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LA LADERA Y PICAZOS, un modelo de gestión forestal sostenible

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El Aula Apícola Sierra de Hoyo es es centro pionero concebido para ofrecer a los visitantes actividades en plena naturaleza, con la abeja melífera como tema central.

La finca “La Ladera y Picazos”, fruto de la fusión de cinco pequeñas propiedades, siempre fue un área de recreo. “Salvo la gestión de mantenimiento, pequeños aprovechamientos para obtención de leñas y cisco, la extracción de corcho y la práctica de la apicultura, prácticamente nunca hubo intervención sobre este monte –explica su propietario, Nacho Morando-. Únicamente los guardeses poseían animales y un par de huertos a media ladera”.

Con mucha vocación y poca rentabilidad, la familia Morando afronta el mantenimiento y conservación del paraje, y gracias al “Aula Apícola Sierra de Hoyo”; centro educativo y de divulgación propiedad de Nacho Morando y Clara Núñez, los visitantes pueden conocer el paraje y ser testigos de los frutos de la gestión que se está realizando en ese monte.

Aula Apícola

Ubicado en una espectacular Reserva Natural de 260 hectáreas, el Aula Apícola “Sierra de Hoyo” en Hoyo de Manzanares, en Madrid, es un centro pionero concebido para ofrecer a los visitantes actividades en plena naturaleza, con la abeja melífera como tema central aunque no único.

Son actividades destinadas especialmente a grupos tales como colegios, asociaciones, familias, etc., y van desde visitas guiadas a las instalaciones, hasta cursos, talleres, etc.

“La Ladera y Picazos” es una Reserva Natural Educativa, pero también una Propiedad Privada»

Aunque la temática central del Aula Apícola, como su nombre indica, es la abeja melífera y la apicultura, los contenidos ofrecidos van íntimamente ligados al entorno en el que se encuentra, con la finalidad de que el visitante pueda conocerlo y valorarlo. Así, flora y gestión forestal, fauna, geología o usos tradicionales ligados al monte, forman parte de dichos contenidos y protagonizan algunas de las actividades que allí se desarrollan.

Extracción de corcho

La familia Morando es titular de la propiedad desde hace casi cien años. El pasado verano, “La Ladera y Picazos” vivió el tercer descorche de su alcornocal. El anterior se llevó a cabo hace casi veinte años. En lo sucesivo, dependiendo del estado de los aproximadamente dos mil árboles que hay en la finca, posiblemente se ejecuten sucesivos descorches cada doce años.

El alcornocal se halla en un área escarpada del monte, lo que obliga a ejecutar la extracción del corcho mediante el sistema tradicional, es decir, con mulas. El corcho es de una extraordinaria calidad, en gran medida debido a que se trataba del tercer descorche.

“Hemos hecho inventario de todos los alcornoques de la finca, y se ha integrado ese inventario en el plan forestal de la misma”, comenta Nacho Morando, quien gestiona desde hace veinte años este monte, enclavado en el municipio madrileño de Hoyo de Manzanares, cuando fue consciente de que había que intervenir para aminorar el riesgo de incendio.

“Decidimos extraer el corcho para obtener un dinero que nos permita proseguir con los trabajos de limpieza del monte –explica-. Son fincas deficitarias cuyo único aprovechamiento lucrativo es la caza, aunque tampoco en gran medida, ya que en nuestro caso es una actividad que limitamos exclusivamente a las actuaciones imprescindibles para controlar la población de jabalíes, que en ausencia de depredadores naturales causa auténticos destrozos en la finca”.

“Decidimos extraer el corcho para obtener un dinero que nos permita proseguir con los trabajos de limpieza del monte»

Reserva natural educativa

A la prevención del fuego se sumaron otras acciones como pequeñas repoblaciones, la recuperación de fauna autóctona, “lo cual yo considero algo integrado en la gestión del monte”, y un uso educativo “frente al exceso y abuso de actividades inadecuadas de disfrute de la naturaleza”, que ha resultado ser un puntal básico en el día a día de este propietario forestal, tras erigir junto a su esposa Clara el “Aula Apícola Sierra de Hoyo”.

Nacho Morando, propietario de la finca «La Ladera y Picazos», en Madrid.

“La Ladera y Picazos” es una Reserva Natural Educativa, pero también una Propiedad Privada. Una cosa no quita la otra. No obstante, nosotros hemos querido compatibilizar nuestro papel como propietarios con la existencia de un cierto uso público, potenciando desde la propiedad el uso público permitido por la ley del Parque Regional; que es el testimonial y educativo –afirma Nacho Morando-. Esa es la razón de ser del Aula Apícola, que pretende aprovechar ese potencial educativo, introduciendo a nuestros visitantes en el conocimiento y disfrute de esta reserva natural desde el conocimiento y el respeto. La base está en el papel de las abejas en el monte, abriéndose a la gestión forestal y de recuperación de la fauna.

Junto a una senda apícola discurren una senda de fauna, flora, geología y usos tradicionales del monte. “Al igual que hemos hecho este año con la extracción de corcho, intentamos que la gente pueda ver otras acciones de conservación que llevamos a cabo, en colaboración con SEO (Sociedad Española de Ornitología), GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat), Brinzal (Centro de recuperación de Rapaces Nocturnas) o AHE (Asociación Herpetológica Española), entre otras organizaciones, para que la sociedad conozca la gestión que llevamos a cabo en la finca. Incluso invitamos a nuestros visitantes a colaborar con nosotros en la elaboración de un inventario de nuestra biodiversidad, mediante el proyecto Observatorio de la Biodiversidad de Hoyo de Manzanares, que hemos puesto en funcionamiento junto con la plataforma ciudadana Biodiversidad Virtual.

