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Presentado en Teruel un contrato agroalimentario de compraventa de setas

Es la primera vez que se hace un contrato agroalimentario de un producto forestal.

La sede de la Comarca de Gúdar Javalambre, en Mora de Rubielos, acogió el pasado 24 de octubre la jornada «El Recurso Micológico. Una oportunidad para la dinamización de la economía rural», a la cual asistieron sesenta profesionales y representantes institucionales ligados a la recolección y comercialización de setas y hongos.

 

Teruel fue la provincia elegida para la presentación oficial del contrato tipo agroalimentario de compraventa de hongos silvestres para su comercialización en fresco. En concreto, el municipio de Mora de Rubielos, en la Comarca de Gúdar Javalambre, acogió una jornada técnica organizada por la Asociación Forestal Aragonesa (AFA), entidad integrada en COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España), en el marco del proyecto RedFor (Red Forestal para el Desarrollo Rural), financiado por FEADER y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).

 

En plena campaña de recolección de setas y hongos en nuestro país, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el «Contrato tipo agroalimentario de compraventa de hongos silvestres para su comercialización en fresco», que describió detalladamente la gerente de COSE, Patricia Gómez Agrela. «Es la primera vez que se hace un contrato agroalimentario de un producto forestal -afirmó Patricia Gómez-. Este contrato, en particular, servirá para conducirnos hacia la compraventa regular de los hongos, ayudar a gestionar el monte, ordenar los aprovechamientos micológicos y valorizar estos recursos, haciendo de ellos un motor económico para las economías rurales».

 

Expolio del recurso micológico

 

Se da la circunstancia de que la provincia de Teruel, en particular, y la región aragonesa en general, padece estos días un verdadero «expolio del recurso micológico», tal como lo definió Joaquín Gargallo, Consejero de Medio Ambiente de la Comarca de Gúdar Javalambre. Además, la recolección descontrolada de las setas es incompatible con otros usos del territorio, como el ganadero.
Gargallo abogó por «una gestión sostenible del recurso; frente a su sobreexplotación, la fuerte presión sobre el medio natural, la falta de respeto a la propiedad privada e incluso los problemas de orden público que se registran en ocasiones». Esther Salvador, Técnica de Medio Ambiente en la Comarca de Gúdar Javalambre, apuntó asimismo «el control y vigilancia insuficientes y la necesidad de coordinación entre organismos, así como la falta de sensibilización de los recolectores.

 

En este sentido, la Comarca de Gúdar Javalambre ha puesto en marcha un Plan de Aprovechamiento Micológico para favorecer la regulación de esta actividad. «Aunque sólo el Gobierno de Aragón tiene esta competencia, y los Ayuntamientos pueden aportar su granito de arena mediante planes anuales de acción, la Comarca puede y quiere servir de interlocutor e hilo conductor para tratar de resolver este grave problema». Por ejemplo, ya se ha alcanzado la redacción de un modelo de ordenanza municipal, reguladora y fiscal, de la recogida de setas y hongos. El documento recoge definiciones, tipos de permisos y sus precios, especies recolectables, ámbito de validez (incluidos montes públicos y privados), exenciones, reducciones y bonficaciones aplicables y formas de venta de los permisos, entre otras materias.

 

Algunos modelos de gestión

 

Marcos Benajes, Alcalde de Nogueruelas, expuso en la jornada el modelo de gestión en su municipio, basado en la emisión de pases de jornada o de temporada, la regulación del tráfico rodado y la sensibilización de los recolectores (forma de coger setas, control de las basuras y comportamiento en el monte en general). Todo ello mediante la figura del «colaborador»; personas del pueblo que ayudan y que además orientan, asesoran y vigilan a los visitantes. «Los ayuntamientos nos podemos implicar, pero sin la ayuda del Gobierno y la Guardia Civil no podemos ir a más».

