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“Debemos desmontar los muchos mitos que hay sobre la madera usada en exterior”

Verónica Sancho, arquitecto jefe de Grupo GUBIA.

La construcción con madera es una tendencia cada vez más al alza y, concretamente, las fachadas de madera una opción sostenible, estética y versátil, que cada vez más arquitectos y diseñadores incorporan en sus proyectos. Grupo GUBIA, estudio sevillano especializado en el diseño y construcción de espacios con madera y bambú, ha visto en los últimos años cómo se ha incrementado su demanda en este sentido y, gracias a su equipo técnico y de expertos, ha desarrollado ya, diferentes soluciones de fachadas en madera para otros estudios de arquitectura o promotoras.

Verónica Sancho, arquitecto jefe de Grupo GUBIA.

Dos de los últimos proyectos en los que GUBIA ha estado inmerso son Paseo de Mallorca 15 y Parallel East&West en el barrio de La Bonanova, en colaboración ambos con el estudio de arquitectura OHLAB.

El primero de ellos es un conjunto residencial de siete plantas de altura, localizado en la milla de oro de Palma de Mallorca y diseñado siguiendo los estándares Passivhaus. Una piel de madera termotratada, formada por paneles fijos y correderos de lamas verticales, cubre la casi totalidad del edificio haciendo las veces de filtro solar para las viviendas.

El segundo, en la misma ciudad, son dos edificios compuestos por seis dúplex cada uno. Las fachadas norte y sur de ambos vuelven a ser protagonistas del proyecto, incorporando un sistema de celosías plegables motorizadas también realizadas en madera termotratada. Las lamas de madera, en este caso colocadas en horizontal, vuelven aquí a trabajar en pro del control solar de cada vivienda.

En ambos casos Grupo GUBIA, elegido por los arquitectos por su expertise y pericia en la materia, han desarrollado y ejecutado sus singulares fachadas de madera, con movimientos de deslizamiento y pliegue en vertical respectivamente, que consiguen aportar dinamismo y vibración a una imagen cambiante de fachada. Con su habitual modo de trabajar el equipo ha realizado un estudio pormenorizado de lo que consideran las seis claves para proyectar una fachada de madera.

En primer lugar, y como Verónica Sancho, arquitecto jefe de Grupo GUBIA señala, “es fundamental identificar la clase de uso del elemento de madera en cuestión que se va a proyectar, es decir, identificar la exposición al agua que el elemento de madera va a tener a lo largo de su vida útil”. El Código Técnico DB-SE-M 3.2.1.2 y la norma UNE EN 335:2013 reconocen dos subclases, 3.1 y 3.2 según que el diseño constructivo facilite la evacuación de aguas y con ello el secado de la madera o, por el contrario, que la madera pueda permanecer húmeda.

Después, explica Sancho, “habrá que elegir una especie de madera con alta durabilidad, comprendidos entre los valores 1 y 2 para esa clase de uso, dado que la vida útil de este material depende de la humedad a la que quede expuesto y del ataque, por tanto, de diferentes agentes xilófagos, como hongos, coleópteros, termitas… En general, las maderas tropicales como el iroco, ipé, teca o cumarú poseen una durabilidad natural muy alta, pero también maderas de coníferas con tratamientos específicos de modificación interna, físicos como el termotratado o químicos como el acetilado, resultan completamente aptas para estos usos”. Este tipo de madera modificada tiene por lo general movimientos de dilatación y contracción muy pequeños, por lo que se convierten en materiales muy estables que permiten conseguir secciones o piezas esbeltas y elegantes, mejorando así la estética y los diseños de la fachada de madera. “El bambú termotratado es también una excelente alternativa”, recalca la arquitecto jefe de GUBIA.

Y precisamente porque el agua y la humedad son los mayores enemigos de la madera en exterior, diseñar correctamente los detalles constructivos de una fachada de madera son el siguiente paso obligado en el proceso de diseño.

Es necesario siempre facilitar la evacuación del agua, evitar que ésta quede acumulada. Como recomienda la arquitecto, esto se consigue, por ejemplo, redondeando las aristas de las piezas, inclinando las superficies, evitando las superficies cóncavas, eliminando encuentros entre diferentes piezas que puedan retener agua. Y continúa, “es fundamental conocer cómo se comporta el material, los movimientos de contracción y dilatación inherentes a cualquier madera variarán en función de la humedad relativa a la que esté sometida, máxime en exterior. No podemos restringir sus movimientos, nuestro detalle constructivo ha de contemplarlos y facilitarlos para evitar la aparición de fisuras que contribuirán a la retención de agua. Es también fundamental favorecer la ventilación de la cámara de aire tras un revestimiento de madera en exterior y, prestar atención a la calidad de los elementos de fijación que pueden reaccionar con la madera, creando manchas poco estéticas en nuestra fachada”.

Un diseño idóneo de cualquier fachada de madera pasará también por contemplar una fácil y rápida sustitución de sus piezas. Esto es así porque, aún con todo, siempre cabe la posibilidad de que alguno de los elementos de madera expuesto al exterior pueda sufrir leves daños. Y para cuando estas situaciones ocurren, el departamento técnico de GUBIA ha desarrollado múltiples elementos de fijación ocultos que facilitan el montaje y desmontaje de los mismos.

“También es necesario destacar”, enfatiza Verónica Sancho, “la importancia de la elección del acabado adecuado, la correcta instalación y puesta en obra de los elementos de la fachada y como no, el posterior servicio de mantenimiento”.

En cuanto a lo primero (el acabado), se trata de proteger a la madera de los efectos del sol. Con el paso del tiempo una madera no tratada irá perdiendo su color y tornando al gris. “En el mercado hay una gran variedad de acabados para maderas en exterior, pero es difícil que un proveedor se comprometa a garantizar la durabilidad del acabado en el tiempo. El confinamiento nos sirvió para investigar, probar, testar numerosos productos nacionales y extranjeros y optar por el que nos dio mejores resultados. Ensayos en laboratorios externos, pruebas de exposición al exterior propias y un largo etcétera nos ha hecho optar en estos dos últimos proyectos por una crema protectora de fácil mantenimiento que realiza una hidrofugación del material que repele el agua.” apunta Sancho.

Para garantizar que una fachada de madera funcione también es necesario contar con una correcta instalación realizada por profesionales, expertos que sepan prever y subsanar las posibles irregularidades que en toda obra se producen. “Nuestros carpinteros conocen muy bien cómo se comporta la madera, saben reconocer cuando un soporte puede dar problemas y cómo solventarlo y eso es fundamental. De nada sirve un excelente detalle constructivo en papel si luego no es llevado correctamente a la práctica. El papel lo soporta todo, pero la realidad de las obras es otra”.

Por último, “pero no menos importante”, dice la experta, “el mantenimiento de la madera en exterior es clave para que nuestra fachada perdure como el primer día”. Esto implica, según ella, concienciar al cliente final de que la madera requiere de cierto mantenimiento en periodos que dependerán de la orientación de la fachada, la humedad relativa de la zona climática en cuestión, el tono del acabado elegido… Según comenta no es posible extrapolar un mantenimiento a cualquier edificio sin estudiar todos estos factores.

Y solo así, indica, “teniendo en cuenta todos y cada uno de estos puntos, podremos conseguir una fachada que perdure en el tiempo, una fachada que sea todo un éxito”. “En Grupo GUBIA queremos desmontar así, y debemos hacerlo, los muchos mitos que hay sobre la madera utilizada en exteriores”, remata Verónica Sancho.