Junto a una senda apícola discurren una senda de fauna, flora, geología y usos tradicionales del monte

“El control de visitantes contribuye y mucho a que podamos realizar una gestión óptima, día a día –insiste el propietario de la finca “La Ladera y Picazos”-. Por su orografía, las zonas altas son ideales para la nidificación de rapaces, pero también las más atractivas para el senderista y el escalador. Por ello nuestra lucha para controlar accesos no autorizados a esas zonas es constante, aunque, conscientes del valor testimonial y educativo que tiene, ofrecemos otras formas alternativas de disfrute y conocimiento a las tradicionales. Porque actividades como el senderismo o las carreras de montaña, debido a la masificación que su auge está provocando, se han convertido ya en Madrid en uno de los mayores riesgos para la conservación de este tipo de parajes. Pretendemos hacer ver al ciudadano que somos muchos, que el beneficio real para todos es que el monte esté bien gestionado, y que ello no es compatible con que cada uno haga lo que desee. La conservación de la naturaleza también requiere de un sacrificio«.

Importancia del asociacionismo

A través de su asociación territorial, Nacho Morando está integrado en COSE, la Confederación de Organizaciones de Silvicultores de España. “La relación es muy buena y ha sido muy beneficiosa desde el principio –señala el propietario de “La Ladera y Picazos”-. Colaboró estrechamente con nosotros en la obtención de una línea de ayudas que resultó clave para la realización de la senda temática del Aula Apícola. Su labor de asesoramiento y defensa de nuestro derecho de custodia del monte, así como la puesta en común de cuestiones de interés entre propietarios son muy útiles y beneficiosas para el Asociado”.

Nacho Morando conversa con Belén Zubieta, técnico que coordina el proyecto LandsCare en COSE.

Nacho Morando participa con su finca y servicios en el proyecto “LandsCare” puesto en marcha por COSE junto con la Universidad Rey Juan Carlos y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. LandsCare es una aplicación gratuita para dispositivos móviles que informa al usuario de los valores naturales que tiene cerca. De forma totalmente novedosa e innovadora, el usuario puede conocer quién y cómo se gestiona ese espacio. Además el usuario puede realizar un micropago voluntario en forma de compra de un sello virtual. Estos fondos son recibidos directamente por los propietarios o custodios para continuar su labor de gestión y conservación.

“Una de las grandes carencias que arrastra nuestra sociedad es que las personas no son conscientes del esfuerzo y dinero que cuesta al propietario llevar a cabo la gestión de un monte –remarca Nacho-. El disfrute de la naturaleza, que es un derecho de todos, ha de cimentarse sobre el reconocimiento de que alguien gestiona para todos el territorio, y eso cuesta dinero. Si el propietario es privado, es dinero de su bolsillo. Es necesario un retorno de ese gasto, para que la gestión de ese monte sea sostenible”.

“La Ladera y Picazos” es una finca ideal para poner en práctica LandsCare

LandsCare está ya operativa y persigue que se reconozca el trabajo de todos aquellos que cuidan nuestros valores naturales. abriendo al ciudadano la posibilidad de colaborar de una forma sencilla; no tanto con dinero sino con reconocimiento y respeto a la importante labor que hacen propietarios y otros custodios.

“La Ladera y Picazos” es una finca ideal para poner en práctica LandsCare, porque reúne todo lo necesario para cumplir su objetivo. “Es un espacio multifuncional que muestra que el monte sirve para muchas cosas, más allá del uso recreativo: recuperación de aves rapaces, protección de la naturaleza, fotografía profesional, actividades educativas y aprovechamientos tradicionales… Un escaparate hacia la sociedad que explica el monte e invita, mediante un pago testimonial voluntario, transformar poco a poco la mentalidad de las personas, para que comprendan y reconozcan la labor de gestión del propietario.

El papel de COSE

Nacho Morando con Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE.

COSE es la correa de transmisión entre la Administración y los propietarios forestales. Su vocación es ayudar a los silvicultores para que puedan desempeñar una gestión de su propiedad, que es fundamental para la sociedad y para nuestros ecosistemas. Así, les acompaña, hace proyectos con ellos de gestión forestal, les ofrece asesoramiento, les representa y les da voz ante las administraciones públicas, siempre de la mano, transmitiendo sus inquietudes y sus necesidades.

COSE quiere estar lo más cerca posible del territorio, a través de los propietarios forestales, que son quienes gestionan directamente estas superficies

“COSE quiere estar lo más cerca posible del territorio, a través de los propietarios forestales, que son quienes gestionan directamente estas superficies –afirma Patricia Gómez Agrela, gerente de la Confederación de Organizaciones de Silvicultores de España-. La sostenibilidad de los montes depende directamente de las rentas que generan, para que el propietario pueda llevar a cabo una gestión forestal sostenible”.

Naturalmente, COSE también se ocupa de otra importante labor: la de sensibilizar y divulgar la gestión forestal sostenible, para que se produzca un cambio de mentalidad, y la gente comprenda que “para que los montes conserven su biodiversidad y sigan proveyendo a la sociedad de bienes y servicios, tiene que haber alguien que esté gestionándolos; un responsable o un custodio que se encarga de su cuidado y conservación -concluye la gerente de COSE-. Sin estas personas, es el azar o las catástrofes naturales, las plagas y las enfermedades, quienes se ocupan del monte”.

 

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