Un reportaje de David López Corralo
La celebración de la 36 edición de la Feria Apícola de Pastrana (Guadalajara) dejó claro que los apicultores siguen apostando, prácticamente al 100%, por las colmenas de madera, pese a que en el sector están apareciendo otros materiales como el poliespan, plástico o la chapa metálica.
“La colmena que ha existido siempre ha sido la de madera y seguirá existiendo”, recalca el responsable de Suministros Comansa. Unos ebanistas que llevan dedicados a la profesión durante cuatro generaciones y que desde hace siete se metieron en el mercado de la apicultura haciendo colmenas. “Al mes podemos hacer unas 2.000 ó 3.000 colmenas, dependiendo del modelo. Por ello, el futuro de las colmenas de madera está más que asegurado”, añade.
Unas palabras que van en la misa línea que las de Maria José Elvira, de Fortea Ceras y Mieles, “las de madera son la que priman en los apicultores. Nosotros solo tenemos de madera, ya que son las que demandan. Ellos buscan lo mejor para su negocio y apuestan por las de madera, no quieren cambiar en algo que les va bien”.
Pese a que se trabaja con otros materiales para fabricar colmenas, los apicultores son fieles a las de madera, cuyas empresas han aumentado sus ventas en los últimos años debido al mayor número de personas que se dedican a la apicultura
Desde una de las empresas de España que más tiempo lleva dedicándose a la producción de colmenas, desde 1963, Industrias Apícolas Alsol, de Montserrat (Valencia), indican que lo más demandado por los apicultores son las colmenas de madera. “Llevamos más de 50 años dedicándonos a ello y nosotros solo trabajamos con la madera. Es lo que nos piden los apicultores y tenemos muy buenas ventas”, aclaran.
“El truco de este producto es que la madera esté bien seca, y que las medidas de todas las piezas sean exactas. Ya sea para España, Francia o Portugal, o para las diferentes tipologías de colmena (trashumante, núcleos, cazapolen, etc.), han de ser muy precisas –explica Pedro Martínez, fundador de Apidecant-, para que encajen perfectamente los cuadros para las abejas dentro de la caja, sino éstas podrían hallar huecos y pre polinizar en su interior”.
Los más de 30.000 visitantes que reunió la feria, durante sus cuatro días de celebración, pudieron ver la calidad de las colmenas de madera, además de saber sus beneficios respecto a otros materiales. “La madera es un material natural, que está viva y respira. El resto de productos son artificiales y no conocemos estudios que nos digan si son beneficiosos o perjudiciales para las abejas y el producto que elaboran”, explica Sergio Viñuelas, veterinario y apicultor.
En los últimos años la producción de miel ha caído en un 40% debido a que cada año mueren entre el 20 y 30% de las abejas, lo que ha hecho que se hayan perdido 600.000 colmenas
Al respecto, Viñuelas insiste en que hay que ver cómo responden los nuevos materiales de las colmenas que no son la madera ante las altas temperaturas. “Hay que ver si son compatibles con la vida de las abejas y con los alimentos que producen. Deberíamos saber si hay estudios sobre la migración de las partículas de estos materiales a la miel o la cera que puedan contaminar los productos realizados”.
Este apicultor, miembro de la Asociación de Apicultores de la Alcarria (ASAPIA), comenta que tuvo una mala experiencia con colmenas que no eran de madera. “El material no transpiraba y provocó la muerte de las abejas”. Esa es una preocupación que comparten otros apicultores, que se han dado cita en la Feria Apícola, en relación a las colmenas de chapa. “No sabemos cómo reaccionan ante las altas temperaturas. La chapa es un material que se calienta mucho y las abejas se saldrían fuera de la colmena si hace mucho calor. Si salen, la producción no es la misma. Sin embargo, las de madera reaccionan de igual modo en frio y calor”, aseguran.
Para Viñuelas, la venta de las colmenas de madera nunca va a bajar, “es más está aumentando, ya que también está creciendo el número de apicultores, por lo que están todos los fabricantes desbordados”. Reconoce que la despoblación de las abejas puede afectar, pero una vez se llenan otra vez esas colmenas el apicultor sigue comprando, “y el número de apicultores va subiendo cada año”, insiste el miembro de Asapia, que cuenta con 500 socios.
Para finalizar, el veterinario y apicultor reafirma que, hoy por hoy, ningún material puede sustituir a la madera en la construcción de colmenas. “Los apicultores siempre estamos buscando mejoras y nuevos productos que puedan ayudar en el sector, pero en el tema de las colmenas lo tenemos muy claro. Buscamos la tranquilidad y el bienestar de las abajas para que ellas puedan producir, y ello nos lo garantiza las colmenas de madera”, concluye.
Cabe recordar que en España hay 2.800.000 colmenas y que la casi totalidad de la miel que se produce se exporta, pero en los últimos años la producción de miel ha caído en un 40% debido a que cada año mueren entre el 20 y 30% de las abejas, lo que ha hecho que se hayan perdido 600.000 colmenas en las últimas temporadas.