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El mayor grupo de dehesas privadas del mundo apuesta por FSC

La Asociación de Dehesas Ecológicas, ADEHECO, mejora su potencial productivo y turístico gracias a la implementación de los estándares internacionales de sostenibilidad forestal

La Asociación de Dehesas Ecológicas, ADEHECO, se constituyó en el año 2006 con el objetivo de desarrollar la producción agrícola y ganadera, defender el medio ambiente en general y las dehesas en particular, además de los intereses profesionales de los asociados. Las dehesas son bosques aclarados de encina y alcornoque, un singular ejemplo de sistema agrosilvopastoril típico de la zona occidental de la Península Ibérica.

A día de hoy, ADEHECO ha conseguido un importante aumento en el número de asociados, extensión de terreno y expansión geográfica, pasando de las 24.000 hectáreas que se disponían entre las primeras 70 explotaciones asociadas a las 120.000 hectáreas y 425 asociados actuales en las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Málaga. Desde hace cuatro años 26 de estas fincas, con 8.250 hectáreas, todas ellas en la provincia de Huelva, han logrado para sus productos forestales la certificación FSC y con ello mejorado resultados. Son ahora mismo el mayor bosque de dehesas privadas del mundo con la certificación de bosque sostenible.

A ello se une la localización de la mayor parte de estas fincas en el parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, así como en la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena, lo que explica su gran interés, tanto ambiental como turístico.

Interés del turista extranjero

Javier Forjan, secretario general de la asociación, reconoce el beneficio que para los propietarios de estas fincas tiene contar con la certificación FSC. “Los que se dedican al turismo rural lo ven fundamental pues el turista extranjero valora mucho esta certificación. Para ellos, más que algo interesante es una necesidad”, confiesa Forjan. Quienes orientan las fincas hacia la producción cárnica en extensivo de cerdo ibérico y vacuno también obtienen muchas ventajas con FSC, “pues les ayuda a mejorar sus ventas y a conseguir más ayudas públicas”, admite el responsable de la asociación.

Forjan destaca la pequeña propiedad de estas dehesas. La mayoría de ellas son fincas familiares de mediano tamaño, unas 300 hectáreas por término medio.

Los productos certificados como ecológicos que ofertan provienen de un sistema de producción en extensivo asociado al monte mediterráneo adehesado, animales criados en libertad. Son alimentos naturales de máxima calidad sensorial, con total ausencia de sustancias químicas de síntesis u organismos modificados genéticamente.

 

Dehesa – Paisaje típico de la dehesa ibérica con encinas y alcornoques (© José Luis Filpo / Wikimedia Commons).

Dehesa – Paisaje típico de la dehesa ibérica con encinas y alcornoques (© José Luis Filpo / Wikimedia Commons).

 

Beneficios para todos

Tras cuatro años de funcionamiento del Grupo de Gestión Forestal de ADEHECO, los beneficios de su actividad tanto en el entorno como en su área de influencia socioeconómica no pueden ser más positivos.

Desde el punto de vista del empleo, en el año 2015 se han mantenido los empleos fijos de los trabajadores en esas fincas, contribuyendo así a la estabilidad laboral de la zona.

Desde el punto de vista de producción certificada, anualmente el grupo aporta corcho FSC al mercado. La saca de corcho se alterna en las fincas de los diferentes miembros del grupo, dando lugar a una producción continua de material certificado.

Desde el punto de vista de mejora del medio natural, y gracias a la certificación FSC, los trabajos realizados en todas las fincas del grupo siguen los exigentes estándares y criterios de este sello, garantizando la conservación y mejora de los ecosistemas. Por ejemplo, se han realizado actuaciones de control de la erosión en cárcavas y laderas, protección de muestras representativas de ecosistemas, adecuación de hábitats de fauna como charcas, nidales, árboles muertos, etc.

Estos trabajos de optimización ambiental incrementan igualmente su atractivo turístico, pues la creación de zonas de protección, restauración de cárcavas y cambio en las técnicas de desbroce mejoran las cualidades estéticas y de diversidad del entorno. Pero por supuesto, tienen un impacto muy positivo en la flora y fauna autóctona. Como reconocen desde GEA Forestal, consultores del Grupo de Gestión Forestal de ADEHECO, “con la certificación FSC se ha mejorado la conservación de muchas especies protegidas, creando áreas específicas para el desarrollo de monte autóctono”.

Dentro de la obligada responsabilidad social, existe un respeto máximo a las zonas de paso y derechos consuetudinarios de las poblaciones locales, que se acata escrupulosamente en todas las fincas del grupo. También se ha mejorado la formación tanto de los trabajadores propios de las fincas como de otras de cuadrillas de la zona, aumentando una cualificación técnica que afianza su posición laboral. La organización de jornadas técnicas de gestión de la dehesa o de formación en prevención de riesgos laborales ayudan a lograrlo.

Desde el punto de vista de la producción corchera, la garantía de mercado que el sello FSC supone para el corcho mejora su interés comercial a corto plazo. Y a largo plazo, los esfuerzos en la reforestación, densificación y creación de zonas protegidas con regeneración natural suponen una sólida apuesta de futuro.

También se hace desde ADEHECO una apuesta por dar visibilidad a sus experiencias participando en diferentes encuentros sectoriales. Sirva como ejemplo su participación en marzo de 2015 en la primera Feria Forestal Ibérica organizada en Plasencia por la Asociación Extremeña de Empresas de Obras y Servicios Forestales y Medio Ambientales (EXTREFOR).

Crecimiento lento y sosegado

Las 26 fincas andaluzas adscritas en estos momentos al Grupo de Gestión Forestal de ADEHECO acaparan el interés de otras muchas que quieren integrarse en él, pero sus responsables prefieren un crecimiento pausado, como explica Javier Forjan: “No queremos crecer demasiado deprisa para no perder la gestión homogénea a la que nos obligan los estándares de FSC. Dos o tres fincas nuevas al año bien auditadas y con gestión adecuada es suficiente”.