Ingeniera de montes con muchos años al frente del área de gestión forestal en el sistema de certificación de PEFC, Arantza Pérez Oleaga, Directora Forestal de ASPAPEL -Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón-, vicedecana del Colegio de Ingenieros de Montes, incluso atesora experiencia en obra civil como jefa de obras en una pequeña constructora.
Recordamos que incluso colaboraste con alguna publicación especializada como la Revista Forestal Española …
Soy una convencida de que debemos conseguir que la sociedad conozca más y mejor lo que se aporta desde el sector forestal (especialmente en un país como España, donde la superficie forestal abarca más de la mitad del territorio.). PEFC me ha dado una visión transversal de esta realidad a nivel nacional y también internacional, que hoy comprendo mejor.
Cuando observo que como consumidores cada vez demandamos más productos naturales y renovables que provienen de los aprovechamientos que nos da el bosque, pero que no se comprende realmente el alcance de las ventajas que eso reporta al territorio, asumo que todavía falta mucho recorrido para que se entienda realmente de dónde vienen esos productos, y las bondades que este consumo reporta al medio natural. Aquí nos queda a todo el sector un reto importante por superar.
Con tu experiencia y conocimiento, ¿qué otras asignaturas pendientes tiene el sector forestal en España?
La tasa de abandono del territorio forestal crece. Ante todo, hemos de poner en valor la propiedad privada y que el propietario forestal sienta el valor de su parcela y desee hacer algo con ella. El abandono es un grave problema que aumenta e induce a su vez a otros problemas añadidos como las plagas, los incendios y una peor adaptación al cambio climático.
Apoyar y orientar al propietario son capitales para ASPAPEL, porque dada la estructura de la propiedad en España, con un 72% de superficie forestal privada, son ellos quienes nos aprovisionan de materia prima.
Por otra parte, entre todos debemos buscar mano de obra para nuestro sector forestal, y eso pasa por transmitir a la sociedad que somos un sector atractivo y moderno, para que haya trabajadores y trabajadoras en todos los niveles: ingenieros, operarios para la procesadoras y demás maquinaria, empresarios, industrias transformadoras … Tenemos que atraer talento al sector para poder desarrollarlo.
Recientemente has cumplido un año en la dirección forestal de ASPAPEL, ¿qué balance haces del trabajo realizado y de los retos y oportunidades que se vislumbran en el futuro?
La cadena de valor de la industria papelera comienza en el monte, y en ASPAPEL puedo aplicar mi experiencia y conocimiento del sector forestal, frente al reto de mantener un aprovisionamiento de materia prima para el inicio de la cadena de valor del sector de pasta-papel-cartón, a la vez que transmitir las ventajas de los productos forestales, lidiando con los falsos mitos que todavía están presentes en la sociedad. Desde aquí seguimos fomentando la certificación forestal y avanzamos en la apuesta por la valoración de los servicios ecosistémicos a través de una gestión activa del territorio. Pero sin duda alguna, el mayor esfuerzo lo ponemos en afrontar el ‘tsunami’ normativo que nos viene de Europa, con la irrupción de Reglamentos como EUDR, la Restauración de la Naturaleza y otros numerosos y heterogéneos trámites a nivel nacional y autonómico.
Modificar el ‘modus operandi’ de las empresas del comercio y la industria de la madera, y dedicar más recursos humanos y económicos a geolocalizar y trazar para el cumplimiento y aplicación del reglamento de deforestación no va a ser tarea sencilla, pero la industria papelera lleva tiempo trabajando en una hoja de ruta, con el fin de hacer las cosas lo mejor posible.
¿Qué observas de peculiar en el sector papel-pasta-cartón respecto a lo que ya conoces en el mundo forestal?
Es un sector inherente a la bioeconomía, que siempre ha apostado por la innovación, y que históricamente ha sabido adaptarse a todos los retos y cambios que se le han ido planteando. Somos conscientes de que lideramos, en muchos casos, estas transformaciones. Si bien es verdad que cada vez hay que destinar más tiempo y recursos a los trámites administrativos que conllevan el cumplimiento legal de infinidad de normativa.
