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Protección de los bosques con datos satelitales: Deforestación, incendios forestales y reforestación

Las imágenes satelitales en tiempo real pueden usarse para evaluar el alcance de una catástrofe que ya ha ocurrido y planificar los esfuerzos de recuperación.

Los bosques en la Tierra ocupan más de un tercio de la superficie terrestre, albergando en ellos abundantes ecosistemas interconectados que dependen unos de otros para sobrevivir y prosperar. También son fuente de oxígeno, agua, alimento, combustible y hasta cobijo y trabajo, con más de 1.600 millones de personas obteniendo recursos de forma directa y en torno a 70 millones, la mayoría comunidades indígenas, viviendo en ellos. Son mucho más que tierra y diferentes clases de flora, son los pulmones de nuestro planeta.

Debido a su expansión y sus capacidades, desempeñan un papel vital para la vida de las personas y ayudan a proteger la biodiversidad y luchar contra el cambio climático. Sin embargo, existen diversos riesgos que amenazan a los bosques, siendo la deforestación y los incendios forestales los más frecuentes y devastadores. Para evitar su degradación, y por consiguiente el empeoramiento de la vida de las personas y animales, es necesario protegerlos y cuidarlos.

MONITORIZACIÓN FORESTAL MEDIANTE IMÁGENES SATELITALES

Hasta hace apenas un par de décadas, uno de los mayores problemas a la hora de proteger los bosques estaba en la falta de recursos. Los bosques ocupan enormes extensiones de terreno y muchas de sus zonas son de difícil acceso, tanto en vehículo como a pie, por lo que en muchos casos los desastres medioambientales podían arrasar prácticamente la totalidad de la flora antes de que se pudiera intervenir. Afortunadamente, la tecnología ha cambiado la forma en la que podemos proteger a nuestros bosques, en concreto la tecnología satelital.

Aunque una vista de la Tierra en tiempo real desde un satélite que cubra la totalidad de un bosque no tendrá una calidad suficiente como para reconocer cada árbol de forma individual, sí que es más que suficiente para detectar problemas. Apoyándonos en los datos históricos, la comparación de imágenes de la misma área puede revelar aquellos lugares donde la vegetación ha empeorado de forma notoria, permitiendo que la gestión de recursos se centre en dichas áreas para investigar lo sucedido. En general, la idea es intentar prevenir o reducir el impacto de las actividades perniciosas lo antes posible, aunque por desgracia eso no siempre es posible. No obstante, las imágenes satelitales en tiempo real también pueden usarse para evaluar el alcance de una catástrofe que ya ha ocurrido y planificar los esfuerzos de recuperación.

MONITORIZACIÓN DE LA REFORESTACIÓN

La reforestación es un proceso complejo y extenso que requiere una cuidadosa planificación y ejecución. Inicialmente, se requiere un estudio sobre el terreno para identificar las mejores zonas para la plantación de nuevos árboles, algo que requiere mucho tiempo y mano de obra. A continuación, el propio proceso de reforestación es una tarea costosa y difícil de ejecutar con éxito. Por si esto fuera poco, es necesario monitorizar el éxito de los esfuerzos de reforestación, labor complicada cuando se trata de zonas remotas.

Es aquí donde la tecnología satelital entra en juego. El empleo de imágenes de satélite de alta resolución puede revelar una gran cantidad de información, gracias a su nitidez. Dado que cada esfuerzo de reforestación suele realizarse en un área relativamente pequeña, este tipo de imágenes permiten llevar a cabo un seguimiento continuo del área, así como de las tasas de crecimiento, salud y supervivencia de los árboles recién plantados. Cuando son necesarios análisis avanzados, el uso de imágenes multiespectrales e hiperespectrales incrementan la cantidad de datos que se pueden evaluar, como el contenido de humedad o los cambios en la salud de la vegetación. De este modo, los modelos analíticos evolucionan para evaluar la eficacia de las iniciativas de reforestación y predecir su sostenibilidad a largo plazo.

MONITORIZACIÓN DE LA DEFORESTACIÓN

Dos de las mayores amenazas, aunque no las únicas, para los bosques en una buena parte del planeta están relacionadas con la tala ilegal o con la expansión de las tierras dedicadas a la agricultura. Una de las principales ventajas de la monitorización por satélite es su capacidad para capturar secuencias de imágenes a lo largo del tiempo, también denominadas series temporales. Con ellas, llevar a cabo un seguimiento de los cambios graduales en la cubierta forestal es más sencillo, distinguiendo incluso entre cambios temporales, como pueden ser cambios estacionales, o permanentes, como la deforestación.

Para facilitar la labor de ONGs, gobiernos e investigadores particulares, disponen de distintos tipos de sensores de satélite. El más común es el sensor óptico, que capta imágenes en luz visible y algunas longitudes de onda no visibles, pero se ve limitado por la falta de luz solar. Por su parte, un sensor de radar capta datos mediante ondas de radio, pudiendo penetrar a través de las nubes o captar datos de noche, lo que los convierte en una alternativa ideal a los sensores ópticos. Existen otros sensores, pero su uso suele orientarse a otro tipo de problemas o mediciones.

USO DE DATOS SATELITALES EN INCENDIOS FORESTALES

Los incendios forestales, tanto provocados por el ser humano como surgidos de forma natural debido a condiciones adversas, son una de las fuerzas más devastadoras para los bosques de la Tierra. Asimismo, el humo afecta a la calidad del aire, la visibilidad y la salud humana. De ahí la importancia de detectar el incendio lo antes posible y dar una respuesta rápida para minimizar el impacto medioambiental.

Los satélites más avanzados son capaces de mostrar el movimiento y el espesor del humo, así como el volumen de las partículas de humo. Estas mediciones sirven para ayudar en las labores de extinción, dando información relevante desde el aire. Aunque estos datos no siempre son relevantes durante la extinción del incendio, también es posible determinar las zonas quemadas, la gravedad de las quemaduras y estimar la superficie total quemada. Conocer la duración, tamaño y potencia de los incendios, así como la temperatura máxima alcanzada puede servir para mejorar las medidas preventivas en la región de cara al futuro.

Kateryna Sergieieva

Kateryna Sergieieva es Doctora en Tecnologías de la información y cuenta con 15 años de experiencia en teledetección. Es la científica responsable del desarrollo de tecnologías de monitorización por satélite y detección de cambios en las características de la superficie. Kateryna es autora de más de 60 publicaciones científicas.