asociación Forestal de Galicia. Las comunidades de montes gestionan y preservan ese territorio, para que se encuentre en el mejor estado posible. Naturalmente, practican la selvicultura, lo cual garantizará que el monte perdure.
Esta figura “protectora” está mucho más acentuada en la provincia de Pontevedra y también en el sur de A Coruña, con gran implicación de los comuneros y las junta rectoras de cada comunidad de montes. Desgraciadamente, el éxodo a las ciudades de la población rural ha debilitado a esta importante figura forestal en la provincia de Ourense.
Las comunidades de montes son garante y protector del monte vecinal y periurbano
¿Qué labor está realizando actualmente la AFG con las comunidades de montes que están activas?
Compartimos y contrastamos información. Asimismo, ayudamos a reagrupar la comunidades, con el objetivo de que la gestión sea más fácil y rentable. Desde el departamento técnico de la AFG, les apoyamos en labores de ordenación, certificación, apoyo legal, asesoramiento técnico y gestión administrativa, entre otras muchas cosas del día a día. Al fin y al cabo, las comunidades de montes tributan como si fuesen sociedades mercantiles.
¿Cuánta superficie de montes vecinales acoge la región de Galicia?
En torno a 700.000 hectáreas. Esto es, dos terceras partes de la superficie forestal de Galicia.
¿Cuáles son los principales logros de los montes vecinales en Galicia?
Su logro principal es haber logrado, aun hoy, que ese monte sea para uso y disfrute de toda la sociedad gallega. Trascender a una mera gestión privada y, además, evitar el abandono, atesorando cierta biodiversidad y una gran riqueza natural, histórica, paisajística y cultural.
Los montes siguen estando ahí, bien cuidados y gestionados, lo cual es primordial para asegurar un futuro.
¿Qué retos os planteais desde la AFG para mejorar, si cabe, esta realidad?
Las comunidades de montes han de fomentar la integración y la agrupación, y no la segregación. Tomando como ejemplo los montes periurbanos de Vigo, donde las comunidades trabajan conjuntamente. Su supervivencia depende de ello.
Los recursos forestales se encuentran “a la baja”. Sólo de forma agrupada puede llegar a ser rentable la gestión del monte. Por debajo de las 500 hectáreas es prácticamente inviable sacar adelante una explotación de pino o eucalipto. Por poner un ejemplo, la propiedad más grande de los Montes de Vigo suma 300 ha. Algunas no llegan a 20. De esta forma, la gestión no es sostenible. De forma agrupada, existe un modelo de gestión que puede llegar a ser medianamente viable.
¿Pone en riesgo la falta de rentabilidad de los productos forestales al compromiso de los comuneros con el monte gallego?
En efecto, esta situación entorpece la renovación de las juntas gestoras en muchas comunidades de montes. Implicar a las nuevas generaciones en este sector no es fácil. Por ello es tan importante incrementar la eficiencia de la gestión.
¿Colisionan o se complementan las SOFOR (sociedades forestales) con la tradición y trayectoria de los montes vecinales?
Podrían llegar a ser un complemento interesante aunque, desde la AFG, consideramos que el modelo de gestión planteado por la Administración para las SOFOR no es el más adecuado.
Las administraciones han de seguir valorando el trabajo que llevan a cabo las comunidades de montes de conservación y acondicionamiento del entorno de cuencas de ríos, restos arqueológicos, del aire y el paisaje. Y apoyarnos en vías de futuro como es la biomasa forestal; un recurso con el que podríamos alcanzar la auto gestión. La micología y otros productos silvestres contribuirían también a mejorar nuestra situación económica. En debate está si convendría sustituir el modelo forestal, del piñeiro a las madera nobles, aunque sea una apuesta a largo plazo.
¿Será el pago por servicios ambientales otra de las vías de financiación para el sector forestal gallego?
Puede llegar a ser una aportación más. Pero estará condicionado a que desde las comunidades de montes y la propia AFG logremos involucrar a los propietarios en proyectos de este tipo, como Landscare. Ellos son quienes pueden volcar información en esa plataforma. Y de ello depende el interés que pueda llegar a tener la aplicación para el usuario final. Si el ciudadano encuentra esa herramienta útil y su información bien seleccionada y plasmada, no dudo que aportará un donativo al gestor de la finca que está visitando. Pagaremos, igual que pagamos por contemplar una catedral o un museo.
Otras iniciativas semejantes funcionan de forma fluida hoy en día. Pero insisto, depende de la aportación del propio propietario del monte; quien primero ha de poner en valor lo que tiene.
¿Qué hace COSE, la Confederación de Organizaciones del Selvicultores de España, y qué más podría hacer por ayudar al sector forestal de Galicia?
Su amplia visión de todo el sector a nivel nacional, y de muy diversas tipologías de montes y realidades del mundo rural nos aporta luz, ideas y nuevos horizontes para afrontar el futuro.
Asimismo, su relación permanente y activa con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente nos garantiza disponer de información de primera mano, y también de la oportunidad de defender allí nuestros intereses y de influir en la manera de hacer las cosas en el mundo rural.