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El monte se ha consolidado como una fuente de ingresos para un número cada vez mayor de gallegos

Unas 70.000 familias gallegas percibieron 280 millones de euros por venta de madera a la industria transformadora, un 29% mas que en 2012

El monte gallego se ha consolidado como aliado de las familias gallegas para hacer frente a la crisis. En el año 2013, cerca de 70.000 familias cortaron madera, un 29% más que el ejercicio anterior, lo que representa una cifra histórica en Galicia. El 9% de las familias gallegas han percibido 280 millones de euros por la venta de madera a la industria transformadora.

 

Las cifras del informe de resultados de Confemadera Hábitat Galicia 2013 también indican que la facturación conjunta de la industria de la madera y el mueble de Galicia alcanzó los 1.668 millones de euros, un 2,6% más que en 2012. El sector mantuvo el empleo con 20.000 directos y 50.000 indirectos.

 

Después de tres años, la industria inicia una «lenta recuperación» sustentada en un «leve crecimiento del mercado nacional» y en el «esfuerzo de las empresas por consolidar los mercados internacionales», según apuntó Elier Ojea, presidente de Confemadera Galicia.

 

Las exportaciones gallegas de productos de madera sumaron un volumen de negocio de 769,9 millones de euros, un 11,8% más que en 2012. Al cierre de 2013, Galicia pasó a liderar el ranking de exportaciones por comunidades autónomas.

 

El monte gallego, aliado de las familias e industria

 

Elier Ojea destacó que «el monte gallego es sustento para un número cada vez mayor de familias» y fomenta la «creación de riqueza en zonas rurales». Por ello, defendió que es necesario aplicar políticas activas que contribuyan a incrementar la «competitividad de las empresas del sector», incentivando la producción, ya que sin madera «en cantidad y de calidad, la industria no tiene razón de ser».

 

Así, pidió a la Administración que dé respuestas a los principales retos del monte: impulsar la producción de madera mediante selvicultura moderna, gestión forestal conjunta y sostenible. También reclamó que es necesario «clarificar, simplificar y agilizar los trámites administrativos» de la actividad forestal y equiparar la norma del transporte forestal a la de otros países de la UE.

 

También solicitó que se apoye al sector reactivando el consumo del mercado interno con un plan de rehabilitación y reforma de edificaciones y consolide las infraestructuras y la actividad industrial en Galicia de toda la cadena de valor.

 

El presidente de Confemadera Galicia recordó que todas estas líneas de actuación ya fueron planteadas al Gobierno autonómico en el informe «Cómo mejorar la capacidad forestal de Galicia», elaborado por la Asociación de Becarios de la Fundación Barrié. Por ello, pidió a la Administración colaboración para avanzar en la implantación de estas medidas, para lo que el sector ya ha creado mesas de trabajo.

 

La madera, materia prima escasa

 

En 2013, el volumen de cortas realizadas en Galicia ascendió a 7,8 millones de metros cúbicos, una cifra muy similar a los 7,5 millones de metros cúbicos de 2012. Ana Oróns, secretaria general de Confemadera Galicia, informó que la industria «está preocupada porque las cortas proceden de propiedades forestales cada vez más pequeñas, menos rentables para el propietario pero también para la industria que necesita de más madera para satisfacer la demanda de nuevos usos».

 

Además, recordó que según el IV Inventario Forestal Nacional, elaborado por el MAGRAMA, la superficie forestal en Galicia se mantiene invariable. «Desde hace 12 años, hay 600.000 hectáreas improductivas y las masas forestales envejecen y su estado de salud empeora», explicó.

 

Por último, Ana Oróns, recordó que el sector gallego compite en el mercado global de la madera donde están confluyendo «muchas incertidumbres y grandes retos». Así, junto a la recuperación del consumo mundial de madera, han emergido nuevos países consumidores, como es el caso de Turquía, pero también nuevos usos de la madera como el energético, los relacionados con la bioeconomía (biocombustibles sólidos o biomateriales) y los nuevos productos (madera contralaminada o maderas modificadas). Por ello, la madera se ha convertido en un bien escaso.