En el núcleo de Laspuña (Huesca), en el mismo edificio del Ayuntamiento, en la planta superior, nos encontramos con el Museo de la Madera y las Navatas. Es una amplia sala en la que se exponen objetos relacionados con el oficio de navatero y con la referida fiesta del descenso de las navatas: maquetas, vestidos de navateros, carteles…
El mismo museo muestra algunos otros objetos etnográficos de la localidad como el fuelle del herrero, un pupitre, cardelineras, instrumentos para trabajar la madera. Muchos de ellos recopilados por la Asociación de Navateros en sus encuentros nacionales e internacionales.
En el siglo XIX, gracias a la demanda de madera de calidad, Laspuña conoció un desarrollo mayor que otras villas más importantes. Es por ello que esta localidad del Pirineo aragonés ha dedicado un museo a la madera y a las navatas, que era el sistema de transporte empleado para exportar la materia prima a los pueblos del llano o hasta la misma desembocadura en el mar, hasta Tortosa.
Las navatas son grandes plataformas flotantes construidas con troncos atados que se desplazaban por los ríos. Eran guiadas por los navateros. Dejaron de utilizarse a mediados del siglo XX, cuando las presas cerraron los caminos fluviales. Sin embargo, Laspuña ha querido conservar esa parte de su historia y la recrea cada año, el último domingo de mayo, cuando celebra el ya tradicional descenso de navatas por el río Cinca desde Laspuña hasta Aínsa.
Además del Museo de la Madera y las Navatas, los turistas también pueden disfrutar del Ecomuseo de las nabatas Luis Pallaruelo. Se trata de un sendero que se puede recorrer todo el año. Con sus paneles informativos (cinco de ellos se han puesto nuevos este año), acerca la construcción de las curiosas balsas de troncos con las que los nabateros transportaban la madera, en este caso, por el río Cinca y hasta el delta del Ebro. Al final de recorrido, a orillas del Cinca, es donde se puede ver la reproducción de una nabata.
A escasos kilómetros de Laspuña, en Ceresa, otro museo da detenida cuenta de la que fue una de las principales actividades económicas de este valle pirenaico durante generaciones: la extracción y posterior manipulación de la madera. Se trata del Centro de Interpretación de la Naturaleza y Actividades Tradicionales donde se puede contemplar una exposición permanente de utensilios y herramientas recuperadas de las casas y bordas de Ceresa y Laspuña.
Paneles explicativos y una maqueta del término municipal de Laspuña completan este Centro que permite conocer el entorno y la forma de vida de los habitantes de este municipio. Todo estos recursos turísticos buscan acercar a los visitantes a una forma de vida en la zona, que durante años, les reportó múltiples beneficios y permitió vivir de ello a muchas familias.