Cada vez son más los pueblos que recurren a idea novedosas para adornar e iluminar sus calles en Navidad. Unos adornos que en muchos casos pasan por ser de madera y materiales reciclables, apostando por la sostenibilidad y el medio ambiente. Un ejemplo de ellos es Alcocer, un municipio de Guadalajara, donde este año aprovecharon la madera de los pinos caídos para decorar y dar color a las calles durante estas fechas tan señaladas.
“La idea surgió de un Ayuntamiento modesto que aspira a tener una decoración navideña como la tienen grandes municipios, pero que no cuenta con grandes recursos”, explica su alcalde, Borja Castro.
Así las cosas, se pusieron manos a la obra y en tres fines de semana dejaron adornado, de forma sostenible y ecológica varias de las calles del municipio. “Involucramos a las asociaciones y a los vecinos a ayudarnos en esta iniciativa, que está teniendo una gran repercusión. Incluso muchos pueblos de alrededor vieron nuestra decoración y la tomaron como idea para adornar sus calles”, afirma Castro.
De las zonas ajardinadas crecen muñecos de nieves, elfos y renos. En la Calle Mayor penden cálidas tiras de bombillas. Dos árboles de luz protagonizan sus plazas. Un poblado de navidad ha echado raíces en la Plaza Mayor… Todo ello realizado con la madera de los árboles caídos de los pinares o de un tejado de madera de una casa que fue derruida. “Tenemos un vecino que trabaja en el mantenimiento de los montes y el pinar, por lo que gracias a su ayuda decidimos utilizar la madera de los pinos caídos para realizar estos adornos navideños”, explica el alcalde de Alcocer.
“Tenemos claro que Alcocer no puede ser Vigo por eso ante la falta de recursos económicos tiramos de creatividad. Este año el pueblo tiene un ambiente mágico y cálido, del que han participado muchos vecinos y vecinas animados por el deseo de dar una gran bienvenida a sus seres queridos que por las circunstancias sanitarias llevan muchas semanas sin verlos”, valora Castro.
Alcocer no es el único ejemplo de municipio que aprovecha los recursos forestales que tiene a su alcance para hacer el adornado navideño. En la provincia de Guadalajara también nos encontramos con Milmarcos y Peralejos de las Truchas, ambos pertenecientes a la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo.
Los vecinos de Peralejos decidieron hace tres años adornar las calles del municipio por Navidad con los llamados “Tajitos”. Una idea que surgió en 2018, cuando decidieron aprovechar los troncos y madera de árboles caídos para hacer adornos navideños. “Es una decoración respetuosa con el medio ambiente y que ayuda a la limpieza del monte, ya que usamos madera de los árboles cortados por los retenes forestales o de los árboles caídos”, señalan los vecinos del municipio.
La madera que más se utiliza es la del pino albar, cuyos troncos se cortan en diagonal para poder hacer dibujos y figuras más grandes, mientras que la base se queda plana para poder ponerse de pie. “Además de los distintos dibujos, la gente va imaginando cosas y materiales, así este año también utilizaron tela o barbas”, comenta una de las vecinas que fue precursora en el movimiento de los Tajitos, cuyo coste total, la gran mayoría en pintura plástica, solo alcanza los 100 euros.
Se trata de una idea participativa, ya que al final se involucra toda la población del pueblo, puesto que hay actividades para todas las edades, desde quienes van al monte a buscar los troncos y los parten, hasta los niños que participan en la decoración. Una iniciativa original, respetuosa con el medio ambiente y que pone en valor los recursos que nos ofrece el monte, aprovechando la madera para dar vida, color y luz en estas fechas de Navidad, a uno de los pueblos que están dentro de la conocida como España Vaciada.
EN ORURENSE
Viajando hasta Galicia, el Ayuntamiento de A Veiga (Ourense) apuesta también por la madera a la hora de elaborar los adornos de Navidad que estos días se pueden ver en la plaza de la Casa Consistorial. Con ello se pretende dar visibilidad y apoyo al sector forestal. Y es que el Concello de A Veiga cubre una superficie de 292,20 kilómetros cuadrados, que lo sitúan en el octavo lugar de concellos gallegos más extensos. Una parte importante de este territorio es de bosques de pinos y de ahí la importancia que tiene la industria forestal.
Los autores de estas figuras echas de madera son los vecinos de la localidad, que no han dudado en participar y colaborar en todo lo posible. Entre todos los motivos navideños hechos de madera que hay en la plaza de la Casa Consistorial, los visitantes pueden ver un árbol de Navidad, búhos, ciervos, trenes, un centro navideño, entre otras muchas cosas.
Me parece una idea y un procedimiento perfectos: todo el pueblo implicado, materiales aprovechados y reciclables, creatividad… lo tiene todo. En Sella, Alicante, también lo hacen y los niños tienen también gran participación. ¡Buen año!