Representantes del sector forestal gallego solicitaron en la Asamblea del Grupo de Apoyo Gallego a la certificación forestal FSC, celebrado ayer en Santiago, que se realicen los esfuerzos necesarios para que, en Galicia, se certifique madera bajo este sello de calidad.
El sector considera imprescindible realizar un esfuerzo para que los mecanismos de implantación y seguimiento de los sistemas de certificación forestal sean similares a los que se aplican a nivel internacional, de lo contrario las consecuencias serán nefastas para Galicia.
«Las empresas gallegas de la madera no pueden operar en un mercado donde los competidores foráneos acceden a la cantidad de madera certificada que necesitan con mayor facilidad. Necesitamos obtener madera certificada FSC de los montes gallegos con similares premisas a las que otorga este certificado en países competidores. De lo contrario, el propio funcionamiento del sistema será el que hará que la materia prima local pierda cuota de mercado, cuando uno de los criterios más importantes de la certificación es que se den oportunidades de empleo para habitantes de la zona y que la transformación de los productos forestales se realice a nivel local» apunta Juan Picos, director de Monte Industria. El año pasado, más de 40.000 propietarios cortaron madera en Galicia y la industria de transformación de la madera generó más de 22.000 empleos directos.
Para las asociaciones Fearmaga, Monte Industria y Cluster da Madeira de Galicia el problema radica en que las exigencias que FSC España impone a los selvicultores son mayores que las de otros países competidores. Por eso, solicitan medidas que hagan viable la certificación de las pequeñas propiedades familiares y el reconocimiento del papel social que desempeñan los montes vecinales en mano común.
Escasa certificación en Galicia
En Galicia se realizan el 50% de las cortas de toda España, sin embargo no existen montes certificados FSC y menos del 10% de la superficie posee certificado PEFC. La superficie arbolada del monte gallego supera los 2 millones de hectáreas que pertenecen en un 98% a más de 600.000 propietarios forestales y 2.800 comunidades de montes.
El panorama en España es igualmente desolador. La superficie de terrenos privados con certificación es muy reducida, a pesar de representar el 67% del total. Las superficies certificadas por este sistema se concentran en zonas de espacios protegidos o de gestión pública.
La certificación de productos forestales
La certificación es un sello de calidad que garantiza una gestión forestal sostenible. A nivel mundial existen dos sistemas de certificación forestal: PEFC y FSC. En ambos casos esta distinción se obtiene después de un proceso de evaluación voluntaria de una unidad forestal en la que se verifica que la gestión de un monte cumple con unos estándares de calidad acordados de forma internacional pero con grandes diferencias de interpretación entre países.
En la actualidad, los esfuerzos realizados por promover la demanda de productos de madera certificada FSC y la inexistencia de monte certificado en Galicia está provocando la importación de materia prima de terceros países como China, Brasil o Rusia, con el impacto que esto genera desde el punto de vista ambiental (emisiones del transporte) y desde un punto de vista económico y social.