 

«Dentro de nuestro coto micológico no se ha registrado problema alguno -apuntó Arturo Martín Calvo, Presidente de la Comarca del Maestrazgo-. Sí, no obstante, en los setales de las propiedades privadas». En efecto, el Maestrazgo acoge un coto supramunicipal y trabaja para mejorar una ordenanza fiscal y reguladora de la actividad de recogida de setas y hongos, con la colaboración del servicio provincial de medio ambiente. De hecho, allí se ha constituido el Consejo Sectorial Comarcal de los Aprovechamientos Micológicos.

 

En 2014 se han vendido hasta el momento en esta comarca 16.000 pases (9.076 en 2013), lo que ha supuesto una facturación de 100.000 euros (51.000 el año pasado). «La prioridad no es la recaudación, sino la autofinanciación y la conservación del coto», apunta Alberto Millán, técnico forestal.
En esta comarca algunos objetivos se están cumpliendo: sin daños al entorno ni bandas organizadas, aprovechamiento racional del recurso (motor de desarrollo de la zona), creación de puestos de trabajo (una veintena), cooperación con el sector turístico y fomento de la educación y la cultura micológica y sobre el respeto al monte en general (jornadas, cursos, talleres…).

 

Queda pendiente mejorar la gestión de los permisos, así como la coordinación entre las administraciones y entidades involucradas, regular mejor la compraventa de las setas y encontrar una fórmula válida para las propiedades privadas.

 

Recientemente se ha iniciado un proyecto de gestión de los recursos micológicos en la Comarca de Albarracín (20.000 Has. de monte de utilidad pública y 25 municipios).

 

 

 

 

Lesgislación en marcha

 

Propietarios, recolectores y comercializadores de setas y hongos persiguen la persistencia del recurso y dinamizar la economía rural, «es el Gobierno de Aragón el que finalmente tiene la responsabilidad de minimizar los graves problemas ocasionados por esta actividad y de aportar una solución», dijo Alberto Izquierdo, Vicepresidente de la Comarca Gúdar Javalambre.

 

En este sentido, Álvaro Hernández, Jefe de Sección de Restauración Hidrológico Forestal, presentó el borrador del decreto que actualmente redacta el Gobierno de Aragón sobre recolección de setas silvestres. «Las setas son del propietario de la finca. Lo dice el Código Civil. Y la Ley de Montes de Aragón dice que está prohibido recolectar setas sin permiso -aclaró-. Las zonas de aprovechamiento regulado deberán contar con la aprobación de sus titulares».

 

Los Ayuntamientos afectados por esta problemática consideran «fundamental su entrada en vigor», apuntó Alberto Izquierdo.

 

El convenio afecta exclusivamente a las setas silvestres, recogidas en el monte. No regula la recolección de trufas ni de setas cultivadas. Su objetivo es la preservación del recurso. La legislación aragonesa indica que las autoridades locales podrán establecer, mediante la correspondiente ordenanza, un régimen específico de los aprovechamientos forestales. Las zonas de aprovechamiento regulado deberán contar con unas instrucciones aprobadas por sus titulares: puede ejecutar por sí mismo la recolección o emitir permisos a terceras personas.

 

El régimen sancionador por incumplimiento de las reglas preocupa a todos. Son infracciones recolectar sin autorización o no presentar la misma. En este sentido, la administración local tiene un trabajo que hacer.

 

Una regulación necesaria

 

El censo vigente refleja que existen 144 empresas importadoras y exportadoras de estos productos. El segmento de la recolección registra casi un millar. Mercabarna es el mayor mercado de la seta, con 1.256 millones de toneladas/año (por Mercamadrid circulan sólo 100.000 menos).

 

Existen alertas sanitarias por toxicidad, que normalmente se dan cuando la relación es directa entre recolector y consumidor: entre 5 y 10 muertes por año, 400 casos anuales (la mitad requieren hospitalización).

 

El RD 30/2009 establece las condiciones sanitarias para la comercialización de setas para uso alimentario, y determina que son 173 especies de setas las que se pueden comercializar.

 

COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España), FETRUSE (Federación Española de Empresarios de Setas y Trufas) y los recolectores están de acuerdo en que hay que regular la actividad de la recolección de setas. Y proponen para ello un contrato de tipo agroalimentario (modelo DR1m homologado por el MAGRAMA, según RD 30/2009 y basado en generar licencias de recolector).

