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PEFC colabora con la diseñadora María Lafuente en la promoción de la moda sostenible

El pasado martes se presentó en Madrid la nueva colección de la diseñadora María Lafuente, CÓDIGO ROJO149, inspirada en el Parque Nacional de Doñana y que inaugura la quinta edición de “Madrid es Moda”, punto de encuentro de diseñadores, marcas y público y evento que acerca la moda de autor al ciudadano. PEFC ha colaborado con la diseñadora en la promoción de la moda sostenible a través de esta colección, que fue presentada en un desfile urbano que ocupó varias calles del madrileño distrito de La Latina. En ella se han empleado fibras celulósicas procedentes de bosques gestionados de forma sostenible que cuentan con el certificado PEFC.

Según la propia diseñadora, esta colección introduce la filosofía de proteger y preservar la fauna y flora. El número 149 se refiere a la lista de especies animales y vegetales en peligro de extinción. Los materiales sostenibles, las mujeres en riesgo de exclusión social, el desarrollo rural, las tradiciones, la naturaleza, el hábitat y la ética son conceptos en las que se ha basado CÓDIGO ROJO149.

 

 

En la puesta en escena han colaborado diferentes artistas: el pintor César Barrio, el arquitecto Germán de Castro Gosnell y el escultor Diego Canogar, encargados de la escenografía. Las piezas en 3D realizadas en materiales biodegradables fueron obra de la arquitecta Elena Rivas y Montserrat Durán se encargó de las piezas de cristal. Además de la innovación, el proyecto apuesta por la tradición al incorporar los bordados de Carbajales de Alba que cuentan con cuatro siglos de historia.

La colección se enmarca en las acciones desarrolladas dentro del acuerdo de partenariado entre PEFC y la iniciativa “Forest For Fashion”, desarrollada por la Sección de Bosques y Madera de UNECE/FAO (Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa/Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura),  que tiene como objetivo promover el uso de materiales sostenibles procedentes de bosques bien gestionados en el mundo de la moda. En el marco de este proyecto, el bosque y la moda aúnan fuerzas: la creatividad de la moda y el diseño contribuyen a poner en valor los bosques y sus recursos, y los bosques ayudan a la moda a ser un sector más sostenible.

 

 

La colección CÓDIGO ROJO149 colabora también con diferentes proyectos solidarios como «Wonderfull Julius 1.0» para solucionar la escasez de recursos de agua potable en Cochabamba, en el interior de Bolivia, y con la Asociación Lal La Buya, que ha producido la colección y ofrece formación y apoyo a mujeres en riesgo de exclusión social.

PEFC y la moda sostenible

PEFC es una organización internacional presente en más de 90 países del mundo que garantiza la gestión forestal sostenible y la trazabilidad de los productos de madera y de celulosa a lo largo de la cadena suministro.  La gestión forestal sostenible permite utilizar la madera de los bosques, garantizando su reforestación y la conservación de su biodiversidad.

Más de 300 millones de hectáreas de bosque están certificados por PEFC y cuentan con una gestión sostenible que asegura su supervivencia. El número de selvicultores, gestores y propietarios forestales comprometidos con la buena gestión y prácticas sostenibles suman un total de 750.000 y cerca de 19.000 empresas ofrecen productos certificados PEFC. Proporciona al sector de la moda una herramienta que permite identificar como sostenibles los productos de origen forestal, incluyendo la ropa y el calzado con fibras celulósicas. Facilita a los consumidores las garantías de que en su proceso de producción se han respetado cuestiones ambientales y sociales, incluyendo derechos sociales y de seguridad y salud laboral, así como la gestión responsable de los bosques productores de estas fibras.

 

 

Entre los materiales utilizados en el sector “apparel” están las fibras celulósicas o man-made cellulose fibers (MMC). Este tipo de fibras, como el Modal, la Viscosa y el Tencel, suponen el 6,6% del total de las fibras utilizadas en el sector (datos recogidos en 2016) y proceden principalmente de bosques templados y tropicales. Existen 10 compañías internacionales que producen el 80% de este tipo de fibras procedentes de bosques. La compañía austriaca Lenzing, líder mundial en la producción de modal y viscosa posee el certificado PEFC que asegura que estas materiales proceden de bosques gestionados de forma sostenible.

En los últimos años, el sector de la moda se ha movilizado y comprometido con la sostenibilidad de las fibras celulósicas. Algunas iniciativas de ONG´s junto con los principales distribuidores del sector y las grandes marcas, están trabajando para garantizar que las fibras celulósicas utilizadas en el sector textil tengan un origen sostenible. Por otro lado, los consumidores están demandando al sector de la moda mayores garantías en el proceso de producción, respetando el medio ambiente, asegurando unas condiciones sociales y de trabajo digno, un menor consumo de agua y menos emisiones de CO2, así como una gestión sostenible de los bosques para que puedan ser disfrutados por futuras generaciones.

 

 

¿Cuál es el origen de las fibras de origen forestal?

Las fibras de celulosa más populares en el mercado son Viscosa, Modal y Lyocell. Con el avance de la tecnología, los procesos de extracción son cada vez más sostenibles, por lo que son una alternativa más limpia a otras fibras sintéticas (derivadas del petróleo) y también al algodón. La producción de tejidos de origen forestal consumo 1/3 de la energía y 60 veces menos cantidad de agua que la misma producción de tejidos de algodón. PEFC trabaja para promover la trazabilidad de estas fibras a lo largo de la cadena de suministro, ayudando a los diseñadores de moda y a las marcas a garantizar a través de la etiqueta PEFC que su ropa y calzado proceda de una gestión forestal sostenible certificada

¿Cuál es el proceso?

El árbol es cortado y descortezado. La astilladora transforma la madera en pequeños trozos de unos pocos centímetros. Después, la madera se suaviza, se lava, y se enrolla a través de bobinas para crear rollos de celulosa. Esta celulosa se convierte en hilos, adquiriendo una forma filamentosa, enrollándose en carretes. Para finalizar, el hilo ya es adecuado para fabricar tejidos.

 

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