El desarrollo de la bioeconomía y la conciencia progresiva del consumidor por preservar el medioambiente deberían jugar a nuestro favor. Hemos sido capaces de adaptar la tipología de productos de papel y cartón a lo que requiere la sociedad actual, que no tienen nada que ver con lo que demandaba hace 15 años. Somos cada vez más innovadores y sostenibles y encajamos a la perfección en el nuevo marco que demanda productos naturales, renovables y reciclables. Como dije antes, también debemos lograr comunicar que se cumplen numerosas normativas con un grado de excelencia, y que estos productos provienen de una gestión forestal sostenible, avalada por una tercera parte independiente, con ayuda de herramientas como la certificación.
Y la industria, ¿qué impresión te ha dado tus visitas a los centros de producción de papel y cartón en España?
La innovación y la capacidad de adaptación son bazas estratégicas en esta industria. Mi primera impresión fue de una asombrosa y formidable tecnología y modernización. Se ha hecho un esfuerzo brutal en obtener unos parámetros ambientales óptimos, como en la reducción de consumo de agua o en la demanda de calor para el proceso de secado del papel, es un sector líder en procesos de descarbonización, así como en el aprovechamiento del material recuperado para su reciclado (un residuo ahora es un recurso). Puedo decir sin equivocarme que las empresas de este sector son punteras en calidad ambiental.
¿Hay entendimiento y buena sintonía entre ASPAPEL y las industrias de tablero, construcción con madera y generación de energía con biomasa forestal, a la hora de acceder a la materia prima disponible?
Compartimos retos comunes, y también suministradores y rematantes de materia prima. Es verdad que en momentos puntuales la demanda genera cierta tensión en el mercado, pero la legislación que llega de Europa favorece el ‘uso en cascada’, es decir, cada calidad de madera tiene un uso lógico. Tenemos tantos retos comunes que un buen entendimiento es estratégico. Sería bueno que, como sector, fuésemos capaces de programar una planificación forestal que generase suficientes aprovechamientos para que todos los subsectores de la madera estén bien abastecidos. En la actualidad podemos decir que ya trabajamos e impulsamos de forma conjunta muchos de los objetivos que compartimos entre ellos la digitalización y transformación tecnológica del sector, la comunicación a la sociedad, etc. Creo firmemente en que la unión hace la fuerza.
¿Tiene la sociedad una imagen negativa de las plantaciones de árboles?
La superficie que abarcan las plantaciones es muy pequeña a nivel nacional; no superan el 4% del total del territorio forestal español y agrupan la mayor parte de los aprovechamientos de madera en nuestro país.
En verdad, son cultivos destinados a tener una producción. Frente a consideraciones y mitos muy arraigados en la sociedad, hay que decir que las plantaciones, en general, se gestionan muy bien, cada vez mejor diría yo. Sirven para que no se abandone el monte y no tengamos que importar madera para nuestra industria, además contribuyen a fijar población y a desarrollar un tejido productivo en el mundo rural. Conseguir una autonomía estratégica como país genera economía de escala, generando nuevos ingresos y recursos y facilitando al consumidor un producto local y sostenible que está demandando.
A estas alturas, ¿somos los españoles buenos recicladores de papel y cartón?
El sector pasta-papel-cartón representa como pocos la circularidad de la economía. De hecho, somos doblemente circulares. Porque partimos de un recurso renovable y después, cuando reciclamos los productos papeleros, volvemos a tener materia prima para fabricarlos de nuevo. España se halla entre los primeros países europeos en volumen de reciclaje para una industria de papel y cartón que en 2023 consiguió alcanzar una tasa de reciclado del 83,4%.
¿Qué proyectos va a afrontar ASPAPEL en el futuro inmediato en su área forestal?
La prioridad es que el territorio esté bien gestionado para que podamos tener masas forestales sanas, resilientes y aprovechamientos rentables, y que nos den recursos naturales. Ligado a esto, también es urgente atraer profesionales a todos los eslabones del sector. Un denominador común son la modernización y digitalización de las actividades en el monte, así como aligerar los trámites administrativos para propietarios, empresas y profesionales forestales, para que no supongan un obstáculo a su actividad.
Además, hemos reforzado nuestra área de comunicación, ya que es un vector esencial para avanzar en todas nuestras estrategias.
Proseguir en la labor de fomento de la certificación forestal y defender el valor de los servicios ecosistémicos que ofrecen a la sociedad nuestros montes es tarea constante. Además, la integración de todas las políticas que vienen del Pacto Verde Europeo, como EUDR, restauración de la naturaleza, suelo, vigilancia y monitoreo forestal … E interceder en los momentos clave, para ser eficientes.