 

Aquel recolector capaz de recoger en torno a tres kilos diarios es el punto delicado de la trazabilidad. A todas luces es un empresario, porque vende.

 

Los recolectores de setas, al no ejercer ninguna actividad económica, no se encuentran dados de alta en el censo de empresarios y profesionales (AEAT). No emiten ni pueden emitir facturas. Como resultado de esto, siguen desarrollando su labor «impunemente», causando un perjuicio económico a la hacienda pública. El sector transita por una inseguridad jurídica, la proliferación de empresas sumergidas y la imposibilidad de reflejar ni registrar la actividad fiscalmente.

 

FETRUSE propone a Tributos una exención fiscal para este colectivo en caso de no superar una recaudación de 6.000 euros anuales o no superar un nivel máximos de kilogramos de productos recolectado. Con un contrato agroalimentario se podría controlar las ganancias patrimoniales obtenidas por las personas como consecuencia de aprovechamientos forestales en montes públicos. «Si no actuamos en seguida, el problema se inos irá de las manos», concluyó Miguel Segura Just, secretario de FETRUSE.

 

El contrato agroalimentario

 

Patricia Gómez, gerente de COSE, fue la encargada de presentar al auditorio reunido en Mora de Rubielos el contrato tipo agroalimentario de compraventa de hongos silvestres para su comercialización en fresco; el primero que se hace para un producto forestal en España.
Reconocido por propietarios forestales y comerciantes de hongos, el contrato nace para ordenar las transacciones, con el requisito indispensable de la existencia de un permiso de recolección, como documento acreditativo para realizar dicha transacción.

 

El contrato es sencillo. Basa su validez en la existencia de un número de permiso de recolección. Además, recoge otros detalles necesarios como la forma de pago o las especificaciones de calidad de los hongos, así como los mecanismos de control, seguimiento y vigilancia a los que se podrán dirigir ambas partes. COSE considera que «este importante paso impulsará la concienciación de la sociedad para que seamos más responsables en el mantenimiento sostenible de los hongos y setas silvestres».

 

«Tenemos la esperanza de que se firmen muchos contratos, que se aclare la trazabilidad de este producto y se respete la propiedad, que se reconozca la figura del recolector y se legalice y desarrolle la actividad de la recogida de setas y hongos, con el fin último de dinamizar las economías rurales», concluyó la gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España.

 

«¿Qué gana el recolector con este contrato? -intervino Guillermo Fernández Centeno, Jefe del Área de Planificación y Ordenación Forestal en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, presente en la jornada-. ¡Facilidad para vender setas!».

 

En opinión del representante del MAGRAMA, «de esta forma se pone en valor este recurso forestal, que las propiedades públicas o privadas sean respetadas, frente a la inseguridad jurídica patente».
El objetivo del contrato agroalimentario de compraventa de hongos silvestres para su comercialización en fresco persigue unir la propiedad forestal con el recolector y, finalmente, con el consumidor.

 

«Tenemos una normativa a aplicar, y debemos gestionar el recurso de una forma ordenada y racional», prosiguió Guillermo Fernández, quien propuso una planificación de dicha gestión; fruto de la cual está convencido que emanarán los permisos y los contratos.

 

«Y no nos quedemos ahí -concluyó-. Existen también problemas de comercialización. El contrato tipo contribuirá a cerrar la trazabilidad. El contrato funcionará si existe un beneficio para las partes, lo cual conllevará transparencia en la fiscalidad». También preocupa en el MAGRAMA el régimen sancionador, ya que faltan recursos para la vigilancia. «Cuanto más se presione al infractor, mayor será el efecto disuasorio».

 

El evento concluyó con un encendido debate sobre la materia. Entre otras cuestiones, los asistentes abordaron temas como la oportunidad de crear cotos micológicos para la recolección y lonjas para la comercialización, el respeto a la propiedad privada o la falta de recursos humanos para vigilar y sancionar las infracciones.