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Descubre seres durmientes en las entrañas de la madera

Las esculturas en madera de ébano, abeto, castaño, roble o nogal de Gil del Pozo pueden verse en el Museo Arqueológico de Cacabelos (León).

La obra del escultor berciano Gil del Pozo se podrá ver en el Museo Arqueológico de Cacabelos (MARCA) con la exposición “Esculturas”, que se podrá visitar hasta el 14 de marzo en las instalaciones de la calle Las Angustias. La exposición ocupa las tres plantas del edificio: sótano, planta baja, y planta primera.

Las obras de Gil del Pozo recogen la ecología, la historia, la naturaleza, lo pragmático o lo onírico, la vida y la muerte, lo sagrado o lo profano, encontrando las formas y las expresiones de sus figuras, como si realmente se tratase de seres durmientes en las entrañas de las maderas.

Gil del Pozo vuelve al Museo tras más de diez años. “Fue un gran descubrimiento aquella magnífica exposición que disfrutamos durante dos meses hace ya más de diez años. Su maestría estaba patente en su obra, muebles y figuras surrealistas, realistas, y en relieves de formas imposibles y de extraños seres que se movían en mundos oníricos”, aseguran desde la dirección del centro.

“Hoy volvemos a comprobar que de la magia de sus manos sigue brotando arte, y desde la médula del ébano, o el abeto, del castaño o roble, nogal, peral, cedro o de cualquier raíz o tronco, llenos de tiempos y de vidas, regresan en cientos de figuras y formas únicas, llenas de pureza, originales como su espíritu mismo”, añaden.

De la obra de Gil del Pozo sigue sorprendiendo la destreza, la impronta, su huella personal, la suavidad de las texturas…y sobre todo su mensaje. Ninguna figura o pieza es ajena al mensaje. Cada obra nos traslada a la expresión de lo humano o inhumano. Ahí reside la lectura de su obra: en la ecología, la historia, la naturaleza, lo pragmático o lo onírico, la vida y la muerte, lo sagrado o lo profano… Gil siempre encuentra las formas y las expresiones de sus figuras, como si realmente se tratase de seres durmientes en las entrañas de las maderas, parece como si los hados de nuestros bosques del Bierzo le hubieran elegido para extraerlos de las sombras.

A Gil del Pozo las musas siempre le encuentran trabajando, y ese debe ser su secreto. Nació con Arte en las venas, pero también se forjó y aprendió con el maestro suizo (Berna1990) Hans Peter Raihen, y desde ese momento no ha dejado de crear, de realizar exposiciones, y de enseñar en Escuelas de ebanistería.

A mediados de los años 90 regresó al Bierzo, tierra inspiradora de su creación e idílica arboleda en la que ejerce su oficio. Ha sido profesor de diversos talleres de empleo en la comarca, donde ha enseñado sus técnicas. Su obra, de marcada impronta personal, ha sido expuesta en diferentes museos y salas y se halla dispersa en diversas colecciones de particulares. Gil del Pozo no ha dudado en forjar su propio estilo. Un estilo que, enraizado en los cánones clásicos va desde el realismo figurativo al surrealismo.

Las figuras de princesas merovingias, caballeros, monstruos del devenir, cruces, retablos, puzles multicolores, Venus o madres llenarán de aromas y belleza las salas del Museo Arqueológico de Cacabelos.

Otra exposición que contó con un gran éxito de este escultor fue la que llevó a cabo hace unos años bajo el nombre de “Nudos y gubias”. Una treintena de obras talladas en esculturas de bulto, relieves y retablos entre las que se exponían las últimas creaciones del artista, evocadoras de un rico y singular universo creativo. Un mundo artístico con raíces que entroncan en la mejor tradición de ebanista, evolucionando hacia un estilo escultórico versátil que va desde la figuración clásica hasta el surrealismo.