En el año 2009, un incendio en un monte de sabinas centenarias, en el que ardieron 300 hectáreas, asoló la localidad de Buenache de la Sierra (Cuenca). Uno de sus vecinos, Fernando Buenache, quiso dar una segunda vida a los troncos de los árboles quemados que no fueron utilizados para leña, así nacieron los Troncosaurios.
“En el 2009 hubo un incendio y se me ocurrió que se podría aprovechar los árboles quemados para darles una segunda vida y hacer algo más vistoso”, explica Fernando. Así, de la nada, creó este parque, que se encuentra a apenas dos kilómetros del pueblo de Buenache de la Sierra, por la pista forestal asfaltada que conduce a Uña.
De momento, son unos 1.500 troncosaurios los que pueden verse por este valle del municipio conquense, aunque la pretensión del artista es llegar a los 2.009, año en el que se produjo el devastador incendio. “Cuando veo un tronco quemado quiero darle una nueva vida. Lo primero que hago es ver a qué animal puede parecerse. Luego lo junto con otros troncos para que formen una figura, manteniéndose en equilibrio por si solos”, explica.
“La sensación al pasear por este gran museo al aire libre es la de habernos trasladado a otro mundo, en el que los troncos pueblan el paisaje con curiosas formas, y poniendo forma a estos gigantes del pasado. Los Troncosaurios pululan por el valle en manadas, conformando un inaudito bestiario de piel leñosa”, interpreta el artista.
Gracias a la labor, imaginación y creatividad de Fernando, los árboles afectados por el incendio vuelven a la vida con formas caprichosas que recrean animales mesozoicos y otro tipo de fauna que pobló este pequeño municipio ubicado en el corazón de la serranía conquense. Un proyecto que desde sus inicios, también buscó la inclusión de Buenache de la Sierra en la Ruta de los Dinosaurios para, de este modo, crear varios recorridos como reclamo turístico del municipio.
“Queremos aprovechar nuestros recursos y este peculiar museo al aire libre para dar un impulso turístico a la localidad”, esgrime el autor, quien pone el acento en destacar la necesidad de poner en valor los recursos naturales y patrimoniales como alternativa a mantener la actividad económica del medio rural.
“Como muchos otros pueblos de la provincia, Buenache de la Sierra se está quedando vacío, por lo que considero que es de vital importancia poner en valor el pueblo y todos sus recursos, sobre todos los naturales y forestales, para poder aguantar el tirón”, concreta.
Gracias a su labor y a la de la Asociación Cultural Buenache Vivo se logró crear el Centro de Interpretación de Buenache. Este centro recoge la riqueza cultural de la localidad, su patrimonio paleontológico y la particular visión del artista Fernando Buenache.
Ubicado en las cercanías de Tierra Muerta, Buenache de la Sierra es territorio de dinosaurios, tal y como lo demuestran los numerosos hallazgos de fósiles pertenecientes al Cretácico Inferior. Eso lo aprovechó también Fernando para crear su obra basada en estos gigantes de madera. Eso sí, no es la primera. En su mesón, que lleva por nombre Mesón Museo de Zoolitos Las Pedrizas, puede verse el Museo de la Paleontología y otras obras realizadas por el artista. “Son piezas con una preservación de organismos y de edad geológica análoga a las extraídas del yacimiento conquense de Las Hoyas (125 millones de años) con un extraordinario interés científico”, concluye.